by
Rei Kinomoto
Capítulo
4
El primer ataque
Sakura acababa de llegar de la escuela y se sentía
bastante cansada, pero estaba feliz. Su primer día había sido mejor de lo que
esperaba: conoció a personas muy simpáticas y se reencontró con otras, a las
que no esperaba ver. Pasó por la sala buscando a su padre o a su hermano, pero
estaba completamente vacía... al parecer todavía no habían llegado. Subió
las escaleras y entró a su cuarto donde Kero se encontraba batallando con un
video juego como era costumbre.
Al notar la presencia de su ama, colocó
"pausa" y voló alegremente hacia la joven.
- "Hola Sakura" - saludó la bestia del sello -
"¿Cómo te fue en tu primer día de clases?"
- "Muy bien. La secundaría es realmente grande y
muy bonita, además mis compañeros son muy agradables en especial Russell..."
- "¿Russell? ¿Quién es ese?"
- "El chico que se sienta a mi lado en la clase, es
muy divertido. También conocí a los hijo de la señora Wesley, Bridget y Brian,
me encontré con Shaoran, hable con dos chicos de lo más simpáticos, Rebecca
Symond, que es norteamericana, y un irlandés que se llama Patrick... ¡Y sabías
que la coordinadora es señorita Mizuki!..."
- "Sakura... ¿qué fue lo que dijiste?" -
preguntó el pequeño muñeco con recelo.
- "Que la profesora Mizuki es la
coordinadora..." - murmuró Sakura, aunque sabía perfectamente a que se
refería.
- "No hablo sobre eso, lo que dijiste
antes...."
- "Pues.... hablé con dos chicos muy simpáticos
y..."
- "Sakura..."
- "Me... me encontré con Shaoran en la
secundaria" - susurró de una manera casi imperceptible. Ya sabía la
reacción de Kero.
- "¡EL MOCOSO! ¡¿Y qué se supone que esta
haciendo aquí?!"
- "Me dijo que vino a aprender inglés... Son cosas
como estas las que me hacen pensar que el mundo es un lugar muy pequeño ¿no
crees?" - comentó la chica un poco incomoda, pero luego recordó algo muy
importante (y que con seguridad cambiaria el tema) - "Hablé con él
durante el receso y me contó que también a sentido presencias extrañas en la
ciudad"
- "Entonces no estábamos equivocados, algo extraño
está pasando..." - dijo pensativo el pequeño guardián.
- "También ocurrió algo muy raro en la
escuela"
Sakura comenzó a narrarle la aparición de las dos
presencias, la reacción de Li y como habían desaparecido sin dejar rastro.
- "Con que eso fue lo que pasó" - dijo Kero
muy interesado.
- "Sí, así es. ¿Qué crees que este
sucediendo?"
- "Para serte sincero, no tengo ni la menor
idea" - luego lo pensó mejor y rectificó - "A menos que..."
- "Dime" - dijo la maestra de cartas con
impaciencia.
- "A menos que estemos en medio de una guerra entre
clanes mágicos. Si es así, lo mejor será mantenernos alejados del
asunto"
- "¿Por qué?"
- "Las guerras entre magos son sumamente peligrosas,
generalmente hay muchas bajas en los bandos en conflicto antes de que uno de
ellos consiga la victoria. Si nos involucrarnos podríamos tener muchos
problemas"
- "¿Cómo sabes eso Kero? ¿Acaso alguna vez
estuviste en alguno?"
- "Por fortuna no, pero eso fue lo que me dijo Clow
hace ya bastante tiempo" - luego agregó - "Creo que por tu propia
seguridad Sakura, lo mejor será que comiences a llevar las cartas contigo a
todos lados, porque no sabemos en que momento puedas quedar atrapada en medio de
una de esas disputas"
- "¿Qué te parece si hablo con la señorita Mizuki?
Ella debe saber algo más de lo que esta sucediendo"
- "Me parece buena idea... Además también podrías
preguntarle por la reencarnación de Clow, él vive aquí ¿No es cierto?"
- comentó Kero
- "Si, Eriol vive en Londres.... vaya, hace mucho
tiempo que no se de él" - reconoció la japonesa.
- "Por cierto... ¿me trajiste lo que me
prometiste?"
- "Si, aquí está el pudín que me pediste" -
dijo mientras sacaba el dulce de su bolso.
La bestia del sello se apresuró a guardar el juego y
apagar la consola, para degustar el delicioso postre con toda tranquilidad.
Sakura abrió el closet para cambiarse de ropa, cuando
unas cajas en el fondo llamaron su atención; estaban cerradas y todavía tenían
pegadas todas las etiquetas de la compañía de mudanzas. Las sacó y tomó una
navaja para cortar las envolturas. Dentro estaban algunas de sus cosas de la
vieja casa de Tomoeda, entre ellas, dos que tenían un significado muy especial:
la muñeca que le regaló Tomoyo cuando pasaron a cuarto grado y el osito que le
dio Shaoran antes de irse a Hong Kong.
Se volteó para asegurarse que Kero no le estaba
prestando atención (en realidad estaba muy concentrado en saborear su pudín
como para darse cuenta de lo que pasaba a su alrededor) y tomó los dos muñecos
entre sus brazos. Primero observó al osito que le había regalado su primer
amor antes de marcharse de Tomoeda.
Recordaba ese momento como si fuera ayer.... No sabía
exactamente lo que sentía por Shaoran, pero era claro que no era lo mismo que
sentía por Yukito, ni tampoco era sólo amistad.
También recordaba el como Tomoyo la llamó a su casa,
avisándole que Li volvía a Hong Kong en el avión de las 11 y eran las 9. Ella
subió a su habitación, no quería que Shaoran se fuera... una lágrima cayó
por su mejilla hasta el suelo, y justo en ese lugar comenzó a formarse el círculo
mágico de la estrella y de su pecho salió una carta. La había observado un
momento antes de tomarla entre sus manos con dulzura.
- "Eso es, Shaoran" - había murmurado
Corrió al aeropuerto con desesperación rogando que aún
no se hubiese marchado, pero ahí estaba él, parado en el centro de la sala....
los dos se quedaron mirando sin saber que decir. En ese momento llegó Wei y le
dio a Shaoran el osito diciéndole que se le había olvidado.
- "¿Puedo quedarme con ese osito?" - preguntó
la Card Captor
Li le entregó el osito y sus manos se juntaron.
- "Nos volveremos a ver ¿verdad?" - preguntó
nuevamente la japonesa.
- "¿Por casualidad no me habrás traído más pudín?"
- dijo la chillona voz del guardián.
La Maestra de Cartas volvió a la realidad un poco
sobresaltada y rápidamente escondió el peluche en la caja, realmente no tenía
ganas de escuchar uno de los berrinches de Kero en contra de Li.
- "Eehhh... sí, hay otro en mi mochila. Era mío
pero te lo puedes quedar"
- "¡Muchas gracias, Sakurita!" - de repente se
le quedo viendo fijamente - "Oye ¿Te sientes bien?"
- "¿Por qué lo dices?"
- "Tu cara esta muy roja" - se acerco y le puso
la patita en la frente - "¿No será que tienes fiebre?"
- "No, me siento muy bien"
- "Espera un momento" - dijo la bestia
frunciendo el ceño - "¿Eso no es...." - Sakura palideció ¡la que
se iba a armar! - "...la muñeca que te regaló Tomoyo?"
- "Si, así es" - dijo aliviada la Card Captor
- "la acabo de encontrar"
- "No cabe duda que esa chica tenía mucho
talento" - comentó examinando el muñeco - "¿Aún no te ha
escrito?"
- "No, aún no... Hace un mes que no ha sabido nada
de ella" - murmuró con un aire de tristeza mientras observaba el insólito
traje del juguete - "Es extraño, lo último que me escribió fue que me
iba a dar una sorpresa..."
- "No te preocupes, ella debe estar muy ocupada y
por eso no se a comunicado contigo, estoy seguro que en lo que tenga algo de
tiempo te escribirá
- "Sí, tienes razón" - dijo recuperando la
confianza.
- "¡Así me gusta! Ahora sólo debemos preocuparnos
por no involucrarnos en estos sucesos extraño y todo estará bien..."
De repente el rostro de la muchacha se ensombreció, se
acercó con un aire melancólico a la ventana, la abrió y se apoyo en el marco,
dejando que la suave brisa de la noche jugara con su cabello.
- "Sakura..." - murmuró el pequeño guardián
con cierta preocupación, mientras volaba hasta su lado.
- "Cada vez estoy más convencida de que algo muy
malo esta sucediendo en este lugar... No se por qué, pero temo que algo
terrible ocurra"
Los dos se quedaron en silencio observando a través de
la ventana totalmente ajenos al mundo que les rodeaba, mientras en la televisión,
aún encendida, se podía ver a una mujer morena narrando los avances del
noticiero.
- "En otras noticias... La policía a confirmado el
hallazgo de un cuerpo en las orillas del Támesis, en este caso se trata de una
mujer de treinta y dos años que respondía al nombre de Ingrid Parker. Se cree
que el suceso pueda tener relación con la muerte del taxista Vincent Kyle, pero
las autoridades no han confirmado esta información... Detalles, en la emisión
estelar de BBC news"
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Un ir y venir de cajas alteraba la paz de un lujoso
edificio de las calles de Knightsbridge, mientras una mujer con porte de
ejecutiva (la cual estaba flanqueada por unos guardaespaldas con cara de pocos
amigos) indicaba a los hombres de la mudanza donde debían ubicar los muebles.
Hacía escasas horas que ella y su hija habían llegado a
Londres, y a decir verdad el viaje no había sido del todo placentero: retrasos,
problemas con la compañía, las dificultades para conseguir un departamento
adecuado a sus necesidades, las interminables llamadas de sus socios y su
corredor de bolsa... en conclusión, estaba al borde de un colapso nervioso
desde la semana pasada y había jurado que si su móvil volvía a sonar lo
lanzaría por la ventana más cercana.
Por otra parte, la joven hija de la mujer no cabía en su
felicidad, mientras miraba por la ventana del apartamento la inmensidad, belleza
y misterio de la capital de Reino Unido. Dentro de poco, muy poco, volverían a
verse........
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Era el cuarto día de clases...
Patrick se encontraba justo en frente de la puerta de su
salón llevando en la espalda lo que parecía ser el forro de una guitarra. Hacía
algún rato se había despedido de Rebecca y Shaoran, quienes ya habían entrado
a su aula, pero el seguía allí, parado. En realidad no tenía ganas de cruzar
el umbral y encontrarse con sus compañeros de clases, los cuales en su mayoría
lo ignoraban... pero había un grupo que se dedicó a molestarlo desde el primer
instante en que lo vieron. Eran cuatro bravucones que parecían buscar cualquier
excusa para hostigar a todo aquel que no les cayera bien. Su delito: ser irlandés
y católico.
Todo comenzó el segundo día, luego de la clase de
historia. Hasta ese momento todo se había desarrollado con normalidad, y cuando
el profesor se fue un chico se acercó a él con aparentes intenciones de
hablar, pero de repente se detuvo, puso cara de horror y se alejo rápidamente.
Confundido por lo sucedido, O' Connor se dio la vuelta y observó a cuatro
muchachos en el fondo del salón que lo miraban maliciosamente, cuchicheaban
entre ellos señalándolo descaradamente para luego reírse a carcajadas. Era
obvio que se estaban burlando de él, pero decidió no prestarle atención y
comenzar a arreglar las notas que había tomado durante la clase. Poco tiempo
después, sintió paso que se acercaban a su escritorio.
- "¿Qué haces, irlandés?" - dijo una voz
burlona a su espalda - "Miren chicos, pero si nos salió estudiante
aplicado y todo... Déjame ver..." - finalizó, arrancándole el cuaderno
de las manos
Patrick se volteó enfadado, sólo para encontrarse con
tres de los sujetos que hacía pocos instantes se reían de él. El cuarto se
encontraba en la puerta y parecía estar vigilando.
- "Devuélvemelo" - exigió el chico de ojos
grises.
- "Hhhmmm.... esto está muy bien...." - siguió
hablando, ignorando por completo el reclamó - "Me servirá mucho para el
examen" - arrancó la hoja del cuaderno y se la guardo en el bolsillo de la
chaqueta.
- "¡Oye, no tienes ningún derecho a quitarme
mi...!" - protestó O' Connor colocándole la mano en el hombre
- "¡No me toques, basura irlandesa!" - gritó
con agresividad.
En ese mismo momento todos los alumnos del salón se
sobresaltaron y se alejaron del lugar, era evidente que les tenían miedo.
Patrick por su parte se sorprendió bastante con esa respuesta y aún más con
la mirada de odio que le dirigió aquel muchacho ¿Qué le había hecho para que
se comportara de esa manera?
Antes de que O' Connor pudiera si quiera reaccionar, el
muchacho aprovechó su fortaleza física, lo tomó del brazo izquierdo y empezó
a retorcerlo sin piedad. El irlandés comenzó a sentir un dolor punzante en las
articulaciones de su codo y hombro, era como si se fueran desprender en
cualquier momento.
- "¡Justin, hay viene la momia de literatura!"
- gritó el chico de la puerta haciendo rreferencia a la profesora.
El aludido se giró a ver a su presa con un aire de cruel
superioridad.
- "Maldita escoria, no vuelvas a poner tus sucias
manos sobre mí" - dijo finalmente empujándolo contra la pared - "Y
será mejor que no le digas a nadie sobre esto o te juro que te arrepentirás..."
El dolor en su brazo duró el resto del día y realmente
le fue difícil ocultárselo a Rebecca y Shaoran, que lo miraban con sospecha y
le preguntaban si tenía algún problema, pero él lo negó todo.
No tenía deseos de involucrar a más nadie en ese
asunto.
El sonido de los pasos en el pasillo lo trajo nuevamente
a la realidad, se asomó por la esquina y vio aproximarse a la profesora de
biología.
Ya era seguro entrar...
Su puesto se encontraba al lado de la ventana por lo que
se dedicó a mirar distraídamente el patio por unos segundos, hasta que entró
la profesora y tuvo que levantarse y dar el saludo acostumbrado, para luego
continuar con su rutina. La docente comenzó hablar, pero él estaba demasiado
absorto en sus pensamientos como para darse cuenta de que alguien más ingresaba
al salón...
- "Mucho gusto" - saludó una dulce voz que se
dirigía a toda la clase.
Aquel melodioso sonido sacó de su ensimismamiento al
irlandés, que se quedó completamente embobado con la visión que se formaba
ante sus ojos.
Era una chica de su edad, de piel blanca y tersa, tenía
el cabello negro y largo hasta la cintura, el cual, caía sobre sus hombros como
cascada de suaves rizos que empezaban a formarse desde la mitad de la espalda.
Sus ojos eran de un azul profundo y reflejaban una ternura difícil de ignorar.
Y lo mejor de todo... ¡era más bajita que él!
- "Veamos..." - dijo la profesora dando un rápido
vistazo al salón - "Puede sentarse al lado de O' Connor"
¡Esa chica se iba a sentar justo a su lado!
El la miró de reojo mientras ella caminaba hasta su
asiento, pero toda su cautela no valió de nada: la muchacha notó que era
observada discretamente por el irlandés por lo que le dirigió una amigable
sonrisa. El efecto fue inmediato, Patrick se sonrojó a más no poder y devolvió
una tímida sonrisa. La clase transcurrió con normalidad mientras él se sentía
cada vez más tonto por estarse sonrojando...
Finalmente la primera hora terminó, la profesora se
marchó y el chico de ojos grises aprovechó el momento para recostarse un
momento sobre su pupitre; la verdad es que no había dormido muy bien y se sentía
bastante cansado....
- "Hola" - saludó aquella melodiosa voz.
Patrick alzó la cabeza sólo para encontrarse con la
dulce faz de la joven de ojos azules. Miro para atrás para asegurarse de que
estaba hablando con él.
- "Sí, estoy hablando contigo" - murmuró
divertida la chica
- "Ho...hola..." - dijo con un hilo de voz...
¡Dios! Se sentía tan ridículo.
- "¿Cómo te llamas?"
- "Patrick O' Connor ¿Y tu?"
- "Tomoyo Daiduoji" - respondió con una
encantadora sonrisa.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Definitivamente tenía que haber hecho algo terrible en
su vida anterior para estar pagando este karma....
De nuevo, estaba sentado en su pupitre, escuchando una
insufrible clase de gramática, mientras la penetrante mirada de Wesley sobre su
nuca no dejaba de ponerlo nervioso; realmente estaba seguro de que en cualquier
momento lo tomaría por el cuello y se lo partiría en dos...
¡¡¿¿Por qué demonios no podía entender de que todo
fue un mal entendido??!!
Bueno, tenía que reconocer que las circunstancias se
prestaban a la confusión, ¡Pero él era inocente!
En fin, por ahora lo mejor sería armarse de paciencia y
tratar de hacer la situación lo más llevadera posible.... aunque a decir
verdad los constantes interrogatorios de Rebecca sobre el por qué había
gritado "¡¡¡¡NO SOY UN PERVERTIDO!!!!" la clase anterior no
ayudaban en nada... ¿Pero qué se supone que le iba a decir? "No es nada
importante, lo que sucede es que Wesley esta convencido de que intenté abusar
de su hermana en el aeropuerto, pero lo que realmente quería era protegerla de
un fantasma maligno que intentaba matarla con una gran hoz.... Por cierto, ¿No
te había comentado que tengo poderes mágicos?".....
Definitivamente no era bueno diciendo mentiras, por lo
que lo mejor sería guardar silencio....
Levantó la mirada de su libro y vió a Sakura, la cual
parecía hacer grandes esfuerzos por entender la clase. Casi sin darse cuenta
una sonrisa se formó en los labios de joven mago.
Sí, sin duda alguna ella era especial. Físicamente había
cambiado mucho desde la última vez que se habían visto, ya no era la adorable
niña que él recordaba, sino una hermosa adolescente de delicada silueta y
encantadores ojos verdes. Sin embargo, su personalidad no había cambiado nada
en todo ese tiempo: la misma alegría, la misma inocencia, la misma dulzura de
siempre. A pesar de que llevaban 5 años sin verse, lo trataba como si nunca se
hubieran alejado....
Una fuerte patada de Brian movió la silla del chino de
tal forma que casi lo hizo caer. Shaoran se volvió furioso y lo miró a los
directamente a los ojos, mientras sus miradas lanzaban mortíferos rayos.
- "Quédate quieto pervertido" - murmuró el
inglés en tono de advertencia.
Muy bien, la paciencia tenía un límite.
- "Deja de hablar estupideces, idiota" -
respondió Li en tono hostil.
Esto era una declaración de guerra.
- "¡Wesley, Li! Les importaría prestar atención a
la clase"
- "Disculpe profesora" - dijeron al unísono
Ambos regresaron a sus respectivos libros, no sin antes
dirigirse una última mirada desafiante.
Rebecca observaba a los dos chicos con disimulo al tiempo
que muchas preguntas se formaba en su mente. Sin duda Li estaba increíblemente
evasivo y callado desde el primer día de clases, y su relación con ese sujeto,
Wesley, iba de mal en peor; al principio pensó que era una de esas personas
racistas, engreídas o sencillamente antisociales, pero al transcurrir de los días
se dio cuenta que se llevaba bastante bien con el resto del grupo, incluyéndola
a ella. Sin embargo demostraba una abierta hostilidad contra Shaoran...
¿Por qué?
Si Li era un chico muy serio, maduro y calmado.... ¿o
estaba equivocada?
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Una delgada silueta caminaba lentamente por los viejos
pasillos de la secundaria, ajena al griterío del patio durante la hora del
receso. Su pálida mano abrió una de las puertas de los salones circundantes y
al entrar sus ojos grises no encontraron a nadie.
Perfecto.
Sacó su guitarra y se sentó en la mesa que usualmente
era utilizada por el profesor de turno, y que él empleaba ahora como una
especie de tarima improvisada. Paso los dedos por las cuerdas para comprobar si
estaba afinada; no lo estaba, por lo que se dedicó a tensar o aflojar las
cuerdas hasta lograr el tono deseado.
Ese instrumento tenía un gran significado para él; se
lo había regalado su familia el día en que cumplió 11 años junto con una
pequeña reliquia familiar: un crucifijo constituido por un raro cristal
montados en plata, el cual nunca se había quitado desde aquel día.....
Comenzó a tocar.
Gracias a su guitarra conoció a su primera y, hasta hace
poco, única amiga en Inglaterra: Rebecca Symonds. Fue un tarde tranquila y
fresca en Hyde Park, en uno de esos momentos en los que te quieres alejar del
mundo y estar solo con tus pensamientos. Había buscado un sitio apartado, lejos
del bullicio de la ciudad, y se colocó debajo de un sauce. Tomó su guitarra
entre sus manos y comenzó a practicar, para tratar de expulsar toda la tensión
acumulada la noche anterior.
Finalizó la pieza pero no estaba contento con los
resultados.
- "No tiene caso, no soy bueno para la música...
Tal vez mi tío tenga razón y deba dedicarme a otra cosa"
- "Eso no es verdad, a mi me parece que tienes mucho
talento" - comentó una voz cercana
El irlandés se sobresalto con la inesperada afirmación,
se creía completamente solo... Buscó con la mirada por todos lados, incluso se
levantó y revisó detrás del árbol, no vio ni un alma ¿Estaría escuchando
voces en su cabeza?
- "Hey, por acá arriba - " dijo la voz
bastante divertida.
Rápidamente se volvió a las ramas del árbol donde
encontró a una risueña chica de largos cabellos oscuros.
- "¿Desde cuándo estas ahí?"
- "Desde antes que llegaras. Te saludé, pero parece
que estabas muy concentrado tocando"
- "A decir verdad, a veces me tildan de
despistado" - aceptó el muchacho con algo de vergüenza.
La chica se bajo del árbol con agilidad y caminó hasta
donde él estaba. O' Connor no pudo evitar darse cuenta que era más alta que él.
- "¿Cómo te llamas?" preguntó la joven sin más
preámbulos.
- "Pa... Patrick O' Connor" - respondió un
poco desconcertado con lo directa que era aquella muchacha.
- "Rebecca Symonds" - se presentó - "Se
nota por tu acento que no eres inglés.... serás.. ¿serás irlandés por
casualidad?"
- "Sí, así es" - más desconcertado que antes
- "Tu tampoco eres inglesa ¿verdad??"
- "Americana, para ser exactos" - rió la
joven.
Y así comenzó su amistad con aquella neoyorquina.
Con tan sólo un mes de conocerla, resultaba evidente que
era una persona extrovertida, atrayente, alegre, activa (tanto que a veces le
era difícil seguirle el paso), y que pocas veces se detenía a pensar sobre las
consecuencias de sus actos... pero sin embargo le agradaba estar con ella; era
una forma de evadirse de todos sus problemas y tener unos instantes de paz
interior, divertirse como cualquier otra persona....
Durante dos semanas sólo eran ellos dos...
Pero llegó Shaoran Li.
Era irónico, pero a veces el mundo podía ser un lugar
pequeño....
Ese chico era más alto, más rico, más atractivo,
elegante y educado de lo que él podría ser en toda su vida, sin duda era mejor
que él en muchos aspectos, y eso lo hacía sentir inferior... pero lo toleró
he incluso había llegado a aceptarlo, peor aún, le simpatizaba. No obstante,
él tenía algo que con lo que Li siquiera hubiera soñado, algo especial y
realmente único...
Terminó la última nota de la melodía con una sonrisa
de satisfacción.
Indiscutiblemente el futuro se dilucidaba prometedor...
- "Fue hermoso" - dijo una suave voz a su lado.
¡PAAANP!
El súbito comentario perturbó al joven irlandés de tal
forma que le hizo perder el equilibrio y ahora se encontraba tirado en el piso
bastante confundido.
- "¿Te encuentras bien?" - se alarmó Tomoyo.
- "Sí.. estoy bien, no te preocupes" - dijo aún
aturdido y algo adolorido, mientras tomaba su guitarra, que estaba a su lado -
"Es que me tomaste de sorpresa y... bueno, estoy un poco impresionable últimamente
y no vi cuando llegaste..." - a cada palabra que decía se sentía un poco
más tonto, por lo que decidió cambiar el tema lo más rápido posible -
"En fin... ¿qué haces aquí?"
- "Estaba buscando a una vieja amiga que estudia aquí
cuando escuché que alguien tocaba la guitarra, entré y te encontré a ti"
- dijo la japonesa - "Realmente esaa melodía es preciosa"
- "¿En serio te gusta?"
- "Sí, y tu la tocas divinamente"
El muchacho se sonrojo súbitamente, realmente no estaba
acostumbrado a los halagos.
- "Eehhhh, gracias, es una de mis favoritas... ¿Entonces
te gusta la música?"
- "Me encanta, aunque no soy muy diestra en cuanto a
instrumentos se refiere, pero siempre he pertenecido al coro" - recordó súbitamente
el propósito de su búsqueda - "Disculpa, ¿pero te podría preguntar
algo?"
- "Lo que quieras" - respondió sin siquiera
saber lo que estaba diciendo
- "¿Conoces a una chica de apellido Kinomoto?"
- "¿Te refieres a Sakura?"
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Desde el tercer piso de la escuela Kaho observaba a través
de la ventana la enorme algarabía que se formaba cada receso, pero su mente
estaba alejada de aquel lugar, a cada momento que pasaba aquella sensación de
incertidumbre se hacía más fuerte y la llamada que hacía pocos instantes había
recibido no le ayudó a tranquilizarse.
- "¿Estas totalmente seguro?" - había
preguntado con preocupación.
- "Ya he tomado una decisión. Solamente tengo que
arreglar algunos asuntos y volveré a Londres"
- "Espero que sepas lo que estas haciendo. Esto es
muy diferente a todo lo anterior, no es un jugo de niños..."
- "Lo sé, por eso volveré lo más pronto
posible" - dijo con decisión - "Dime ¿cómo están ellos?"
- "Parecen muy tranquilos por ahora, sin embargo sé
que deben estar preocupados"
- "Entiendo" - dijo en tono serio, pero luego
su voz se torno más jovial - "Se van sorprender cuando nos veamos
nuevamente"
- "Sabes, creo que tú serás el sorprendido cuando
regreses" - dijo la profesora con un aire divertido.
Después de una breve charla social colgó el teléfono,
mientras mil pensamientos pasaban por su mente. Temía por la seguridad de
tantas personas a las que quería...... incluso la suya propia.
También había hablado con Sakura hace dos días, y sus
preguntan realmente la perturbaron.... Cerró los ojos y empezó a recordar. El
día de clases se había terminado y en las salida de la secundaria se encontró
con la Maestra de Cartas...
- "¿Presencias extrañas?" - había preguntado
la docente.
- "Así es" - confirmaba ella asintiendo -
"Desde el día en que llegué a Londres he sentido presencias muy extrañas
a mi alrededor, al igual que Shaoran. Por eso quería preguntarle si usted sabía
algo al respecto"
- "Yo también las he percibido, Sakura; pero al
igual que tú y Li, no tengo ningún conocimientos sobre ellas o su origen"
- "Ya veo" - murmuró la pequeña con cierta
desilusión.
- "Lamento no poder ayudarte"
- "No se preocupe" - dijo Kinomoto, recuperando
su habitual alegría, para luego agregar un poco apenada - "Profesora
Mizuki..."
- "¿Si...?"
- "Sólo quería saber cómo estaba Eriol..." -
susurró sonrojándose un poco.
- "Él esta bien" - contestó con una sonrisa
comprensiva - "Aunque hemos tenido poco contacto, porque estudia en un
internado fuera de Londres"
Su antigua alumna le dio las gracias por su tiempo, y se
marchó a al tiempo que se despedía efusivamente. La mujer agitaba su mano en
un mudo adiós, pero cuando la joven se perdió de vista su rostro se ensombreció
con una profunda tristeza.
Odiaba haberle mentido...
Pero era por su seguridad y la del joven Li.
Abrió los ojos volviendo al presente. Debía dejar ese
asunto para luego, ahora tenía que resolver algunos tópicos administrativos
del colegio....
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
"¿Dónde
era que iban a comer....?" - se preguntaba Patrick con aire pensativo.
- "No lo se, pero dudo que sea el laboratorio de química"
- apuntó Tomoyo mientras una gruesa gotaa salía de su cabeza y observaba los
tubos de ensayo y las sustancias químicas.
Ya habían recorrido todo el colegio buscando a su
antigua amiga, pero a cada minuto que pasaba, ella se convencía más de que
aquel chico no sabía ni donde estaba parado.
- "Hhhhhhmmmmmmm....... ¡Ya sé! En el nogal del
patio principal cerca de la fuente - " se volvió a la joven japonesa con
una gran sonrisa - "Ven, ahora si vamos a conseguir a Sakura"
- "Eso espero...." - murmuró Daiduoji al mismo
tiempo que lo seguía.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
- "Así es Brian, con él no sólo ganas un amigo,
sino también un guardaespaldas" - murmuró divertido Russell.
Una gran gota de sudor resbalaba por la nuca de Sakura al
ver como Brian revisaba cada rincón de la zona circundante de la mesa que habían
escogido para almorzar. Lo único que le faltaba eran los lentes oscuros para
ser un agente de la CIA buscando una bomba o algo por el estilo.
- "¿No crees que estas exagerando, hermano?" -
murmuró una avergonzada Bridget.
- "Ninguna precaución es suficiente" -
respondió al tiempo se asomaba por una esquina - "y mucho menos con un
pervertido suelto en el colegio"
- "Brian, ¿me quieres explicar que tienes en contra
del chino?" - dijo Mc Dowell con algo de fastidio mientras se sentaba en
una silla - "Se que eres desconfiado, y tienes tus razones, ¿Pero qué te
ha hecho Li?"
- "A mi nada, pero a mi hermana casi..."
- "¿Estas seguro de que no fue un mal
entendido?" - preguntó Sakura con insistencia - "Lo conocí cuando
teníamos 10 años y estoy convencida de que él jamás..."
- "Sakura...." - le interrumpió Brian - "¿Hace
cuánto tiempo que no se ven?"
- "Unos cinco años, pero..."
- "¿Tienes idea de todo lo que puede cambiar una
persona en todo ese tiempo?"
Kinomoto estaba a punto de refutarle su alegato cuando
Bridget le colocó la mano en el hombro.
- "Déjalo. Cuando se pone terco no escucha
razones" - murmuró la rubia con resignación.
- "Pero no lo entiendo, ¿Cuándo fue que se
encontraron con Li?" - preguntó Mc Dowell.
- "El tres de agosto a las 1:50am en el Aeropuerto
de Londres" - contestó el rubio asiendo alarde de su memoria.
- "Ese fue el día en que llegué a Inglaterra, y
creo que fue a esa hora..." - comentó a japonesa pensativa - "Pero no
lo entiendo, la señora Wesley nos recibió y nos llevó a nuestra nueva casa,
sin embargo a ustedes no los vi en ningún momento, ni ella nos dijo nada de que
hubieran venido..."
Brian se quedó frío al ver la torpeza que había
cometido, mientras su hermana le lanzaba una mirada asesina. Por su parte,
Russell y Sakura los miraba esperando un una explicación.
- "Y bien" - se impacientó el muchacho.
- "Eeehh..... Pues....."
- "¡Hola hermanito!" - chilló una voz a sus
espaldas.
Todo se volvieron y observaron a una sonriente chica de
unos catorce años de edad, blanca y delgada, de cabello negro y corto, muy
arreglado.
- "Carrie (1)...." - murmuró el escocés con
aburrimiento - "¿Qué haces aquí?¿No tienes a alguien más a quien
molestar?"
- "¿Es que no tengo derecho a saludar a mi
hermanito favorito?" - dijo mientras caminaba hacía ellos dando pequeños
saltos - "¡Brian! No tenía idea de que estuvieras aquí" - finalizó
con fingida sorpresa.
Russell miró al cielo como pidiendo paciencia.
"Hermanito favorito"... eso no se lo cría ni ella misma, y lo de
"¡Brian! No tenía idea de que estuvieras aquí" menos. Siempre era
lo mismo, ella venía a "saludarlo" y terminaba acosando a su amigo;
aunque lo más sorprendente del asunto era que a estas alturas Brian no se haya
dado cuenta de nada...
- "Hola Caroline" - se apresuró a decir
Bridget dando gracias a Dios por la interrupción, mientras hacía un intento
desesperado por cambiar el tema - "Te presentó a Sakura, ella es japonesa
y vino a Inglaterra porque su padre va a trabajar en la investigaciones sobre el
Arca de Salisbury..."
- "Ah. Bien, mucho gusto en conocerte" - la
saludó con clara intención de salir del paso, luego se volvió al rubio -
"Brian, me preguntaba si ibas a hacer algo este sábado..." - dijo la
pequeña con coquetería.
- "Tenía planeado salir con Kate ¿Por qué?"
- preguntó extrañado.
- "¡Ay, por Dios, Brian!" - casi gritó su
amigo - "¿Cómo puede ser que no te hayas dado cuenta de que ella esta
loca por...?"- repentinamente se quedó callado, su cara hizo una extraña
mueca, apretó los puños y empezó a murmurar con dificultad -"....ir a
ver... esa película tan buena.... que están... pasando en el... cine"
Por debajo de la mesa, Caoline había pisado
"accidentalmente" a su hermano mayor (haciendo la mayor presión
posible con el filo del tacón, para causar más sufrimiento)
- "¿Estás bien? Te ves muy pálido" - se
preocupó Sakura - "¿Te duele el estomago?"
- "Es dolor, pero no es el estomago... ¡Ay!" -
murmuró, mirando a su hermana con rabia.
- "Mi hermanito es un bromista" - comentó
Carrie con una sonrisa forzada - "¿No es verdad?" - preguntó
amenazadoramente.
La pobre victima no pudo hacer más que asentir con
dificultad, mientras pequeñas lagrimas se asomaban por sus ojos y daba pequeños
golpecitos con el puño a la mesa, en un intento de soportar el punzante el
dolor.
- "Disculpen, pero tengo que ir a hablar con Kate"
- recordó Brian mientras se levantaba dee la mesa. Además era la excusa
perfecta para dejar el tema del aeropuerto hasta allí.
- "No, espera, Brian" - se alarmó la chiquilla
que fue tras él.
El escocés aprovechó el descuido para liberar su
maltrecha extremidad.
- "Tienes una hermana muy simpática, Russell"
- comentó Sakura con inocencia.
En la mente de Kinomoto no tardo en formarse la imagen de
Touya diciéndole "monstruo"... parece que esa la idea que tenían
todos los hermanos mayores.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Shaoran y Rebecca almorzaban apaciblemente debajo de un
nogal, no habían intercambiado mayores palabras durante todo ese tiempo y un
abismo de silencio se había formado entre ellos. Symonds dejó su almuerzo de
lado y observó al joven mago con detenimiento.
Parecía tan angustiado y triste.... Era obvio que algo
lo estaba torturando por dentro.
- "No me lo vas a decir ¿verdad?" - dijo la
americana rompiendo el hielo.
Li dejó de comer de inmediato, sabía perfectamente de
lo que estaba hablando.
- "Symonds, yo..."
- "Puedes llamarme Rebecca"
- "Bueno, Rebecca, es que yo no se cómo..." -
se quedó callado y bajo la cabeza avergonzado.
- "Shaoran, si no me cuentas lo que sucedió voy a
empezar a creer que Wesley realmente tiene razón..."
- "Yo no soy un pervertido, te lo juro" - la
interrumpió - "Todo fue un mal entendido..." - dijo sin dejar de
mirar el verde pasto del suelo.
- "Oh, vamos Shaoran, entonces ¿por qué pones esa
cara de culpable? ¿Y por qué no me quieres contar lo que paso? Tu actitud no
es normal desde el lunes ¿Por qué?"
- "Aunque te lo explicara no me creerías..." -
murmuró cabizbajo.
La joven de cabello oscuro se levantó y camino hacia el
mago.
- "¿Cómo puedes estar tan seguro sin siquiera
haberlo intentado?" - insistió la muchacha, pero esta vez su voz se
escuchaba mucho más cercana que antes.
Li levantó la mirada sólo para encontrarse a escasos
centímetros del rostro de Rebecca. Sus grandes ojos turquesa, su largo y oscuro
cabello cayendo sobre su cara, sus labios y esa mirada suplicante...... el joven
chino sintió como se iba sonrojando sin que pudiera hacer algo para evitarlo.
Por unos instantes experimentó dos impulsos totalmente contradictorios: el
primero, salir corriendo a toda velocidad como generalmente lo hacía cuando era
niño; y el segundo era totalmente diferente, era el extraño deseo de acercarse
un poco más y....
- "¡Shaoran, Rebecca! ¿Saben dónde esta Sakura?"
- preguntó una voz familiar.
El futuro jefe del clan Li regresó al la realidad casi
infartado y vio a un sonriente Patrick, el cual parecía estar esperando una
respuesta, y a su lado una chica de cabello negro y largo que le resultaba extrañamente
familiar.
- "¿Qué haces aquí?" - fue lo único que
atinó a decir Shaoran.
- "Es que estoy buscando a Sakura y pensé que ella
podría estar con ustedes"
- "No, ella prefirió comer hoy con los Wesley"
- confirmó Symonds
El chino comenzó a notar la acompañante de O' Connor lo
observaba de arriba a bajo, como si lo estuviera examinando.
- "¿Li, eres tu?" - preguntó la joven
japonesa - "¿No me recuerdas? Soy yo, Tomoyo Daiduoji"
El mago la miró con detenimiento por unos segundos. Sí,
definitivamente era ella.
- "¡Daiduoji!" - se sorprendió.
- "¿Ustedes dos se conocen?" - dijo el irlandés
desconcertado.
- "Sí, nos conocimos cuando éramos niños, en Japón"
- corroboró Tomoyo.
Después de las presentaciones pertinentes, Rebecca
"recordó" que tenía que decirle "algo privado" a Patrick,
por lo que tuvo arrastrarlo fuera del lugar para total estupefacción de éste.
- "¿Pero por qué me tienes que decir algo privado
a mi?"
- "En realidad no te voy a decir nada"
- "Pues ¿Por qué me trajiste hasta aquí?"
- "Tal vez porque si tengo 5 años sin ver a un
amigo, me gustaría tener algo de privacidad para poder hablar libremente con él"
- "Si tu lo dices...." - murmuró O' Connor,
luego agregó con suspicacia - "Pero desde aquí los puedes ver muy
bien..."
- "¿No era eso lo que querías?" - respondió
ella con una sonrisa al tiempo que empezaba nuevamente a comer.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Un
extraño muñeco amarillo revisaba el refrigerador con avidez, buscaba algo
delicioso que comer, mientras esperaba a su ama.
- "¡Que bueno! Pastel de crema y fresas" -
casi gritó Kero con alegría al tiempo que sacaba un trozo y lo colocaba en un
plato.
Echó un vistazo al reloj.
- "Sakura ya debe estar por llegar..." - dijo
con agrado, sin embargo, cuando estaba apunto de introducir en su boca un gran
pedazo de pastel se detuvo, y pronto la preocupación invadió el rostro del
pequeño guardián - "pero por qué no puedo estar tranquilo" - murmuró
mientras miraba por la ventana de la cocina
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Shaoran acababa de llegar a su departamento y único que
quería era un buen baño caliente; el sólo hecho de tener que ver todos los días
a ese sujeto, Brian, lo ponía de mal humor. ¿Cómo alguien podía ser tan
insoportable? Y más cuando lo llamaba pervertido cada vez que se hablaban...
- "Buenos tardes señor Li ¿cómo le fue en la
escuela" - saludó el anciano desde la sala.
- "Bien, Wei" - respondió él sin mucho
entusiasmo.
- "Lo veo algo decaído últimamente, señor"
- "No es nada Wei, sólo estoy algo cansado"
Jamás se había sentido tan aliviado de llegar a su
cuarto. Dejó su bolso sobre el escritorio, se tiró sobre la cama sin siquiera
quitarse la chaqueta del uniforme. Realmente estaba agotado.
Ya no había sentido esas presencias extrañas desde el
primer día de clases, eso era relativamente bueno; sin embargo, su amistad con
Patrick y Rebecca parecía estarse deteriorando cada día más, y no había
podido decirle a Sakura acerca de la llegada de Tomoyo... y todo por culpa de
esos dos...
Estaban en ese pequeño espacio de unos 5 minutos entre
una clase y otra, en la cual esperaban que el siguiente docente llegara, cuando
decidió acercarse a la maestra de cartas. Estaba completamente seguro que la
noticia de que su mejor amiga se encontraba en el colegio la alegraría, además
tenía algún tiempo que no había hablado con ella y también quería saber si
tenía algo nuevo sobre los sucesos extraños que estaban ocurriendo en Londres.
- "¿Jamás te vas a cansar de molestar,
pervertido?" - dijo una voz a su espalda.
No necesitaba ni voltearse para saber quién era. ¡Ya
estaba harto!
- "Será mejor que me dejes en paz" - fue lo único
que dijo Li antes de reanudar su camino.
- "¡¿A dónde crees que vas?!" - casi gritó
Wesley, mientras lo jalaba con brusquedad por el cuello de la camisa.
- "¡A donde quiera!" - respondió Shaoran soltándose
con un fuerte empujón.
El ambiente se llenó de tensión. Todos se les quedaron
mirando, sabía muy bien que Brian no se iba a quedar así nada más, y Li había
demostrado tener su carácter...
A decir verdad, el momento no era el mejor para una riña,
la siguiente clase era con la vieja profesora Collins, la cual, era famosa por
su apego a una disciplina rígida y su intolerancia ante cualquier intento de
romper las normas. Era del tipo de persona que añoraba los días en los que se
utilizaba el castigo físico como método de enseñanza y sus exámenes solían
ser excesivamente difíciles. Hasta Russell se comportaba como un santo en sus
clases, para evitar problemas.
Si encontraba a Wesley y a Li riñendo, todo el salón lo
iba a pagar caro.
Mc Dowell prácticamente salto de un lado al otro del
aula en un intento desesperado de detenerlos.
- "Tranquilos, tranquilos" - dijo metiéndose
entre ellos, al tiempo que comentaba en tono de consejo - "¿Saben? No es
una buena idea intentar matarse mutuamente en estos momentos.... Collins debe
estar por llegar, y amenos que deseen ser torturados por ella por lo que les
quede de vida escolar y arrastrarnos a todos nosotros con ustedes..."
Por una fracción de segundo el ingles apartó la mirada
de Li para mirar a su lado derecho y luego a su amigo; su ceño se acentuó aun
más al encontrarse de nuevo con los ojos del asiático.
- "Esta bien, dejaré este asunto para después"
- dijo con frialdad sin dejar de mirar aal mago - "Pero no creas que esto va
a quedar así"
Se sentó en su pupitre, dirigiéndole una ultima mirada
de antipatía en contra del mago, el cual imitó el gesto.
De nuevo en su habitación, Li se pasó la mano por el
cabello con cansancio... A estas alturas ya casi estaba arrepentido de haber
tomado la decisión de ayudar a esa chica en el aeropuerto...
Las cosas con Kinomoto no parecían estar tan mal, seguía
tan alegre y despreocupada como antes; en cuanto a Patrick... bueno, él estaba
muy metido en su propio mundo como para darse cuenta de lo que pasaba a su
alrededor, a veces le sorprendía como alguien podía ser tan distraído y
olvidadizo, pero Rebecca tenía razón al decir que él era una buena
persona....
Rebecca....
Con ella sí tenia problemas, sentía que estaba
empezando a dudar de él, y eso lo afectaba de una forma que no podía entender
muy bien. Tal vez si le contaba todo...
Pero la parte de la magia no se la iba a creer nunca...
A menos que le diera una pequeña muestra. Si, con un
hechizo básico sería suficiente.
De repente lo sucedido durante el descanso volvió a su
mente. Cuando se encontraron cara a cara, estaba tan cerca de ella que podía
sentir su respiración y cuando casi....
- "¡¡¿Pero en qué estoy pensando?!!" - se
reprochó mientras se estrujaba la cabeza con las manos y su cara tomaba una
tonalidad rojiza.
Regresó al presente cuando vio que su cuarto estaba
iluminado por una luz extraña. Se viró con mucha precaución y descubrió que
el causante de este fenómeno era el tablero colocado sobre la mesa de noche.
Era raro, no había vuelto a hacer nada parecido desde
aquel día en el aeropuerto... por lo menos que él lo hubiera visto.
¿Será acaso que aquel ser volvió a manifestarse?.
Justo en ese momento el tablero disparo un rayo de luz
por la ventana. ¡Lo había localizado!. Sin perder más tiempo tomó su talismán
y salió de la habitación... Sabía perfectamente que esa cosa era muy
peligrosa.
Desde la cocina, Wei sólo pudo ver una ráfaga que
apenas y pudo identificar como el joven Li, seguido por un fuerte portazo. El
anciano se asomó con inquietud, preguntándose que lo había hecho salir de esa
forma.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Finalmente el día había terminado...
Ahora Sakura se dirigía a su casa junto a Bridget y
Brian. Había tenido una amena conversación con la chica durante el camino,
pero él estaba mortalmente callado, se notaba que estaba furioso por el
"pequeño" problema que tuvo con Shaoran; por recomendación de la
inglesa ella no comentó nada acerca de el hecho, ya que esto lo iba a poner de
peor humor... aunque pareciera imposible.
Kinomoto y los gemelos Wesley no vivían muy lejos el uno
del otro, por lo que recorrían parte del camino juntos hasta una plaza repleta
de árboles, donde cada uno tomaba direcciones distintas. Hacía no más de
cinco minutos que esto había ocurrido y ella se encontraba parada frente al
lugar, el cual estaba desierto; no estaba segura si debía pasar por allí, algo
le decía que debía tomar otro camino por su propia seguridad, pero había un
pequeño problema: no sabía otra forma de llegar a su casa.
Se armó de valor reinició su marcha sin saber que era
vigilaba...
En un árbol cercano, la oscura figura de un encapuchado
observaba a la joven japonesa mientras caminaba cuidadosamente por el sendero.
Estaba sentado cómodamente en una rama desde la cual podía divisar la
totalidad de la plaza, desde allí, podía controlar todo lo que sucediera en
los alrededores y de esta manera evitar cualquier interrupción. Sonreía al
juguetear ocasionalmente con su hoz, mientras esperaba la ocasión perfecta para
llevar a cabo su plan.
Hasta ahora, nunca había percibido magia como esa y no
estaba seguro de que le sirviera para sus propósitos, pero de todas maneras valía
la pena intentarlo. No era que desconociera la magia oriental, por el contrario,
la conocía bastante bien y había sentido en carne propia lo poderosa que podía
llegar hacer...
Pero la presencia de esa chiquilla era diferente a lo que
estaba habituado. Lejos de pertenecer a una de las seis castas que conformaban
la "cofradía" (las cuales estaban representada por los elementos básicos
de la creación), ella emanaba la energía de los cuerpos celestes de la noche,
las estrellas, lo cual era cuando menos... raro.
Era curioso, lo mismo sucedía con el idiota del
aeropuerto; por su culpa perdió la oportunidad que le pudo dar la victoria de
una forma casi definitiva. De sólo pensar en eso sentía que le hervía la
sangre. Pero de todas modos, tenía que aceptar que la magia de aquel muchachito
era poderosa y también inusual... Esta vez simbolizada por el relámpago.
Lo mejor sería tener más cuidado de ahora en adelante,
más aún teniendo en cuenta que no estaba al máximo de sus capacidades
desde...
Se empezaba a impacientar. ¿Esa chica no podía caminar
más rápido?
Definitivamente no iba a atacarla directamente, eso
hubiera sido muy imprudente de su parte (más, sin saber que cosas era capaz de
hacer esa jovencita) por lo que preparó una pequeña trampa para medir su
desempeño...
- "La función esta apunto de empezar" - pensó
divertido - "Sólo unos pasos más y..."
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Li caminaba a prisa por las transitadas calles de Londres
siguiendo el rayo de luz (el cual sólo él podía ver) que le indicaba la
ubicación de oscuro ente que vio por primera vez en el aeropuerto. Al cabo de
algún tiempo vio el sitio exacto en el que terminaba el halo de luz: una plaza
extrañamente envuelta por la oscuridad.
- "Finalmente nos volveremos a ver" - pensó el
chino.