Un arqueólogo estadounidense descubrió el mural intacto más antiguo del período pre-clásico Maya, una escena mitológica de alrededor del año 100 después de Cristo, que proporciona una nueva perspectiva sobre la antigua y otrora próspera civilización.

La pintura mural, que parece describir el mito del dios maya del maíz, fue hallada en Guatemala dentro de una pirámide en las ruinas de San Bartolo, un centro ceremonial maya en un área boscosa deshabitada en el noreste guatemalteco.

El arqueólogo William Saturno, profesor de la Universidad de New Hampshire e investigador asociado del Museo de Arqueología y Etnología Peabody de la Universidad de Harvard, dijo que el largo mural, de 1.219 metros, comprendía posiblemente sólo el diez por ciento de un gran mural en una habitación cuyas dimensiones seguían sin estar claras.

Comparaciones estilísticas con el arte pre-clásico Maya confirmaron que se trataba de la pintura mural más antigua conocida de la región maya, dijo. El período pre-clásico va desde alrededor del 2000 a.C. al 250 d.C.

Junto a aztecas e incas, los mayas fueron una de las civilizaciones prehispánicas más desarrolladas.

“Esta pintura está entre los hallazgos más importantes en arqueología maya en las últimas décadas”, dijo Saturno, cuyo descubrimiento fue financiado por la National Geographic Society. “Abre una ventana en la vida mitológica y cortesana de los antiguos mayas durante el período pre-clásico”, añadió.

Los murales mayas, dijo, eran extremadamente excepcionales y el último mural comparable a su descubrimiento fue el encontrado en 1946 en Bonampak, en Chiapas, México, que está fechado hacia el 790 después de Cristo.

Encuentro casual

Saturno estaba buscando dos estelas grabadas, o monumentos de piedra, en San Bartolo cuando dio con el mural, que supuestamente fue pintado con pinceles de pelo de animal utilizando pigmentos rojos, amarillos y negros de piedras machacadas.

Pensando que tardarían alrededor de medio día en llegar hasta el emplazamiento, el viaje demoró en realidad unos tres días, y Saturno dijo que cuando llegó con su equipo, estaban sedientos, hambrientos y exhaustos, para descubrir que las dos estelas de piedra no existían.

Mientras su equipo iba en busca de agua, el arqueólogo estadounidense buscó sombra en un foso que había sido saqueado en la pirámide sin excavar y distraídamente encendió su lámpara.

El territorio habitado por los mayas abarca regiones que actualmente pertenecen a Belice, El Salvador, Guatemala, Honduras y México.

“Entonces vi el mural, no podía creerlo. Cambió mi estado de ánimo inmediatamente, pasando de estar bastante molesto por haber hecho todo ese camino y no tener ni comida ni agua a estar muy contento”, dijo Saturno.

En lo que se puede ver de la pintura, Saturno dijo que había una figura central masculina que parecía ser el dios maya del maíz, que lleva un taparrabos y un fabuloso pendiente. Detrás de él hay dos mujeres con el pecho al descubierto.

Saturno dijo que parecía describir una narración mitológica bien documentada en la que el dios resucita y es revestido por las doncellas. “Lo que es fascinante de este mural es que está magníficamente pintado e increíblemente bien conservado”, añadió.

Saturno y su equipo prevén conservar primero la parte de la pared que han descubierto y excavar el próximo año todo el mural, algo para lo que ya han recibido autorización del gobierno guatemalteco. Según ellos, el proyecto tardará unos cinco años en completarse.

Los mayas vivieron en la zona oriental de Mesoamérica, principalmente en la península de Yucatán, y construyeron y después abandonaron muchas pirámides y templos a lo largo de América Central.