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Humberto Zurita: Alguna vez volvió a nacer

La tercera llamada se escucha, el telón se abre descubriendo al ser humano que habita en Humberto Zurita. Ser que se armoniza con las fuerzas de su interior para así llevar a cabo la tarea más importante de su vida: la dirección de su propia existencia. Este articulo aparecí en febrero 1997. Como tengo ya una entrevista con "volvi a nacer" en Televisión incluí este interesante entrevista aquí en Teatro debido a esta frase: "Hasta que un día, a los 21, conocí el teatro, y ese día volví a nacer, supe que me dedicaría a esta profesión el resto de mi vida".

Antes de llegar a ser actor, Zurita tuvo otro tipo de inquietudes y vocaciones.

H.Z.: "Yo quería ser sacerdote, misionero. Hice la secundaria en un seminario. Pero decidí salirme porque no era lo que yo había pensado; entonces descubrí que Dios era nuestros sentidos, y a través de ellos lo podemos alabar a l y a la naturaleza".

H.Z.: "Lo llevamos aquí dentro (y se señala el pecho, el corazón), Dios somos todos, es la energía bondadosa, positiva y sublime. Una de las grandes fortalezas de Cristo fue saber quién era él, porque cuando el hombre sabe quién es puede liberarse de muchas cosas, salir de ese círculo vicioso de la vida y encontrar la creatividad de su propio ser".

Hoy que sabes quién eres, ¿cómo te defines?

H.Z.: "Bueno, que Humberto vivió los primeros cinco años de su vida cuando "él no sabía que era él' y sus padres lo educaron, cinco años después fue a la escuela y tuvo amigos, después ingresó al seminario y quiso ser sacerdote y salvar almas, después se da cuenta que eso no es todo y empieza a luchar por vivir. Vendiendo muebles, comerciando. Hasta que un día, a los 21, conocí el teatro, y ese día volví a nacer, supe que me dedicaría a esta profesión el resto de mi vida".

¿Podríamos hablar de vocación?

H.Z.: "Sí, es un don con el que naces y tienes que enriquecer, que siempre ha estado pero hay que descubrirlo. Son los talentos que, o los entierras, o los metes al banco, o te los juegas, y vas por ellos y vas por más. Entonces vienes al mundo y, en mi caso, me convertí en actor, he conocido la vida como un arcoiris con diversas posibilidades.

H.Z.: "Hay personas que están en esto porque se sienten galanes y dejan de tener una familia por tener muchas mujeres. Otros buscan la riqueza o el poder y también la fama. Es como utilizar diferentes técnicas teatrales para ir pintando el óleo o la acuarela de tu vida con diferentes herramientas. Lo importante para mí es saber utilizarlas todas en su debido momento".

¿Básicamente eres un ser vivencial?

H.Z.: "Sí, vivencial y orgánico, pero creo en la técnica porque es lo que nos permite tener un método. León Felipe dice que, "el virtuoso es aquel que puede ver una parte de la cara de Dios todos los días', y para lograrlo se necesita escuela, disciplina y método".

Desde niño, Humberto tuvo grandes inquietudes místicas, esotéricas y políticas, y en el teatro descubrió un foro en el cual podría tratar y exponer diferentes aspectos de la vida humana en este sentido. Espiritualmente se ha enriquecido con las enseñanzas de "El Cuarto Camino", basado en las teorías de Gurdieve y Ouspensky. Mas: - Ouspensky y Gurdjieff. Tomar las decisiones correctas en el momento indicado ha sido definitivamente desde niño la parte más difícil a la que el actor se ha enfrentado. Laboralmente, el arriesgar una posición cómoda y segura por ir en busca de algo mejor creyendo en sus propias capacidades, no ha sido nada sencillo.

Por otra parte, se considera muy afortunado por haber encontrado a Christian Bach y casarse con ella.

¿Cuál sería lo fundamental en tu relación de pareja, lo que los mantiene unidos a pesar de los celos o las tentaciones que los dos puedan llegar a tener?

H.Z.: "Fundamentalmente la manera como fui educado, vengo de una familia muy pobre pero con muchas bases y principios morales. Tengo una madre con una capacidad inmensa para dar amor y un padre que luchó contra la vida por sacar adelante a sus 10 hijos. Nunca nos lo dijeron, predicaron con hechos. Christian en cambio viene de una familia "bien', con todas las comodidades, en ese sentido somos dos seres muy diferentes, sin embargo, Christian también tiene bases familiares muy sólidas."

H.Z.: "Todo esto es como tener un pararrayos para el manejo de la fuerza divina, el tener los pies en la tierra te permite canalizar esa energía en tu beneficio. Si pierdes la tierra y te desubicas esa energía te despedaza. En cambio, si mantienes los pies sobre el suelo y no te sientes ni mejor ni peor, logras una comunicación con tu vida que te da un valor para luchar por lo que quieras."

H.Z.: "Me siento muy completo con Christian, eso no implica que no tengamos problemas, lo importante es la pasión que hay en nuestra vida, me interesa como mujer, como actriz, como ejecutiva, como madre, en todas sus facetas. Aunque a veces choquemos. Fuera de aquí, cuando volvemos a casa a las tres de la mañana después de un largo día de trabajo, en esa intimidad mientras ella pone la mesa y yo le paso la leche, surge otro tipo de comunicación; la de los esposos, y finalmente la de los amantes. Esa es la razón por la cual nunca terminamos de conocernos, nos queda mucho tiempo por delante y seguramente cuando estemos viejitos seguiremos diciendo que nos queremos."

H.Z.: "Acerca de los celos yo sé que Christian tiene una serie de admiradores, es una mujer guapísima, inteligente y talentosa, pero yo tengo que entender que ella tiene un compromiso ante la vida para desarrollarse. Y a mí me interesa que ella lo logre. En la libertad de ser dejar ser, cada quien tiene su camino y debe de buscarlo. Sí la celo cuando es necesario, pero soy un tipo seguro de mí mismo, muy claro con lo que quiero y con quien me quiere, entiendo que ése es su espacio y que yo debo de apoyarla en todo lo que emprenda, porque es lo que me corresponde como su pareja." ■

Dejame un postit! | Correo Carmen Amescua |Grupo Reforma |Entrevista |02.02.1997