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Acuerdo familiar
-Buenas tardes, señora Kinomoto. He venido a recoger a Miriel.
-Buenas tardes, joven Tao. Pasa por favor.
Pese a que al principio se encontraba nervioso, la bella y dulce sonrisa con la que Tomoyo lo recibió hizo que Tao se relajara de inmediato. Y si bien sentía las mejillas sonrojadas, su voz fue más segura al ingresar a la casa.
-Con su permiso-dijo al tiempo que se inclinaba con cortesía.
-Toma asiento. Iré a ver si las niñas ya han terminado con sus deberes escolares.
-Muchas gracias, señora Kinomoto-respondió con un sonrisa al tiempo que se sentaba en uno de los sillones de la sala.
En cuanto Tomoyo se dio la vuelta para subir a la habitación de su hija, Tao la siguió con la mirada, feliz de poder hacerlo sin reservas.
Ya desde que la había conocido siendo apenas un niño, Tao se había sentido impresionado ante la belleza de la joven. Y ahora, al tenerla tan cerca-viviendo ambos en Tomoeda-y con su sobrina Miriel siendo amiga de su hija, esa admiración seguía creciendo, volviéndose un amor platónico que le hacía desear verla todo el tiempo posible.
-Al parecer les tomará un poco más de tiempo-comentó Tomoyo minutos después tendiéndole una taza con té-, ¿gustas algo de comer?
-No, gracias, el té es suficiente-murmuró al ver que se sentaba frente a él.
-Eres muy amable, joven Tao. ¿En verdad no te molesta esperar?-preguntó sonriéndole.
-E-en lo absoluto, señora Kinomoto-balbuceó sintiendo cómo los colores se le subían al rostro-¡Es tan hermosa que podría esperar eternamente a la enana!
-Y eso que ni eres amable, ni te gusta esperar, Tao...
-¿Eh?-dudó al oír esa suave voz que lo sacó de su ensueño.
Miriel lo miraba con una sonrisa y un brillo travieso en los ojos. Ambos regresaban a la embajada, con la pequeña acomodada sobre el asiento trasero de la
bicicleta de Tao.
-Que no me esperas porque eres un buen tío-repitió lentamente-. Podrías enviar a uno de los autos para venir por mí.
-Sabes bien que no lo hago por ti, sino por verla a ella-suspiró volviendo a evocar el agradable rato que había pasado en compañía de Tomoyo-. Si tan sólo su esposo no fuera tan celoso y dejara de fulminar a quien la mire por unos segundos de más...-un frío estremecimiento le recorrió el cuerpo al recordar la horrible sensación que experimentaba cada que el doctor lo atrapaba en acción-podría verla a mi antojo. Y si eso no bastara, ¡ahora también tengo al enano de su hijo cuidándola! ¡Padre e hijo contra mí!
-¡Atchiiis!
-¿Están bien?-preguntaron Tomoyo y Nadeshiko al unísono, sorprendidas al verlos estornudar juntos.
-¿Me habré resfriado por estar jugando fútbol hasta tarde?-Mamoru se tocaba la frente mientras su hermana lo observaba con curiosidad.
-No, no es nada-respondió Touya notando el par de tazas que su esposa lavaba en la cocina-¿Tuviste visitas?
-No precisamente. Acompañé un rato al joven Tao mientras esperaba a que Miriel terminara sus deberes con Nadeshiko.
-¿Otra vez? ¿Y por qué siempre viene cuando ni Mamoru ni yo nos encontramos?-masculló con un dejo de enfado.
-Vamos, Touya-le reprochó conteniendo una sonrisa ante los eternos celos de su esposo-no creerás que lo hace a propósito, ¿verdad?
-¡Y este plan es fabuloso! Así puedo estar cerca de ella sin preocuparme de ellos-Tao volvía a su usual alegría-, no cabe duda, ¡soy todo un genio!
-Ejem-tosió Miriel con suavidad.
-Sí, sí, ya sé que tú te las arreglas para tener deberes en esa casa cuando ellos no están. ¿Y bien? ¿Quieres que vayamos a ver a Rei la próxima semana?
-Sí-le respondió con una gran sonrisa.
Así es, aunque tío y sobrina eran muy diferentes, lo que provocaba continuos roces entre ambos, también podían unirse para una causa en común. Claro, siempre y cuando hubiera una buena razón de por medio. Y el poder estar junto a las personas que querían, era una muy buena razón.
Notas de Nikki: Ese es el segundo, escrito muuucho después que el anterior y hecho en un descanso en mis estudios para el examen de certificación de japonés. Trataba de enfocarme en el estudio pero en una de ésas se me vino la idea y me gustó tanto que no podía dejarla de escribir. Me costó un poco desarrollarla pero al final salió mejor de lo que esperaba, de una idea de olla (Tao encontrando la manera de estar junto a Tomoyo sin Touya de por medio ^^U) pasó a un fic completo. De hecho, ahora que la releo me gusta más que antes y apenas si arreglé un par de detallitos. Adoro a Tao y me pone feliz escribir sobre él.
Fanfic escrito y revisado el 27 de noviembre del 2007.
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