Luego
de la lluvia...
Por Zarzamora
Capitulo
8
Su rostro
estaba muy cercano al mío, percibía su colonia, escuchaba los latidos de su
corazón e inhalaba el mismo aire que él.
-RINN!- gritó una joven de mi misma edadd, sus cabellos marrones castaño oscuro
danzaban en el aire. Atrás de ella iba una joven exhausta, su cabello rosado
estaba sujetado por un listón exagerado, de gran tamaño, de color rojo.
Me separé instantáneamente de él, me sentí agradecida por la llegada de
estas dos desconocidas, temía lo que podría haber pasado en su ausencia.
Kino me miró con expresión desolada, estaba destruido al notar que yo no
disfrutaba de lo que estaba por suceder, se fue despidiéndose en un tono casi
imperceptible.
-Llegamos en mal tiempo- dijo la alegre joven de cabellos chocolate notablemente
apenada.
-No llegan en mejor momento- dije hacienndo una pausa, analizando lo que estaba
ocurriendo- QUIENES SON?- dije en una mueca de sorpresa, ambas comenzaron a reír,
hasta la joven de cabellos rosados, antes con una expresión exhausta rió a
todo pulmón.
-Hay prima, hablas con gente que crees nni conocer, y ni siquiera nos recuerdas-
exclamó ente risas las antes exhausta, noté que tenía una playera rosa de
mangas muy largas, en exceso, pero el corte de esta le quedaba perfecto. Llevaba
una falda blanza a juego con su bufanda.
-Priiima!?- mis ojos demostraban una sorrpresa nunca antes vista, analice sus
rostros, sus vestuarios...la cortisima falda de la de cabellos amarados de color
morado en conjunto con un playera...era indudable quienes eran- Michi!- le dije
a la de larga cabellera rosada, la abrase- Primas, como han crecido.
-Tomamos mucha sopa, nuestra tía sigue hhaciendo esa que tanto odiamos, pero créeme
que hace efectos- ambas eran bastante altas comparado conmigo.
-Pobre, la sopa de mi madre no esta tan mal- dijo en forma de broma Michi, las
tres reímos.
-Pame, lo de bromear es algo que nunca aacaba en ti!- dije jugando con su
cabello, eso hacia cuando éramos pequeñas a pesar de las tres tener la misma
edad, yo desde pequeña había sido madura, Michi sarcástica, irónica sin
perder su toque de dulzura, una verdadera amante del rosado y Pame, bromista,
acelerada, alegre...
-Lo grave es que con los años se hizo maas extenso- exclamó Michi agitando su
cabellera rosada, pame y michi siempre se habían llevado mejor que yo, las tres
éramos primas, pero yo vivía en Tokyo mientras ellas vivían en casas
contiguas en kyoto, lo que forjaba constantemente su amistad.
-Primas, me alegro que hayan llegado, deeben ayudarme...- dije esperanzada, pero
fui interrumpida.
-Déjame adivinar, mañana cita, elección de vestuario, ensayar frases
correctas, déjanos eso a nosotras- acotó Pame, allí me di cuenta d elo mucho
que me conocían a pesar de los 5 años que se habían interpuesto entre
nosotras.
En el momento que las invitaba al departamento, escuché la risa de Mikako
entrando en la casa contigua, me di la vuelta y creí k mis ojos estaban engañándome.
Kino y Mikako, ella entraba a su apartamento muy sujeta de él..
Capitulo
9
Observé
la misma ventana que antes había observado, ahora el gozo y la tristeza
luchaban en mi mente, mañana tendría una cita con Touya, ya había escogido la
ropa con la ayuda de mis primas, quienes se habían ido. Pero por otro lado
estaban Kino y Mikako...
Me lancé a mi cama, no podía creer que mi llamada "mejor amiga" se
lanzara hacia todos mis pretendientes, todos los chicos en los que me había
interesado, mas habiendo el mal momento que estaba pasando con Shinji...quien
había partido y me había traicionado con otra mujer...
Lagrimas comenzaron a derramarse antes de que pudiera preverlo.
<No es justo, no es justo>
Sujete mi cabeza con ambas manos, siempre pequeñas en comparación a Mikako,
sin olvidar su cabellera cobriza, siempre corta y despeinada y Aquellos ojos en
los que te hundes, negros, profundos...al mirarlo, yo sentía hundirme en un mar
de desdicha y perdición.
Aún estaba vestida en mi uniforme, me quité la diminuta falda escocesa y me
desabotoné la camisa, lo que no había notado era que Kino estaba observando a
través de su ventana, tampoco había notado que desde su habitación se podía
observar la mía y viceversa, Mikako no estaba allí. Mi antes pálido rostro se
tornó rojo vivo, tomé mis sabanas violáceas, desarmando toda mi cama, me cubrí
el cuerpo y le lancé una mirada de odio. Él notó que me había enterado que
el estaba mirando, se tornó de un rojo aún mas fuerte que el mío y me pidió
perdón, claro que leí sus labios, se volteó y yo cerré la cortina.
<Esto es imposible!!>
Terminé de vestirme con mi pijama de color rojo, tenía mangas largas y los
pantalones me quedaban largos en exceso. En medio de mi confusión y
pensamientos sobre desaparecer del mundo y que me trague la tierra, me coloqué
dos listones para estar mas cómoda, me veía algo infantil con esas largas
colas de caballo a los lados de mi cabeza pero eso no me preocupaba, simplemente
quería desaparecer.
Me lancé a mi cama nuevamente, ocultándome bajo las sabanas, ya había caído
la noche, sin que lo notara me sumí en un sueño profundo.
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El sol me iluminó, abrí los ojos y me sorprendí al notar que era de día, alcé
la mano intentando tapar los rayos que pasaban entre las cortina de seda, no la
había cerrado por completa, por eso el sol se infiltro desvergonzadamente entre
los pliegues.
Observé mi reloj.
<10:30...Una hora y media para mi cita>
Mis ojos se abrieron como platos, baje para desayunar, el gozo cubría la
tristeza haciéndome olvidar la desafortunada tarde anterior.
Levantaba polvo debido a la velocidad con la que me dirigí a la mesa, mi
familia estaba ausente, mis padres debían haber ido a desayunar. Agarré un
pote de cereales, los coloqué en un vaso, cayeron los cereales dorados haciendo
un sonoro estruendo. Luego tomé la leche, estaba blanca y no tenía nata,
agradecí eso y la coloqué junto el cereal. Debido a la velocidad con la que
hacía esto volqué gran cantidad de leche.
Comí mas rápido que el sonido y no limpie nada, habían pasado 15 minutos, tenía
tiempo para cambiarme.
Me coloqué una falda bastante corta, elegida por Pame, luego una camisa blanca,
esta vez escogida por Michi, lo otro lo escogí yo: Un abrigó de cuero marrón
con lana en el interior, al igual que mis guantes. Luego me coloqué alrededor
del pálido cuello una bufanda blanca, era muy suave y felpuda. Me subí las
largas medias blancas, casi transparentes y me calcé los diminutos zapatos de
tacón color marrón.
Tarde al menos 30 hora escogiendo un peinado, elegí el cabello suelto y tomé
algunos mechones para atarlos atrás en un listón chocolate, decir ir sin
gorro.
Quedaban unos minutos para la cita, los suficientes para ir hasta el lugar de
encuentro, al llegar noté que touya me esperaba, sentí pena al dejarlo allí
parado con el frío que hacia.
Estaba guapísimo, al verme, me saludo, pero noté algo extraño en su mirada...