¿QUE SIGNIFICA SER MARIANA(O)?

CRISTIANOS UNIDOS

Por Adda Vélez

 

La pregunta surgió a raíz de un comentario que me hizo mi vecina, Católica, Apostólica y Romana. En momentos de necesidades o de decisiones, ella nos pide a mi esposo y a mí que oremos por ella. Estábamos conversando respecto a una petición de oración cuando de repente me dijo: “YO SOY MARIANA. Rezo el rosario, y además, creo que el alma de Maria fue creada por Dios desde antes de la fundación del mundo. Y no creo que Jesucristo haya tenido hermanos y hermanas.”

EN el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por Él fueron hechas; y sin Él nada de lo que es hecho, fue hecho. En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Y la luz en las tinieblas resplandece; mas las tinieblas no la comprendieron.

JUAN 1:1-5

Por un momento el espíritu se contristó dentro de mí. Luego le pregunte porque creía eso. Me dijo que lo había leído en un libro “x”, que no era la Biblia, por supuesto. Pero además, me dijo que ella no creía que Jesucristo hubiera tenido hermanos y hermanas. En ese momento supe que ese es uno de los argumentos de más división entre el catolicismo y el cristianismo. Yo le dije: Si el alma de Maria fue creada antes de la fundación del mundo, no lo se. Porque la Biblia no dice absolutamente una sola palabra al respecto. Pero la Biblia si dice que Jesucristo fue el PRINCIPIO de la creación de Dios, y que a su vez, todas las demás cosas fueron hechas por Jesús. O sea que definitivamente fue creado antes que Maria, aunque nuestra mente no pueda comprender que el Hijo fuera creado antes que la madre.

Que nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo; En el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados: El cual es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda criatura. Porque por Él fueron creadas todas las cosas que están en los cielos, y que están en la tierra, visibles é invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por Él y para Él. COLOSENSES 1:13-16

Cuando una persona ha leído toda la Biblia, inmediatamente después tiene que tomar una decisión. Creer lo que las tradiciones le han enseñado, o creer lo que la Biblia dice implícita y tácitamente. Esa es una decisión tan personal como el decidirse por Jesucristo como Salvador Personal o no. Nadie puede imponer la Biblia como fuente autorizada de doctrina y de verdad, a nadie. Si la Biblia se contrapone u opone a la tradición de los hombres, evidentemente habrá un conflicto. ¿Quien tiene la razón? El momento de tomar una decisión llega a todas las personas tarde o temprano.

Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están fuera, que te quieren hablar. Y respondiendo Él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos? Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. MATEO 12:47-49

¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo y José, y Simón, y Judas? ¿Y no están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todas estas cosas? Y se escandalizaban en Él. Mas Jesús les dijo: No hay profeta sin honra sino en su tierra y en su casa. MATEO 13:55-57

Si por un momento nos despojamos de la tradición, de la leyenda, y simplemente se leen estos versículos que hablan de la familia de Jesucristo, cualquiera puede entender que Jesucristo era el Hijo de Maria y hermano de Jacobo, José, Simón y Judas, entre otros. ¿Por qué seria este un conflicto y una causa de división entre Católicos y Cristianos? Se supone que ambos creemos que la Biblia relata la historia de Jesucristo, el Salvador del mundo. Hay muchas cosas que no fueron escritas respecto a lo que hizo Jesucristo, pero Juan el apóstol nos aclara que lo que fue escrito era para que creyéramos que El es el Mesías, el Hijo de Dios.  Lo que esta escrito esta escrito para que creamos que JESUCRISTO es el SALVADOR DEL MUNDO. Si Creemos eso, seremos salvos.

Y también hizo Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, que no están escritas en este libro. 20:31 Estas empero son escritas, para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que creyendo, tengáis vida en su nombre. JUAN 20:30

Digamos entonces que hay cosas que tenemos que creer que son esenciales para nuestra Salvación. Creer que Jesucristo fue engendrado por Dios desde antes de la fundación del mundo, aun antes de haber creado a su madre terrenal, requiere fe en lo que esta escrito en la Biblia respecto a Jesucristo. La fe, es la certeza de lo que esperamos y la convicción de lo que no se ve. Si podemos creer que Dios creo a Adán del polvo de la tierra, sin que hubiese intervención femenina alguna, Solo Dios, sus manos y su aliento divino, fueron suficientes para crear al hombre, ¿Porque a algunos les cuesta tanto trabajo creer que Dios creo a Su Hijo antes de crear todas las cosas, incluyendo el mundo, al hombre, y a Maria, su madre? Porque aquí, otra vez, entra la cuestión: Creer o no creer lo que esta escrito en la Biblia como fuente de doctrina y fe, o creer o no creer las tradiciones de los hombres basadas en la fe en cosas que no fueron escritas en la Biblia.

Y pensando Él en esto, he aquí el ángel del Señor le aparece en sueños, diciendo: José, hijo de David, no temas de recibir á María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y parirá un hijo, y llamarás su nombre JESUS, porque Él salvará á su pueblo de sus pecados. MATEO 1:20-21

Si Maria fue o no creada antes de la fundación del mundo, o si lo creemos o no, no definirá nuestra salvación personal. Pero la Biblia nos alerta que cualquier cosa, o persona, que pongamos en un nuestro corazón en lugar de Cristo Jesús, es un ídolo. Podemos hacer ídolos de la gente, del dinero, de nuestra familia o de nuestras posesiones personales. No hay peligro alguno en creer esa tradición oral. El peligro consiste en que después de creer esa tradición, se exalte hasta lo sumo a Maria, la bienaventurada madre de Jesús, y con esto se corre el riesgo de entronarla en el corazón, en lugar de Jesucristo, el Hijo de Dios.

 

Dado que la salvación es definida por NUESTRA FE EN JESUCRISTO, no en las tradiciones, debemos entonces tomar una decisión. Creer todo lo que la Biblia dice respecto al Salvador del Mundo, o no creerlo. Algunos de nosotros creemos todo lo que la Biblia dice, incluyendo todo lo que la Biblia dice de MARIA, la bienaventurada madre de Jesucristo. Para mí, requiere la misma cantidad de fe en creer que de una virgen nació el Hijo de Dios, como creer que Dios creo a Jesucristo antes de la fundación del mundo, y que es de hecho el primogénito de su creación.  Si la Biblia dice que Jesucristo tuvo hermanos y hermanas terrenales, deducimos que fueron hijos de José y Maria, sus padres terrenales. Pero la tradición dice que Maria fue siempre virgen, por lo tanto, la tradición se contrapone a lo que la Biblia dice implícitamente, que Jesucristo tuvo hermanos y hermanas. Dado a que algunos elementos de la tradición no están escritos en la Biblia, podemos creerlo o no creerlo y eso no definirá nuestra salvación personal.

Cualquiera que se rebela, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene á Dios: el que persevera en la doctrina de Cristo, el tal tiene al Padre y al Hijo. 2 DE JUAN 1:9

Mi vecina y amiga no ha leído la Biblia, y ella ha escogido por su libre voluntad creer otras fuentes de doctrina y otras fuentes de enseñanza, y por eso, no puede escoger que creer, por el momento. Pero cuando me dijo lo que ella creía, Dios puso en mi corazón decirle: Todas las cosas que no sabemos serán reveladas a nosotros cuando estemos delante de la presencia del Señor. Si la bienaventurada Maria fue o no creada antes de la fundación del mundo, o si fue o no siempre virgen, o si es o no la Reina del Cielo, o si es o no otro medio o camino al Hijo de Dios, lo sabremos cuando estemos delante de El en su presencia. Ahí, el nos aclarará todas las cosas. La pregunta es: ¿Tienes la fe suficiente en Él como único Salvador personal, para que puedas lograr llegar a estar delante de Él  algún día? ¿Le has entregado tu vida a Cristo y te has arrepentido de todos tus pecados, y te has apartado de tus pecados? Porque en lo que Cristianos y Católicos si estamos de acuerdo, es que JESUCRISTO ES EL SALVADOR DEL MUNDO.  Y nuestra fe en las tradiciones no nos salvara ni nos condenara. Lo único que pude salvarnos o condenarnos es RECHAZAR AL HIJO DE DIOS, PONIENDO EN SU LUGAR OTROS MEDIOS para ser SALVOS, o ACEPTARLO como SALVADOR DEL MUNDO y por ende, leer que dice la BIBLIA, la fuente autorizada de doctrina y verdad para los que creen en Jesucristo, respecto al Salvador, su vida, su muerte y resurrección, y luego tenemos que decidir creer esas cosas que están escritas para que tengamos un parámetro de fe, o no creerlas. 

Es tan poderosa la confesión de Fe en Jesucristo como el Salvador y medio por el cual recibiremos el perdón de pecados, que cuando se confiesa esto con la boca, cosas suceden en el mundo espiritual, entre ellas, que el Espíritu Santo se revela a los hombres. No hay ninguna otra confesión de fe que produzca estos efectos en el hombre.

Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que Él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos. A éste dan testimonio todos los profetas, de que todos los que en Él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.

Estando aún hablando Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el sermón. HECHOS 10:42-44

Si tu crees las cosas que la tradición enseña de la bienaventurada Maria, o de cualquier otro personaje Bíblico que no están escritas en la Biblia,  eso no definirá tu salvación personal. Lo único que definirá tu destino eterno es creer en el Hijo de Dios, Jesucristo, como Salvador, y creer todas las cosas que se profetizaron de el, y todas las cosas que El hizo cuando camino en la tierra. Para aprender, tienes que forzosamente ir a la Palabra de Dios y leerla. Pero aun si no la leyeras, y confesares con tu boca que Jesucristo es el Hijo Unigénito de Dios, que murió y resucito por tus pecados, serás salvo. Ningún otro personaje de la Biblia puede ofrecerte lo que JESUS ya hizo por ti, y consumó en la cruz.

 

No dejes que las cuestiones de tradición o doctrina te impidan recibir el regalo de Jesús, porque no es nuestra fe en lo que la tradición enseña lo que puede salvarnos, sino nuestra fe en lo que la Biblia enseña de JESUCRISTO, EL HIJO DEL DIOS VIVO, que murió y resucito por todos nosotros, para que recibamos el perdón, y la absolución por nuestros pecados, y para que vivamos una vida eterna CON EL en el lugar que EL ha preparado para todos los que creemos en El. Si amas a Maria, la madre de Jesús, y anhelas verla algún día personalmente, necesitas creer en su Hijo Jesucristo como Salvador personal. Porque la fe sola en Maria no es suficiente para salvarte. Pero la fe en JESUCRISTO es suficiente para salvarte, y para algún día llevarte al lugar donde todos y cada uno de los personajes Bíblicos se reunían con todos los creyentes a celebrar las bodas del Cordero. Y solo serán invitados a esas bodas, los que creen en JESUCRISTO COMO EL HIJO DEL DIOS VIVIENTE, EL SALVADOR DEL MUNDO.

 

Mas ¿qué dice? Cercana está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe, la cual predicamos: Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia; más con la boca se hace confesión para salvación. Porque la Escritura dice: Todo aquel que en Él creyere, no será avergonzado.  Romanos 10:8-11

 

Que Jesucristo nuestro Señor nos de sabiduría de lo alto para compartirle de El a todos los que lo necesitan.

Que El mismo Dios de paz prepare los corazones de cada una de las personas que lean esta reflexión para que comprendan que no debería haber conflicto si el fundamento es CRISTO JESUS, en el cual creemos como Salvador del mundo.  Que Dios nos prepare en esta vida, para alcanzar la promesa de una vida eterna en Cristo Jesús, y ahí recibir toda la revelación de todas las cosas escritas y no escritas, respecto a Jesucristo nuestro Salvador personal, y respecto a la bienaventurada Maria, la madre de Jesús.

 

 En su nombre oro amen y amen.

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