EL
LECHO SIN MANCILLA
Por: Ing. Gustavo Mata F
La sexualidad
humana es sin duda una función que Dios creó no solo para propagarnos, sino
para disfrutarlo, pues los seres humanos somos los únicos dentro del reino
animal con la capacidad de disfrutar de la relación íntima.
Dios
solo bendice la relación sexual que se da dentro del marco del matrimonio.
Fuera de éste es fornicación (Mantenimiento de
relaciones sexuales fuera del matrimonio.) o adulterio (Relación sexual de una
persona casada con otra que no sea su cónyuge) según sea el caso, y aunque físicamente también se disfruta,
espiritualmente no hay bendición, ya que en el cristiano, el cuerpo se
convierte en le templo del Espíritu Santo “15¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros
de Cristo? ¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de una
ramera? De ningún modo. 16¿O no sabéis que el que se une con una
ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne.
17Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él. 18Huid
de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del
cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo
peca. 19¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo,
el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?”
(1 Corintios 5:15-19).
El
matrimonio es la unión de un hombre y una mujer en un solo cuerpo cuya
motivación es el amor y sellado para siempre por la vía legal, de ahí que la
Biblia enfatiza su significado que va mucho más allá de un simple contrato de
convivencia “Por
esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y
los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno. Por
tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.” (Marcos 10:7-9). El gozo sexual, se puede y se debe
disfrutar plenamente dentro del matrimonio, y esto implica que tanto el
esposo como la esposa deben comprender que se deben uno al otro “3El
marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el
marido. 4La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el
marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la
mujer. 5No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de
mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a
juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra
incontinencia.” (1
Corintios 7:3-5).
La
práctica sexual en el matrimonio exige de absoluta confianza del uno con el
otro, entendiendo que el marido es dueño del cuerpo de su esposa y viceversa,
para ninguno debe ser causa de vergüenza el mostrar su desnudez y compartir su
cuerpo, “22Antes
bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios;
23y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a éstos vestimos
más dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más
decoro. 24Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen
necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le
faltaba,” (1
Corintios 12:22-24), así que la forma como la pareja decida disfrutar de su intimidad es algo muy
personal, íntimo y privado, sin que esto signifique que todo tipo de
práctica sea valido, pues la Biblia enseña que: “Honroso
sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a
los adúlteros los juzgará Dios” (Hebreos 13:4)
Hoy día, estamos muy expuestos a la idea
tergiversada de la práctica sexual gracias a la pornografía que si bien es
cierto ha existido siempre, hoy es mucho más abundante y fácilmente accesible.
Muchos cristianos tienen acceso a ella y asumen que toda vez que el sexo en el
matrimonio es bendecido por Dios, entonces pueden poner en práctica lo que
Satanás enseña a la humanidad, mancillando
así el lecho matrimonial, pues ofenden a Dios.
El sexo anal está muy lejos de ser una
caricia como algunos lo presumen partiendo de la anuencia a utilizar la boca
para besar y acariciar cualquier parte del cuerpo, pues el ano no es un órgano
que esté hecho para ser penetrado sino para excretar. La Biblia identifica este
tipo de relación como “sodomía”, de
hecho en términos físicos y fisiológicos, una relación anal lastima a ambas
partes, el hombre sufre micro fisuras en el glande y la mujer lastima
sensiblemente sus paredes anales y al esfínter. Este tipo de relación se
promueve mucho incluso como “sexo seguro” sin que sea motivo de gozo para la
mujer. Algunas de ellas en aras de obedecer la instrucción Bíblica que enseña
que el hombre es dueño de ese cuerpo, permiten que sus maridos tengan este tipo
de prácticas con ellas, sin que en realidad sea bendición delante de Dios “21Pues habiendo
conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que
se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.
24Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las
concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios
cuerpos, 26Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues
aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza,
27y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la
mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos
vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución
debida a su extravío.” (Romanos 1:21,24, 26-27)
Hay
otras prácticas aberrantes que algunos pretenden introducir al lecho conyugal
además de la sodomía (Coito anal), como el sadismo (Práctica o tendencia
sexual en que se recibe placer cometiendo actos de crueldad contra otra persona), el masoquismo (Perversión sexual del que
encuentra placer en verse maltratado y humillado.), el voyerismo (Perversión sexual del que encuentra placer en exhibirse ante los demás
ya sea parcial o totalmente desnudos o en el acto sexual.), la zoofilia (Comportamiento de las personas
consistente en tener contactos sexuales con animales), las orgías (Fiesta en la que se busca
experimentar todo tipo placeres sensuales, especialmente en lo relativo a la
comida, la bebida y el sexo), la utilización de herramientas ajenas a nuestro cuerpo (vibradores,
látigos, etc.) que de ninguna manera agradan a Dios, algunas de ellas se
mencionan en Levítico 20:10-21.
El
placer sexual para el ser humano es un regalo de Dios, y por lo tanto debe
disfrutarse como Dios lo permite; Satanás miente cuando enseña prácticas que
pretenden acrecentar el placer sexual, haciendo de la lascivia y la lujuria sus
principales herramientas, él es el padre de la mentira y muy lamentablemente
muchos cristianos están siendo atrapados en el error, perdiendo comunión y
bendición de Dios.
La
satisfacción sexual plena no debe ser influenciada por la belleza externa de
los participantes hombre y mujer, sino por la belleza interior que solo Dios
les puede dar cuando les renueva a través de Jesucristo.
Dios
quiere que el marido y la mujer se amen y satisfagan mutuamente, así que cuida
de no mancillar el lecho que Dios te dio “18Sea bendito tu manantial, Y alégrate
con la mujer de tu juventud, 19Como cierva amada y graciosa gacela.
Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, Y en su amor recréate siempre. 20 ¿Y por qué, hijo mío, an darás ciego con la mujer ajena, Y abrazarás el seno de
la extraña? 21Porque los caminos del hombre están ante los ojos de
Jehová, Y él considera todas sus veredas.” (Proverbios 5:18)
Dios
te sea propicio en bendiciones
<:>< 21-10-03
Tema afín:
http://mx.geocities.com/cristianos_unidos/sexoenelmatrimonio.htm
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