Tema de gran discusión en el cual nunca nos pondremos de acuerdo. Lo cierto es que al final y después de muchas pruebas de ensayo y error cada aficionado termina por utilizar el sustrato que más le gusta, que le da mejores resultados y que además está disponible en su localidad o país. Y es que las cactáceas sobreviven en una gran variedad de sustratos: en pequeñas fisuras rocosas, en suelos pedregosos, sobre árboles, inclusive en suelos calcáreos. Es imposible por lo tanto decir que existe un sustrato especial o único. Sin embargo, es importante tomar en cuenta ciertos criterios que debe de reunir el sustrato a la hora de efectuar nuestros ensayos:
DRENAJE: Es importantísimo que las plantas esten en un sustrato que evite la acumulación de húmedad. Nuestro sustrato debe contener un gran porcentaje (generalmente del 50 al 70%) de material que favorezca esta propiedad, como puede ser ladrillo triturado, arena volcánica, vermiculita, gravilla de tezontle o piedra pómez. Pero cuídado, hay plantas del tipo de las epífitas que requerirán un menor porcentaje de este material para favorecer la retención de agua o en su defecto riegos más frecuentes.
NUTRIENTES: De verdadera importancia, debemos de incorporar en nuestro sustrato material que contenga prácticamente todos los nutrientes. Se puede utilizar una mezcla de tierra común, tierra de hoja tamizada, turba y compost. La cantidad de esta mezcla dependerá de los requerimientos de las especies que estemos cultivando, aunque normalmente varia de entre un 30 y un 50 % de la composición del sustrato.