Visitantes de Occidente

by Rei Kinomoto

 Capítulo 4  

El primer ataque

Sakura acababa de llegar de la escuela y se sentía bastante cansada, pero estaba feliz. Su primer día había sido mejor de lo que esperaba: conoció a personas muy simpáticas y se reencontró con otras, a las que no esperaba ver. Pasó por la sala buscando a su padre o a su hermano, pero estaba completamente vacía... al parecer todavía no habían llegado. Subió las escaleras y entró a su cuarto donde Kero se encontraba batallando con un video juego como era costumbre.
Al notar la presencia de su ama, colocó "pausa" y voló alegremente hacia la joven.
- "Hola Sakura" - saludó la bestia del sello - "¿Cómo te fue en tu primer día de clases?"
- "Muy bien. La secundaría es realmente grande y muy bonita, además mis compañeros son muy agradables en especial Russell..."
- "¿Russell? ¿Quién es ese?"
- "El chico que se sienta a mi lado en la clase, es muy divertido. También conocí a los hijo de la señora Wesley, Bridget y Brian, me encontré con Shaoran, hable con dos chicos de lo más simpáticos, Rebecca Symond, que es norteamericana, y un irlandés que se llama Patrick... ¡Y sabías que la coordinadora es señorita Mizuki!..."
- "Sakura... ¿qué fue lo que dijiste?" - preguntó el pequeño muñeco con recelo.
- "Que la profesora Mizuki es la coordinadora..." - murmuró Sakura, aunque sabía perfectamente a que se refería.
- "No hablo sobre eso, lo que dijiste antes...."
- "Pues.... hablé con dos chicos muy simpáticos y..."
- "Sakura..."
- "Me... me encontré con Shaoran en la secundaria" - susurró de una manera casi imperceptible. Ya sabía la reacción de Kero.
- "¡EL MOCOSO! ¡¿Y qué se supone que esta haciendo aquí?!"
- "Me dijo que vino a aprender inglés... Son cosas como estas las que me hacen pensar que el mundo es un lugar muy pequeño ¿no crees?" - comentó la chica un poco incomoda, pero luego recordó algo muy importante (y que con seguridad cambiaria el tema) - "Hablé con él durante el receso y me contó que también a sentido presencias extrañas en la ciudad"
- "Entonces no estábamos equivocados, algo extraño está pasando..." - dijo pensativo el pequeño guardián.
- "También ocurrió algo muy raro en la escuela"
Sakura comenzó a narrarle la aparición de las dos presencias, la reacción de Li y como habían desaparecido sin dejar rastro.
- "Con que eso fue lo que pasó" - dijo Kero muy interesado.
- "Sí, así es. ¿Qué crees que este sucediendo?"
- "Para serte sincero, no tengo ni la menor idea" - luego lo pensó mejor y rectificó - "A menos que..."
- "Dime" - dijo la maestra de cartas con impaciencia.
- "A menos que estemos en medio de una guerra entre clanes mágicos. Si es así, lo mejor será mantenernos alejados del asunto"
- "¿Por qué?"
- "Las guerras entre magos son sumamente peligrosas, generalmente hay muchas bajas en los bandos en conflicto antes de que uno de ellos consiga la victoria. Si nos involucrarnos podríamos tener muchos problemas"
- "¿Cómo sabes eso Kero? ¿Acaso alguna vez estuviste en alguno?"
- "Por fortuna no, pero eso fue lo que me dijo Clow hace ya bastante tiempo" - luego agregó - "Creo que por tu propia seguridad Sakura, lo mejor será que comiences a llevar las cartas contigo a todos lados, porque no sabemos en que momento puedas quedar atrapada en medio de una de esas disputas"
- "¿Qué te parece si hablo con la señorita Mizuki? Ella debe saber algo más de lo que esta sucediendo"
- "Me parece buena idea... Además también podrías preguntarle por la reencarnación de Clow, él vive aquí ¿No es cierto?" - comentó Kero
- "Si, Eriol vive en Londres.... vaya, hace mucho tiempo que no se de él" - reconoció la japonesa.
- "Por cierto... ¿me trajiste lo que me prometiste?"
- "Si, aquí está el pudín que me pediste" - dijo mientras sacaba el dulce de su bolso.
La bestia del sello se apresuró a guardar el juego y apagar la consola, para degustar el delicioso postre con toda tranquilidad.
Sakura abrió el closet para cambiarse de ropa, cuando unas cajas en el fondo llamaron su atención; estaban cerradas y todavía tenían pegadas todas las etiquetas de la compañía de mudanzas. Las sacó y tomó una navaja para cortar las envolturas. Dentro estaban algunas de sus cosas de la vieja casa de Tomoeda, entre ellas, dos que tenían un significado muy especial: la muñeca que le regaló Tomoyo cuando pasaron a cuarto grado y el osito que le dio Shaoran antes de irse a Hong Kong.
Se volteó para asegurarse que Kero no le estaba prestando atención (en realidad estaba muy concentrado en saborear su pudín como para darse cuenta de lo que pasaba a su alrededor) y tomó los dos muñecos entre sus brazos. Primero observó al osito que le había regalado su primer amor antes de marcharse de Tomoeda.
Recordaba ese momento como si fuera ayer.... No sabía exactamente lo que sentía por Shaoran, pero era claro que no era lo mismo que sentía por Yukito, ni tampoco era sólo amistad.
También recordaba el como Tomoyo la llamó a su casa, avisándole que Li volvía a Hong Kong en el avión de las 11 y eran las 9. Ella subió a su habitación, no quería que Shaoran se fuera... una lágrima cayó por su mejilla hasta el suelo, y justo en ese lugar comenzó a formarse el círculo mágico de la estrella y de su pecho salió una carta. La había observado un momento antes de tomarla entre sus manos con dulzura.
- "Eso es, Shaoran" - había murmurado
Corrió al aeropuerto con desesperación rogando que aún no se hubiese marchado, pero ahí estaba él, parado en el centro de la sala.... los dos se quedaron mirando sin saber que decir. En ese momento llegó Wei y le dio a Shaoran el osito diciéndole que se le había olvidado.
- "¿Puedo quedarme con ese osito?" - preguntó la Card Captor
Li le entregó el osito y sus manos se juntaron.
- "Nos volveremos a ver ¿verdad?" - preguntó nuevamente la japonesa.
- "¿Por casualidad no me habrás traído más pudín?" - dijo la chillona voz del guardián.
La Maestra de Cartas volvió a la realidad un poco sobresaltada y rápidamente escondió el peluche en la caja, realmente no tenía ganas de escuchar uno de los berrinches de Kero en contra de Li.
- "Eehhh... sí, hay otro en mi mochila. Era mío pero te lo puedes quedar"
- "¡Muchas gracias, Sakurita!" - de repente se le quedo viendo fijamente - "Oye ¿Te sientes bien?"
- "¿Por qué lo dices?"
- "Tu cara esta muy roja" - se acerco y le puso la patita en la frente - "¿No será que tienes fiebre?"
- "No, me siento muy bien"
- "Espera un momento" - dijo la bestia frunciendo el ceño - "¿Eso no es...." - Sakura palideció ¡la que se iba a armar! - "...la muñeca que te regaló Tomoyo?"
- "Si, así es" - dijo aliviada la Card Captor - "la acabo de encontrar"
- "No cabe duda que esa chica tenía mucho talento" - comentó examinando el muñeco - "¿Aún no te ha escrito?"
- "No, aún no... Hace un mes que no ha sabido nada de ella" - murmuró con un aire de tristeza mientras observaba el insólito traje del juguete - "Es extraño, lo último que me escribió fue que me iba a dar una sorpresa..."
- "No te preocupes, ella debe estar muy ocupada y por eso no se a comunicado contigo, estoy seguro que en lo que tenga algo de tiempo te escribirá
- "Sí, tienes razón" - dijo recuperando la confianza.
- "¡Así me gusta! Ahora sólo debemos preocuparnos por no involucrarnos en estos sucesos extraño y todo estará bien..."
De repente el rostro de la muchacha se ensombreció, se acercó con un aire melancólico a la ventana, la abrió y se apoyo en el marco, dejando que la suave brisa de la noche jugara con su cabello.
- "Sakura..." - murmuró el pequeño guardián con cierta preocupación, mientras volaba hasta su lado.
- "Cada vez estoy más convencida de que algo muy malo esta sucediendo en este lugar... No se por qué, pero temo que algo terrible ocurra"
Los dos se quedaron en silencio observando a través de la ventana totalmente ajenos al mundo que les rodeaba, mientras en la televisión, aún encendida, se podía ver a una mujer morena narrando los avances del noticiero.
- "En otras noticias... La policía a confirmado el hallazgo de un cuerpo en las orillas del Támesis, en este caso se trata de una mujer de treinta y dos años que respondía al nombre de Ingrid Parker. Se cree que el suceso pueda tener relación con la muerte del taxista Vincent Kyle, pero las autoridades no han confirmado esta información... Detalles, en la emisión estelar de BBC news"

OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

Un ir y venir de cajas alteraba la paz de un lujoso edificio de las calles de Knightsbridge, mientras una mujer con porte de ejecutiva (la cual estaba flanqueada por unos guardaespaldas con cara de pocos amigos) indicaba a los hombres de la mudanza donde debían ubicar los muebles.
Hacía escasas horas que ella y su hija habían llegado a Londres, y a decir verdad el viaje no había sido del todo placentero: retrasos, problemas con la compañía, las dificultades para conseguir un departamento adecuado a sus necesidades, las interminables llamadas de sus socios y su corredor de bolsa... en conclusión, estaba al borde de un colapso nervioso desde la semana pasada y había jurado que si su móvil volvía a sonar lo lanzaría por la ventana más cercana.
Por otra parte, la joven hija de la mujer no cabía en su felicidad, mientras miraba por la ventana del apartamento la inmensidad, belleza y misterio de la capital de Reino Unido. Dentro de poco, muy poco, volverían a verse........

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Era el cuarto día de clases...
Patrick se encontraba justo en frente de la puerta de su salón llevando en la espalda lo que parecía ser el forro de una guitarra. Hacía algún rato se había despedido de Rebecca y Shaoran, quienes ya habían entrado a su aula, pero el seguía allí, parado. En realidad no tenía ganas de cruzar el umbral y encontrarse con sus compañeros de clases, los cuales en su mayoría lo ignoraban... pero había un grupo que se dedicó a molestarlo desde el primer instante en que lo vieron. Eran cuatro bravucones que parecían buscar cualquier excusa para hostigar a todo aquel que no les cayera bien. Su delito: ser irlandés y católico.
Todo comenzó el segundo día, luego de la clase de historia. Hasta ese momento todo se había desarrollado con normalidad, y cuando el profesor se fue un chico se acercó a él con aparentes intenciones de hablar, pero de repente se detuvo, puso cara de horror y se alejo rápidamente. Confundido por lo sucedido, O' Connor se dio la vuelta y observó a cuatro muchachos en el fondo del salón que lo miraban maliciosamente, cuchicheaban entre ellos señalándolo descaradamente para luego reírse a carcajadas. Era obvio que se estaban burlando de él, pero decidió no prestarle atención y comenzar a arreglar las notas que había tomado durante la clase. Poco tiempo después, sintió paso que se acercaban a su escritorio.
- "¿Qué haces, irlandés?" - dijo una voz burlona a su espalda - "Miren chicos, pero si nos salió estudiante aplicado y todo... Déjame ver..." - finalizó, arrancándole el cuaderno de las manos
Patrick se volteó enfadado, sólo para encontrarse con tres de los sujetos que hacía pocos instantes se reían de él. El cuarto se encontraba en la puerta y parecía estar vigilando.
- "Devuélvemelo" - exigió el chico de ojos grises.
- "Hhhmmm.... esto está muy bien...." - siguió hablando, ignorando por completo el reclamó - "Me servirá mucho para el examen" - arrancó la hoja del cuaderno y se la guardo en el bolsillo de la chaqueta.
- "¡Oye, no tienes ningún derecho a quitarme mi...!" - protestó O' Connor colocándole la mano en el hombre
- "¡No me toques, basura irlandesa!" - gritó con agresividad.
En ese mismo momento todos los alumnos del salón se sobresaltaron y se alejaron del lugar, era evidente que les tenían miedo. Patrick por su parte se sorprendió bastante con esa respuesta y aún más con la mirada de odio que le dirigió aquel muchacho ¿Qué le había hecho para que se comportara de esa manera?
Antes de que O' Connor pudiera si quiera reaccionar, el muchacho aprovechó su fortaleza física, lo tomó del brazo izquierdo y empezó a retorcerlo sin piedad. El irlandés comenzó a sentir un dolor punzante en las articulaciones de su codo y hombro, era como si se fueran desprender en cualquier momento.
- "¡Justin, hay viene la momia de literatura!" - gritó el chico de la puerta haciendo rreferencia a la profesora.
El aludido se giró a ver a su presa con un aire de cruel superioridad.
- "Maldita escoria, no vuelvas a poner tus sucias manos sobre mí" - dijo finalmente empujándolo contra la pared - "Y será mejor que no le digas a nadie sobre esto o te juro que te arrepentirás..."
El dolor en su brazo duró el resto del día y realmente le fue difícil ocultárselo a Rebecca y Shaoran, que lo miraban con sospecha y le preguntaban si tenía algún problema, pero él lo negó todo.
No tenía deseos de involucrar a más nadie en ese asunto.
El sonido de los pasos en el pasillo lo trajo nuevamente a la realidad, se asomó por la esquina y vio aproximarse a la profesora de biología.
Ya era seguro entrar...
Su puesto se encontraba al lado de la ventana por lo que se dedicó a mirar distraídamente el patio por unos segundos, hasta que entró la profesora y tuvo que levantarse y dar el saludo acostumbrado, para luego continuar con su rutina. La docente comenzó hablar, pero él estaba demasiado absorto en sus pensamientos como para darse cuenta de que alguien más ingresaba al salón...
- "Mucho gusto" - saludó una dulce voz que se dirigía a toda la clase.
Aquel melodioso sonido sacó de su ensimismamiento al irlandés, que se quedó completamente embobado con la visión que se formaba ante sus ojos.
Era una chica de su edad, de piel blanca y tersa, tenía el cabello negro y largo hasta la cintura, el cual, caía sobre sus hombros como cascada de suaves rizos que empezaban a formarse desde la mitad de la espalda. Sus ojos eran de un azul profundo y reflejaban una ternura difícil de ignorar. Y lo mejor de todo... ¡era más bajita que él!
- "Veamos..." - dijo la profesora dando un rápido vistazo al salón - "Puede sentarse al lado de O' Connor"
¡Esa chica se iba a sentar justo a su lado!
El la miró de reojo mientras ella caminaba hasta su asiento, pero toda su cautela no valió de nada: la muchacha notó que era observada discretamente por el irlandés por lo que le dirigió una amigable sonrisa. El efecto fue inmediato, Patrick se sonrojó a más no poder y devolvió una tímida sonrisa. La clase transcurrió con normalidad mientras él se sentía cada vez más tonto por estarse sonrojando...
Finalmente la primera hora terminó, la profesora se marchó y el chico de ojos grises aprovechó el momento para recostarse un momento sobre su pupitre; la verdad es que no había dormido muy bien y se sentía bastante cansado....
- "Hola" - saludó aquella melodiosa voz.
Patrick alzó la cabeza sólo para encontrarse con la dulce faz de la joven de ojos azules. Miro para atrás para asegurarse de que estaba hablando con él.
- "Sí, estoy hablando contigo" - murmuró divertida la chica
- "Ho...hola..." - dijo con un hilo de voz... ¡Dios! Se sentía tan ridículo.
- "¿Cómo te llamas?"
- "Patrick O' Connor ¿Y tu?"
- "Tomoyo Daiduoji" - respondió con una encantadora sonrisa.

OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

Definitivamente tenía que haber hecho algo terrible en su vida anterior para estar pagando este karma....
De nuevo, estaba sentado en su pupitre, escuchando una insufrible clase de gramática, mientras la penetrante mirada de Wesley sobre su nuca no dejaba de ponerlo nervioso; realmente estaba seguro de que en cualquier momento lo tomaría por el cuello y se lo partiría en dos...
¡¡¿¿Por qué demonios no podía entender de que todo fue un mal entendido??!!
Bueno, tenía que reconocer que las circunstancias se prestaban a la confusión, ¡Pero él era inocente!
En fin, por ahora lo mejor sería armarse de paciencia y tratar de hacer la situación lo más llevadera posible.... aunque a decir verdad los constantes interrogatorios de Rebecca sobre el por qué había gritado "¡¡¡¡NO SOY UN PERVERTIDO!!!!" la clase anterior no ayudaban en nada... ¿Pero qué se supone que le iba a decir? "No es nada importante, lo que sucede es que Wesley esta convencido de que intenté abusar de su hermana en el aeropuerto, pero lo que realmente quería era protegerla de un fantasma maligno que intentaba matarla con una gran hoz.... Por cierto, ¿No te había comentado que tengo poderes mágicos?".....
Definitivamente no era bueno diciendo mentiras, por lo que lo mejor sería guardar silencio....
Levantó la mirada de su libro y vió a Sakura, la cual parecía hacer grandes esfuerzos por entender la clase. Casi sin darse cuenta una sonrisa se formó en los labios de joven mago.
Sí, sin duda alguna ella era especial. Físicamente había cambiado mucho desde la última vez que se habían visto, ya no era la adorable niña que él recordaba, sino una hermosa adolescente de delicada silueta y encantadores ojos verdes. Sin embargo, su personalidad no había cambiado nada en todo ese tiempo: la misma alegría, la misma inocencia, la misma dulzura de siempre. A pesar de que llevaban 5 años sin verse, lo trataba como si nunca se hubieran alejado....
Una fuerte patada de Brian movió la silla del chino de tal forma que casi lo hizo caer. Shaoran se volvió furioso y lo miró a los directamente a los ojos, mientras sus miradas lanzaban mortíferos rayos.
- "Quédate quieto pervertido" - murmuró el inglés en tono de advertencia.
Muy bien, la paciencia tenía un límite.
- "Deja de hablar estupideces, idiota" - respondió Li en tono hostil.
Esto era una declaración de guerra.
- "¡Wesley, Li! Les importaría prestar atención a la clase"
- "Disculpe profesora" - dijeron al unísono
Ambos regresaron a sus respectivos libros, no sin antes dirigirse una última mirada desafiante.
Rebecca observaba a los dos chicos con disimulo al tiempo que muchas preguntas se formaba en su mente. Sin duda Li estaba increíblemente evasivo y callado desde el primer día de clases, y su relación con ese sujeto, Wesley, iba de mal en peor; al principio pensó que era una de esas personas racistas, engreídas o sencillamente antisociales, pero al transcurrir de los días se dio cuenta que se llevaba bastante bien con el resto del grupo, incluyéndola a ella. Sin embargo demostraba una abierta hostilidad contra Shaoran...
¿Por qué?
Si Li era un chico muy serio, maduro y calmado.... ¿o estaba equivocada?

OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

Una delgada silueta caminaba lentamente por los viejos pasillos de la secundaria, ajena al griterío del patio durante la hora del receso. Su pálida mano abrió una de las puertas de los salones circundantes y al entrar sus ojos grises no encontraron a nadie.
Perfecto.
Sacó su guitarra y se sentó en la mesa que usualmente era utilizada por el profesor de turno, y que él empleaba ahora como una especie de tarima improvisada. Paso los dedos por las cuerdas para comprobar si estaba afinada; no lo estaba, por lo que se dedicó a tensar o aflojar las cuerdas hasta lograr el tono deseado.
Ese instrumento tenía un gran significado para él; se lo había regalado su familia el día en que cumplió 11 años junto con una pequeña reliquia familiar: un crucifijo constituido por un raro cristal montados en plata, el cual nunca se había quitado desde aquel día.....
Comenzó a tocar.
Gracias a su guitarra conoció a su primera y, hasta hace poco, única amiga en Inglaterra: Rebecca Symonds. Fue un tarde tranquila y fresca en Hyde Park, en uno de esos momentos en los que te quieres alejar del mundo y estar solo con tus pensamientos. Había buscado un sitio apartado, lejos del bullicio de la ciudad, y se colocó debajo de un sauce. Tomó su guitarra entre sus manos y comenzó a practicar, para tratar de expulsar toda la tensión acumulada la noche anterior.
Finalizó la pieza pero no estaba contento con los resultados.
- "No tiene caso, no soy bueno para la música... Tal vez mi tío tenga razón y deba dedicarme a otra cosa"
- "Eso no es verdad, a mi me parece que tienes mucho talento" - comentó una voz cercana
El irlandés se sobresalto con la inesperada afirmación, se creía completamente solo... Buscó con la mirada por todos lados, incluso se levantó y revisó detrás del árbol, no vio ni un alma ¿Estaría escuchando voces en su cabeza?
- "Hey, por acá arriba - " dijo la voz bastante divertida.
Rápidamente se volvió a las ramas del árbol donde encontró a una risueña chica de largos cabellos oscuros.
- "¿Desde cuándo estas ahí?"
- "Desde antes que llegaras. Te saludé, pero parece que estabas muy concentrado tocando"
- "A decir verdad, a veces me tildan de despistado" - aceptó el muchacho con algo de vergüenza.
La chica se bajo del árbol con agilidad y caminó hasta donde él estaba. O' Connor no pudo evitar darse cuenta que era más alta que él.
- "¿Cómo te llamas?" preguntó la joven sin más preámbulos.
- "Pa... Patrick O' Connor" - respondió un poco desconcertado con lo directa que era aquella muchacha.
- "Rebecca Symonds" - se presentó - "Se nota por tu acento que no eres inglés.... serás.. ¿serás irlandés por casualidad?"
- "Sí, así es" - más desconcertado que antes - "Tu tampoco eres inglesa ¿verdad??"
- "Americana, para ser exactos" - rió la joven.
Y así comenzó su amistad con aquella neoyorquina.
Con tan sólo un mes de conocerla, resultaba evidente que era una persona extrovertida, atrayente, alegre, activa (tanto que a veces le era difícil seguirle el paso), y que pocas veces se detenía a pensar sobre las consecuencias de sus actos... pero sin embargo le agradaba estar con ella; era una forma de evadirse de todos sus problemas y tener unos instantes de paz interior, divertirse como cualquier otra persona....
Durante dos semanas sólo eran ellos dos...
Pero llegó Shaoran Li.
Era irónico, pero a veces el mundo podía ser un lugar pequeño....
Ese chico era más alto, más rico, más atractivo, elegante y educado de lo que él podría ser en toda su vida, sin duda era mejor que él en muchos aspectos, y eso lo hacía sentir inferior... pero lo toleró he incluso había llegado a aceptarlo, peor aún, le simpatizaba. No obstante, él tenía algo que con lo que Li siquiera hubiera soñado, algo especial y realmente único...
Terminó la última nota de la melodía con una sonrisa de satisfacción.
Indiscutiblemente el futuro se dilucidaba prometedor...
- "Fue hermoso" - dijo una suave voz a su lado.
¡PAAANP!
El súbito comentario perturbó al joven irlandés de tal forma que le hizo perder el equilibrio y ahora se encontraba tirado en el piso bastante confundido.
- "¿Te encuentras bien?" - se alarmó Tomoyo.
- "Sí.. estoy bien, no te preocupes" - dijo aún aturdido y algo adolorido, mientras tomaba su guitarra, que estaba a su lado - "Es que me tomaste de sorpresa y... bueno, estoy un poco impresionable últimamente y no vi cuando llegaste..." - a cada palabra que decía se sentía un poco más tonto, por lo que decidió cambiar el tema lo más rápido posible - "En fin... ¿qué haces aquí?"
- "Estaba buscando a una vieja amiga que estudia aquí cuando escuché que alguien tocaba la guitarra, entré y te encontré a ti" - dijo la japonesa - "Realmente esaa melodía es preciosa"
- "¿En serio te gusta?"
- "Sí, y tu la tocas divinamente"
El muchacho se sonrojo súbitamente, realmente no estaba acostumbrado a los halagos.
- "Eehhhh, gracias, es una de mis favoritas... ¿Entonces te gusta la música?"
- "Me encanta, aunque no soy muy diestra en cuanto a instrumentos se refiere, pero siempre he pertenecido al coro" - recordó súbitamente el propósito de su búsqueda - "Disculpa, ¿pero te podría preguntar algo?"
- "Lo que quieras" - respondió sin siquiera saber lo que estaba diciendo
- "¿Conoces a una chica de apellido Kinomoto?"
- "¿Te refieres a Sakura?"

OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

Desde el tercer piso de la escuela Kaho observaba a través de la ventana la enorme algarabía que se formaba cada receso, pero su mente estaba alejada de aquel lugar, a cada momento que pasaba aquella sensación de incertidumbre se hacía más fuerte y la llamada que hacía pocos instantes había recibido no le ayudó a tranquilizarse.
- "¿Estas totalmente seguro?" - había preguntado con preocupación.
- "Ya he tomado una decisión. Solamente tengo que arreglar algunos asuntos y volveré a Londres"
- "Espero que sepas lo que estas haciendo. Esto es muy diferente a todo lo anterior, no es un jugo de niños..."
- "Lo sé, por eso volveré lo más pronto posible" - dijo con decisión - "Dime ¿cómo están ellos?"
- "Parecen muy tranquilos por ahora, sin embargo sé que deben estar preocupados"
- "Entiendo" - dijo en tono serio, pero luego su voz se torno más jovial - "Se van sorprender cuando nos veamos nuevamente"
- "Sabes, creo que tú serás el sorprendido cuando regreses" - dijo la profesora con un aire divertido.
Después de una breve charla social colgó el teléfono, mientras mil pensamientos pasaban por su mente. Temía por la seguridad de tantas personas a las que quería...... incluso la suya propia.
También había hablado con Sakura hace dos días, y sus preguntan realmente la perturbaron.... Cerró los ojos y empezó a recordar. El día de clases se había terminado y en las salida de la secundaria se encontró con la Maestra de Cartas...
- "¿Presencias extrañas?" - había preguntado la docente.
- "Así es" - confirmaba ella asintiendo - "Desde el día en que llegué a Londres he sentido presencias muy extrañas a mi alrededor, al igual que Shaoran. Por eso quería preguntarle si usted sabía algo al respecto"
- "Yo también las he percibido, Sakura; pero al igual que tú y Li, no tengo ningún conocimientos sobre ellas o su origen"
- "Ya veo" - murmuró la pequeña con cierta desilusión.
- "Lamento no poder ayudarte"
- "No se preocupe" - dijo Kinomoto, recuperando su habitual alegría, para luego agregar un poco apenada - "Profesora Mizuki..."
- "¿Si...?"
- "Sólo quería saber cómo estaba Eriol..." - susurró sonrojándose un poco.
- "Él esta bien" - contestó con una sonrisa comprensiva - "Aunque hemos tenido poco contacto, porque estudia en un internado fuera de Londres"
Su antigua alumna le dio las gracias por su tiempo, y se marchó a al tiempo que se despedía efusivamente. La mujer agitaba su mano en un mudo adiós, pero cuando la joven se perdió de vista su rostro se ensombreció con una profunda tristeza.
Odiaba haberle mentido...
Pero era por su seguridad y la del joven Li.
Abrió los ojos volviendo al presente. Debía dejar ese asunto para luego, ahora tenía que resolver algunos tópicos administrativos del colegio....

OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

"¿Dónde era que iban a comer....?" - se preguntaba Patrick con aire pensativo.
- "No lo se, pero dudo que sea el laboratorio de química" - apuntó Tomoyo mientras una gruesa gotaa salía de su cabeza y observaba los tubos de ensayo y las sustancias químicas.
Ya habían recorrido todo el colegio buscando a su antigua amiga, pero a cada minuto que pasaba, ella se convencía más de que aquel chico no sabía ni donde estaba parado.
- "Hhhhhhmmmmmmm....... ¡Ya sé! En el nogal del patio principal cerca de la fuente - " se volvió a la joven japonesa con una gran sonrisa - "Ven, ahora si vamos a conseguir a Sakura"
- "Eso espero...." - murmuró Daiduoji al mismo tiempo que lo seguía.

OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

- "Así es Brian, con él no sólo ganas un amigo, sino también un guardaespaldas" - murmuró divertido Russell.
Una gran gota de sudor resbalaba por la nuca de Sakura al ver como Brian revisaba cada rincón de la zona circundante de la mesa que habían escogido para almorzar. Lo único que le faltaba eran los lentes oscuros para ser un agente de la CIA buscando una bomba o algo por el estilo.
- "¿No crees que estas exagerando, hermano?" - murmuró una avergonzada Bridget.
- "Ninguna precaución es suficiente" - respondió al tiempo se asomaba por una esquina - "y mucho menos con un pervertido suelto en el colegio"
- "Brian, ¿me quieres explicar que tienes en contra del chino?" - dijo Mc Dowell con algo de fastidio mientras se sentaba en una silla - "Se que eres desconfiado, y tienes tus razones, ¿Pero qué te ha hecho Li?"
- "A mi nada, pero a mi hermana casi..."
- "¿Estas seguro de que no fue un mal entendido?" - preguntó Sakura con insistencia - "Lo conocí cuando teníamos 10 años y estoy convencida de que él jamás..."
- "Sakura...." - le interrumpió Brian - "¿Hace cuánto tiempo que no se ven?"
- "Unos cinco años, pero..."
- "¿Tienes idea de todo lo que puede cambiar una persona en todo ese tiempo?"
Kinomoto estaba a punto de refutarle su alegato cuando Bridget le colocó la mano en el hombro.
- "Déjalo. Cuando se pone terco no escucha razones" - murmuró la rubia con resignación.
- "Pero no lo entiendo, ¿Cuándo fue que se encontraron con Li?" - preguntó Mc Dowell.
- "El tres de agosto a las 1:50am en el Aeropuerto de Londres" - contestó el rubio asiendo alarde de su memoria.
- "Ese fue el día en que llegué a Inglaterra, y creo que fue a esa hora..." - comentó a japonesa pensativa - "Pero no lo entiendo, la señora Wesley nos recibió y nos llevó a nuestra nueva casa, sin embargo a ustedes no los vi en ningún momento, ni ella nos dijo nada de que hubieran venido..."
Brian se quedó frío al ver la torpeza que había cometido, mientras su hermana le lanzaba una mirada asesina. Por su parte, Russell y Sakura los miraba esperando un una explicación.
- "Y bien" - se impacientó el muchacho.
- "Eeehh..... Pues....."
- "¡Hola hermanito!" - chilló una voz a sus espaldas.
Todo se volvieron y observaron a una sonriente chica de unos catorce años de edad, blanca y delgada, de cabello negro y corto, muy arreglado.
- "Carrie (1)...." - murmuró el escocés con aburrimiento - "¿Qué haces aquí?¿No tienes a alguien más a quien molestar?"
- "¿Es que no tengo derecho a saludar a mi hermanito favorito?" - dijo mientras caminaba hacía ellos dando pequeños saltos - "¡Brian! No tenía idea de que estuvieras aquí" - finalizó con fingida sorpresa.
Russell miró al cielo como pidiendo paciencia. "Hermanito favorito"... eso no se lo cría ni ella misma, y lo de "¡Brian! No tenía idea de que estuvieras aquí" menos. Siempre era lo mismo, ella venía a "saludarlo" y terminaba acosando a su amigo; aunque lo más sorprendente del asunto era que a estas alturas Brian no se haya dado cuenta de nada...
- "Hola Caroline" - se apresuró a decir Bridget dando gracias a Dios por la interrupción, mientras hacía un intento desesperado por cambiar el tema - "Te presentó a Sakura, ella es japonesa y vino a Inglaterra porque su padre va a trabajar en la investigaciones sobre el Arca de Salisbury..."
- "Ah. Bien, mucho gusto en conocerte" - la saludó con clara intención de salir del paso, luego se volvió al rubio - "Brian, me preguntaba si ibas a hacer algo este sábado..." - dijo la pequeña con coquetería.
- "Tenía planeado salir con Kate ¿Por qué?" - preguntó extrañado.
- "¡Ay, por Dios, Brian!" - casi gritó su amigo - "¿Cómo puede ser que no te hayas dado cuenta de que ella esta loca por...?"- repentinamente se quedó callado, su cara hizo una extraña mueca, apretó los puños y empezó a murmurar con dificultad -"....ir a ver... esa película tan buena.... que están... pasando en el... cine"
Por debajo de la mesa, Caoline había pisado "accidentalmente" a su hermano mayor (haciendo la mayor presión posible con el filo del tacón, para causar más sufrimiento)
- "¿Estás bien? Te ves muy pálido" - se preocupó Sakura - "¿Te duele el estomago?"
- "Es dolor, pero no es el estomago... ¡Ay!" - murmuró, mirando a su hermana con rabia.
- "Mi hermanito es un bromista" - comentó Carrie con una sonrisa forzada - "¿No es verdad?" - preguntó amenazadoramente.
La pobre victima no pudo hacer más que asentir con dificultad, mientras pequeñas lagrimas se asomaban por sus ojos y daba pequeños golpecitos con el puño a la mesa, en un intento de soportar el punzante el dolor.
- "Disculpen, pero tengo que ir a hablar con Kate" - recordó Brian mientras se levantaba dee la mesa. Además era la excusa perfecta para dejar el tema del aeropuerto hasta allí.
- "No, espera, Brian" - se alarmó la chiquilla que fue tras él.
El escocés aprovechó el descuido para liberar su maltrecha extremidad.
- "Tienes una hermana muy simpática, Russell" - comentó Sakura con inocencia. - "¿Simpática? Si, claro... y Charles Manson (2) es un defensor de los derechos humanos - "dijo mientras revisaba su pie - "Ella es un monstruo con 30 kilos de maquillaje en la cara..."
En la mente de Kinomoto no tardo en formarse la imagen de Touya diciéndole "monstruo"... parece que esa la idea que tenían todos los hermanos mayores.

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Shaoran y Rebecca almorzaban apaciblemente debajo de un nogal, no habían intercambiado mayores palabras durante todo ese tiempo y un abismo de silencio se había formado entre ellos. Symonds dejó su almuerzo de lado y observó al joven mago con detenimiento.
Parecía tan angustiado y triste.... Era obvio que algo lo estaba torturando por dentro.
- "No me lo vas a decir ¿verdad?" - dijo la americana rompiendo el hielo.
Li dejó de comer de inmediato, sabía perfectamente de lo que estaba hablando.
- "Symonds, yo..."
- "Puedes llamarme Rebecca"
- "Bueno, Rebecca, es que yo no se cómo..." - se quedó callado y bajo la cabeza avergonzado.
- "Shaoran, si no me cuentas lo que sucedió voy a empezar a creer que Wesley realmente tiene razón..."
- "Yo no soy un pervertido, te lo juro" - la interrumpió - "Todo fue un mal entendido..." - dijo sin dejar de mirar el verde pasto del suelo.
- "Oh, vamos Shaoran, entonces ¿por qué pones esa cara de culpable? ¿Y por qué no me quieres contar lo que paso? Tu actitud no es normal desde el lunes ¿Por qué?"
- "Aunque te lo explicara no me creerías..." - murmuró cabizbajo.
La joven de cabello oscuro se levantó y camino hacia el mago.
- "¿Cómo puedes estar tan seguro sin siquiera haberlo intentado?" - insistió la muchacha, pero esta vez su voz se escuchaba mucho más cercana que antes.
Li levantó la mirada sólo para encontrarse a escasos centímetros del rostro de Rebecca. Sus grandes ojos turquesa, su largo y oscuro cabello cayendo sobre su cara, sus labios y esa mirada suplicante...... el joven chino sintió como se iba sonrojando sin que pudiera hacer algo para evitarlo. Por unos instantes experimentó dos impulsos totalmente contradictorios: el primero, salir corriendo a toda velocidad como generalmente lo hacía cuando era niño; y el segundo era totalmente diferente, era el extraño deseo de acercarse un poco más y....
- "¡Shaoran, Rebecca! ¿Saben dónde esta Sakura?" - preguntó una voz familiar.
El futuro jefe del clan Li regresó al la realidad casi infartado y vio a un sonriente Patrick, el cual parecía estar esperando una respuesta, y a su lado una chica de cabello negro y largo que le resultaba extrañamente familiar.
- "¿Qué haces aquí?" - fue lo único que atinó a decir Shaoran.
- "Es que estoy buscando a Sakura y pensé que ella podría estar con ustedes"
- "No, ella prefirió comer hoy con los Wesley" - confirmó Symonds
El chino comenzó a notar la acompañante de O' Connor lo observaba de arriba a bajo, como si lo estuviera examinando.
- "¿Li, eres tu?" - preguntó la joven japonesa - "¿No me recuerdas? Soy yo, Tomoyo Daiduoji"
El mago la miró con detenimiento por unos segundos. Sí, definitivamente era ella.
- "¡Daiduoji!" - se sorprendió.
- "¿Ustedes dos se conocen?" - dijo el irlandés desconcertado.
- "Sí, nos conocimos cuando éramos niños, en Japón" - corroboró Tomoyo.
Después de las presentaciones pertinentes, Rebecca "recordó" que tenía que decirle "algo privado" a Patrick, por lo que tuvo arrastrarlo fuera del lugar para total estupefacción de éste.
- "¿Pero por qué me tienes que decir algo privado a mi?"
- "En realidad no te voy a decir nada"
- "Pues ¿Por qué me trajiste hasta aquí?"
- "Tal vez porque si tengo 5 años sin ver a un amigo, me gustaría tener algo de privacidad para poder hablar libremente con él"
- "Si tu lo dices...." - murmuró O' Connor, luego agregó con suspicacia - "Pero desde aquí los puedes ver muy bien..."
- "¿No era eso lo que querías?" - respondió ella con una sonrisa al tiempo que empezaba nuevamente a comer.

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"Entonces estas aquí por los negocios de tu madre" - concluyó Shaoran
- "En parte. Mamá quiere entrar en el mercado británico y por eso vamos a vivir aquí una temporada. Al principio, pensaba en quedarme en el internado de Lion, pero cuando Sakura me contó que vendría a Londres, rogué para venir con ella"
- "Ya veo... han mantenido contacto durante todo este tiempo"
- "Así es, sin embargo cuando me siento a pensar como era todo en el pasado, me he dado cuenta que a todos nos a cambiado la vida aunque sea un poco... Aún recuerdo todas las aventuras que pasamos juntos, al intentar capturar las cartas Clow y convertirlas en cartas Sakura; creo que no volveré a tener andanzas tan emocionantes como esas, realmente la vida se ha vuelto un poco monótona desde aquellos días. Sin embargo, todo vuelve a cambiar: te apuesto que Sakura jamás imaginó que saldría de Tomoeda, y mucho menos venir a vivir a Londres; yo me fui de Japón y creí que no los volvería a ver a mis amigos de la primaria... ¡ya te imaginaba como el gran jefe del Clan Li!. Pero ahora que nos reencontramos, me doy cuenta que también tienes otros horizontes" - se detuvo un momento y miró a un lado para luego agregar con un guiño cómplice - "¿No es verdad?"
Li observó en la misma dirección en que lo había hecho Tomoyo, y se encontró con la imagen de sus dos nuevos amigos almorzando apaciblemente, mientras charlaban. Por alguna razón, tal vez por simple casualidad o porque se sintió observada, Rebecca se volvió y sus miradas se encontraron por unos segundos, antes de que él la desviara y los colores se le subieran a la cara.
- "Aunque también hay cosas que nunca cambian" - rió Daiduoji.
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡RING!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
- "Terminó el receso" - se apresuró a decir el chino.
- "¡Oh, no!. ¡Lo olvidé por completo! Todavía no he encontrado a Sakura"
- "No te preocupes. Yo estudio en el mismo salón que ella y le diré que estas aquí"
- "Gracias" - murmuró una agradecida Tomoyo.
Los dos caminaron hacia el edificio, mientras la japonesa pensaba en todo lo sucedido. Todo parecía tan irreal... estaría con Sakura y con Shaoran como en los viejos tiempos; y si no se había mudado, también Eriol estaría en la misma ciudad...
- "Esto no puede ser una simple casualidad" - pensó con alegría.
Nunca hubiera imaginado la verdad que contenían esas palabras.

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Un extraño muñeco amarillo revisaba el refrigerador con avidez, buscaba algo delicioso que comer, mientras esperaba a su ama.
- "¡Que bueno! Pastel de crema y fresas" - casi gritó Kero con alegría al tiempo que sacaba un trozo y lo colocaba en un plato.
Echó un vistazo al reloj.
- "Sakura ya debe estar por llegar..." - dijo con agrado, sin embargo, cuando estaba apunto de introducir en su boca un gran pedazo de pastel se detuvo, y pronto la preocupación invadió el rostro del pequeño guardián - "pero por qué no puedo estar tranquilo" - murmuró mientras miraba por la ventana de la cocina

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Shaoran acababa de llegar a su departamento y único que quería era un buen baño caliente; el sólo hecho de tener que ver todos los días a ese sujeto, Brian, lo ponía de mal humor. ¿Cómo alguien podía ser tan insoportable? Y más cuando lo llamaba pervertido cada vez que se hablaban...
- "Buenos tardes señor Li ¿cómo le fue en la escuela" - saludó el anciano desde la sala.
- "Bien, Wei" - respondió él sin mucho entusiasmo.
- "Lo veo algo decaído últimamente, señor"
- "No es nada Wei, sólo estoy algo cansado"
Jamás se había sentido tan aliviado de llegar a su cuarto. Dejó su bolso sobre el escritorio, se tiró sobre la cama sin siquiera quitarse la chaqueta del uniforme. Realmente estaba agotado.
Ya no había sentido esas presencias extrañas desde el primer día de clases, eso era relativamente bueno; sin embargo, su amistad con Patrick y Rebecca parecía estarse deteriorando cada día más, y no había podido decirle a Sakura acerca de la llegada de Tomoyo... y todo por culpa de esos dos...
Estaban en ese pequeño espacio de unos 5 minutos entre una clase y otra, en la cual esperaban que el siguiente docente llegara, cuando decidió acercarse a la maestra de cartas. Estaba completamente seguro que la noticia de que su mejor amiga se encontraba en el colegio la alegraría, además tenía algún tiempo que no había hablado con ella y también quería saber si tenía algo nuevo sobre los sucesos extraños que estaban ocurriendo en Londres.
- "¿Jamás te vas a cansar de molestar, pervertido?" - dijo una voz a su espalda.
No necesitaba ni voltearse para saber quién era. ¡Ya estaba harto!
- "Será mejor que me dejes en paz" - fue lo único que dijo Li antes de reanudar su camino.
- "¡¿A dónde crees que vas?!" - casi gritó Wesley, mientras lo jalaba con brusquedad por el cuello de la camisa.
- "¡A donde quiera!" - respondió Shaoran soltándose con un fuerte empujón.
El ambiente se llenó de tensión. Todos se les quedaron mirando, sabía muy bien que Brian no se iba a quedar así nada más, y Li había demostrado tener su carácter...
A decir verdad, el momento no era el mejor para una riña, la siguiente clase era con la vieja profesora Collins, la cual, era famosa por su apego a una disciplina rígida y su intolerancia ante cualquier intento de romper las normas. Era del tipo de persona que añoraba los días en los que se utilizaba el castigo físico como método de enseñanza y sus exámenes solían ser excesivamente difíciles. Hasta Russell se comportaba como un santo en sus clases, para evitar problemas.
Si encontraba a Wesley y a Li riñendo, todo el salón lo iba a pagar caro.
Mc Dowell prácticamente salto de un lado al otro del aula en un intento desesperado de detenerlos.
- "Tranquilos, tranquilos" - dijo metiéndose entre ellos, al tiempo que comentaba en tono de consejo - "¿Saben? No es una buena idea intentar matarse mutuamente en estos momentos.... Collins debe estar por llegar, y amenos que deseen ser torturados por ella por lo que les quede de vida escolar y arrastrarnos a todos nosotros con ustedes..."
Por una fracción de segundo el ingles apartó la mirada de Li para mirar a su lado derecho y luego a su amigo; su ceño se acentuó aun más al encontrarse de nuevo con los ojos del asiático.
- "Esta bien, dejaré este asunto para después" - dijo con frialdad sin dejar de mirar aal mago - "Pero no creas que esto va a quedar así"
Se sentó en su pupitre, dirigiéndole una ultima mirada de antipatía en contra del mago, el cual imitó el gesto.
De nuevo en su habitación, Li se pasó la mano por el cabello con cansancio... A estas alturas ya casi estaba arrepentido de haber tomado la decisión de ayudar a esa chica en el aeropuerto...
Las cosas con Kinomoto no parecían estar tan mal, seguía tan alegre y despreocupada como antes; en cuanto a Patrick... bueno, él estaba muy metido en su propio mundo como para darse cuenta de lo que pasaba a su alrededor, a veces le sorprendía como alguien podía ser tan distraído y olvidadizo, pero Rebecca tenía razón al decir que él era una buena persona....
Rebecca....
Con ella sí tenia problemas, sentía que estaba empezando a dudar de él, y eso lo afectaba de una forma que no podía entender muy bien. Tal vez si le contaba todo...
Pero la parte de la magia no se la iba a creer nunca...
A menos que le diera una pequeña muestra. Si, con un hechizo básico sería suficiente.
De repente lo sucedido durante el descanso volvió a su mente. Cuando se encontraron cara a cara, estaba tan cerca de ella que podía sentir su respiración y cuando casi....
- "¡¡¿Pero en qué estoy pensando?!!" - se reprochó mientras se estrujaba la cabeza con las manos y su cara tomaba una tonalidad rojiza.
Regresó al presente cuando vio que su cuarto estaba iluminado por una luz extraña. Se viró con mucha precaución y descubrió que el causante de este fenómeno era el tablero colocado sobre la mesa de noche.
Era raro, no había vuelto a hacer nada parecido desde aquel día en el aeropuerto... por lo menos que él lo hubiera visto.
¿Será acaso que aquel ser volvió a manifestarse?.
Justo en ese momento el tablero disparo un rayo de luz por la ventana. ¡Lo había localizado!. Sin perder más tiempo tomó su talismán y salió de la habitación... Sabía perfectamente que esa cosa era muy peligrosa.
Desde la cocina, Wei sólo pudo ver una ráfaga que apenas y pudo identificar como el joven Li, seguido por un fuerte portazo. El anciano se asomó con inquietud, preguntándose que lo había hecho salir de esa forma.

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Finalmente el día había terminado...
Ahora Sakura se dirigía a su casa junto a Bridget y Brian. Había tenido una amena conversación con la chica durante el camino, pero él estaba mortalmente callado, se notaba que estaba furioso por el "pequeño" problema que tuvo con Shaoran; por recomendación de la inglesa ella no comentó nada acerca de el hecho, ya que esto lo iba a poner de peor humor... aunque pareciera imposible.
Kinomoto y los gemelos Wesley no vivían muy lejos el uno del otro, por lo que recorrían parte del camino juntos hasta una plaza repleta de árboles, donde cada uno tomaba direcciones distintas. Hacía no más de cinco minutos que esto había ocurrido y ella se encontraba parada frente al lugar, el cual estaba desierto; no estaba segura si debía pasar por allí, algo le decía que debía tomar otro camino por su propia seguridad, pero había un pequeño problema: no sabía otra forma de llegar a su casa.
Se armó de valor reinició su marcha sin saber que era vigilaba...
En un árbol cercano, la oscura figura de un encapuchado observaba a la joven japonesa mientras caminaba cuidadosamente por el sendero. Estaba sentado cómodamente en una rama desde la cual podía divisar la totalidad de la plaza, desde allí, podía controlar todo lo que sucediera en los alrededores y de esta manera evitar cualquier interrupción. Sonreía al juguetear ocasionalmente con su hoz, mientras esperaba la ocasión perfecta para llevar a cabo su plan.
Hasta ahora, nunca había percibido magia como esa y no estaba seguro de que le sirviera para sus propósitos, pero de todas maneras valía la pena intentarlo. No era que desconociera la magia oriental, por el contrario, la conocía bastante bien y había sentido en carne propia lo poderosa que podía llegar hacer...
Pero la presencia de esa chiquilla era diferente a lo que estaba habituado. Lejos de pertenecer a una de las seis castas que conformaban la "cofradía" (las cuales estaban representada por los elementos básicos de la creación), ella emanaba la energía de los cuerpos celestes de la noche, las estrellas, lo cual era cuando menos... raro.
Era curioso, lo mismo sucedía con el idiota del aeropuerto; por su culpa perdió la oportunidad que le pudo dar la victoria de una forma casi definitiva. De sólo pensar en eso sentía que le hervía la sangre. Pero de todas modos, tenía que aceptar que la magia de aquel muchachito era poderosa y también inusual... Esta vez simbolizada por el relámpago.
Lo mejor sería tener más cuidado de ahora en adelante, más aún teniendo en cuenta que no estaba al máximo de sus capacidades desde...
Se empezaba a impacientar. ¿Esa chica no podía caminar más rápido?
Definitivamente no iba a atacarla directamente, eso hubiera sido muy imprudente de su parte (más, sin saber que cosas era capaz de hacer esa jovencita) por lo que preparó una pequeña trampa para medir su desempeño...
- "La función esta apunto de empezar" - pensó divertido - "Sólo unos pasos más y..."

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Li caminaba a prisa por las transitadas calles de Londres siguiendo el rayo de luz (el cual sólo él podía ver) que le indicaba la ubicación de oscuro ente que vio por primera vez en el aeropuerto. Al cabo de algún tiempo vio el sitio exacto en el que terminaba el halo de luz: una plaza extrañamente envuelta por la oscuridad.
- "Finalmente nos volveremos a ver" - pensó el chino.

 

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La maestra de cartas comenzó a caminar más despacio cuando sintió que era observada, estaba muy asustada y por una vez en su vida lamentó no haber traído a Kero consigo. De repente una neblina negra comenzó a aparecer por entre los árboles que rodeaban el sendero hasta inundar todo el lugar , para el total terror de Sakura.
Crack, crack, crack....
Se empezaron a escucharse crujidos por todos lados. Tomó con su mano derecha el dije que escondía el poder de su báculo y la otro la colocó en el bolsillo donde guardaba sus cartas; el temblor de sus piernas apenas y le permitía mantenerse en pie, mientras pensaba que su corazón se saldría de su pecho. Nunca antes en su vida había sentido tanto miedo.
- "Veamos que puedes hacer, pequeña" - murmuró el ser.
El encapuchado sólo realizó un pequeño movimiento con la mano y eso bastó para que toda la acera estallara en pedazos y pocos segundos después surgieron lo que parecían ser raíces, meneándose como si se trataran de los tentáculos de alguna bestia marina, de las cuales algunas emanaban alguna especie de secreción amarillenta y babosa que tal ves podría identificarse como resina. A la japonesa apenas y le dio tiempo de invocar su cetro antes de que aquellas cosas comenzaran a dispersase como si fueran flechas; logró evadir dos ataque de forma casi milagrosa antes de sacar la carta que le sería más útil en estos momentos.
- "Confío en ti salto" - pensó antes de lanzarla - "¡jum..!"
No pudo terminar la frase, una raíz se le había aferrado al cuello y la comenzaba a estrangular; dejó caer se báculo en su desesperación y sin perder tiempo otras cepas la sujetaron por piernas y brazos dejando la como un títere, indefensa, a merced de los oscuros designios del portador de la hoz.
- "¿Eso es todo lo que puede hacer?" - dijo para sí mismo claramente decepcionado - "Ni modo... Tendré que acabar con ella ahora"
Aturdida, la antigua Card Captor vió como una de las raíces se colocaba frente a ella, tiesa, y con su filoso extremo apuntando hacia su pecho, e instantes después se lanzó contra la humanidad de la joven.
¿Así terminaría su vida? ¿Atravesada por una estaca?.
La falta de oxígeno había comenzado a nublar sus sentidos, mientras cerraba los ojos esperando su cruel destino....
- "¡Dios del trueno, VE!"
Un relámpago golpeó la rama transformándola en un montón de cenizas humeantes. Sakura entreabrió los ojos y vio como Shaoran cortaba de un tajo la raíz que la sofocaba.
- "¿Te encuentras bien?" - preguntó mientras cortaba el resto de las ataduras.
Sakura sólo pudo asentir.
- "¡¡¡¿Ese maldito está en todas partes o qué?!!!" - gritó con ira el oscuro ente al ver all joven chino, mientras un aura de color violeta comenzaba a brotar de su cuerpo - "Todos los que se han metido en mi camino han terminados muertos y este imbecil no será la excepción..."
La muchacha se sintió brevemente aliviada cuando sus plumones se llenaron de oxígeno nuevamente, mientras Li la ayudaba a colocarse de pie. Los ataques se habían detenido misteriosamente, y eso no le gustaba para nada al hechicero, no había duda de que esa cosa debía estar planeando algo.
Y estaba en lo cierto...
Apenas Sakura había recuperado su báculo y la carta "Jump" cuando todas las raíces se lanzaron contra los dos orientales, con la clara intención de acabar con ellos.
- "¡Shield!" - gritó la joven.
Inmediatamente una escudo protector apareció alrededor de los jóvenes. Las cepas se convirtieron en astillas al chocar contra el campo de magia.
El encapuchado se quedó totalmente pasmado. La presencia de esa carta era increíblemente familiar... un poco distinta a la última vez que la vio; pero no había duda, definitivamente era...
- "¡No puede ser!" - gritó completamente desconcertado - "¡Es imposible! ¡Yo mismo me encargue de eso! ¡No puedes ser las haya conservado después de.....!"
Apretó con fuerza los puños y comenzó a temblar de ira. No tenía idea de cómo habían llegado a manos de esa japonesa, pero que importaba esos detalles técnicos. Se bajó del árbol y alzó su arma, ya se había cansado de ser sólo un espectador. Era obvio que aquella muchacha no tendría el poder suficiente para mantener el escudo después de su ataque.
- "Muy bien, veamos que vas a hacer ahora" - murmuró con voz demoníaca.
Era hora de acabar con este juego. Una extraña aura comenzó rodear su cuerpo mientras murmuraba algunas palabras casi inaudibles.
Aunque tal vez....
Existía la posibilidad de que la chica le fuera útil...
Sí, le dejaría vivir por ahora... pero se iba a deshacer de ese chino inmediatamente
Terminado el conjuro, las ramas comenzaron a multiplicarse y empezaron a rodear la cúpula protectora con una fuerza increíble, mientras la babosa resina se derramaba por toda su superficie. Lo orientales no tardaron en oír crujidos, parecidos a los de un vidrio rompiéndose, a su alrededor; sólo para descubrir con horror que el escudo comenzaba a agrietarse.
- "¿Qué vamos a hacer?" se aterró Kinomoto.
Li no sabía que contestar, ni siquiera estaba seguro de que debía hacer. Jamás pensó que ese sujeto tuviera la capacidad de acabar tan fácilmente con una carta como "Shield".
Finalmente la barrera protectora estalló en pedazos dejándolos indefensos ante los ataques, los cuales no se hicieron esperar. Una de las cepas no tardo en enroscarse en la cintura de la joven japonesa y levantarla por los aires, mientras otra le arrancaba de las manos el báculo.
Pero el mago no sería una presa tan fácil, luchaba con todas sus fuerzas, evadiendo los ataques, cortando aquella siniestra maleza con su espada y lanzando ocasionales hechizos, mientras intentaba llegar hasta Sakura.
- "Ese tipo es demasiado molesto. No me esta dejando otra opción..." - pensó el encapuchado - "Jamás pensé que tendría que usar este conjuro contra alguien como él"
Levantó un el brazo y un extraño símbolo apareció a sus pies, no tardo mucho tiempo en que una especie de esfera de energía, de un tamaño aproximado a la de una pelota de béisbol y de un intenso color violeta ,se formara en su mano al tiempo que decía el maleficio. Bajó la mano en dirección del chino con una maliciosa sonrisa dibujada en los labios, estando seguro de que tendría la victoria definitiva.
La esfera salió disparada hacia su objetivo con una velocidad impresionante. El chino apenas y pudo sentir una pequeña energía que se aproximaba a él a gran velocidad, pero no logró evadirla a tiempo... Aquella ráfaga de luz atravesó su pecho como una bala ante la horrorizada mirada de la Maestra de Cartas.
Pero no causó ningún daño físico.
Li sólo se sintió repentinamente mareado por algunos segundos; sacudió la cabeza algo confundido, y se colocó en guardia nuevamente.
Pero algo andaba mal.....
Todos los ataques se habían detenido nuevamente...
Y lo más preocupante.
Había dejado de sentir todas las presencias a su alrededor, la del portador de la hoz... y la de Sakura...
¿Qué significaba eso?
Buscó a la antigua Card Captor con la mirada; temiendo que el sujeto se hubiera retirado, llevándose a la japonesa con él. Para su gran alivio, ella todavía se hallaba en el lugar, aunque suspendida en el aire y atada de pies y manos. Sin embargo, su momentánea tranquilidad desapareció rápidamente al descubrir que su espada había vuelto a ser un talismán, sin que él lo hubiera deseado. No pudo pensar demasiado tiempo en eso, aprovechando su breve descuido, una rama le arrebató el artefacto de las manos.
- ¡Demonios! - se reprochó el mago por su negligencia, ahora sólo le quedaba su magia para luchar.
Se irguió con decisión ante aquellos monstruos de follaje, que lo acechaban como si se tratara de una manada de lobos hambrientos... no estaba dispuesto a ser vencido tan fácilmente. Cerró los ojos y se concentró en su hechizo.
- "Dios de trueno ¡Ve!" - exclamó con ímpetu.
Por unos instantes se sintió algo débil, pero convencido de su poder, esperó unos segundos, pero nada sucedió.
- "¡Dios del trueno! ¡VE!" - intentó de nuevo con voz más fuerte.
No pasaba absolutamente nada, era como si repentinamente su magia lo hubiera abandonado por completo y no fuera más que una persona común y corriente.
- "¡¿Qué me esta sucediendo?!" - gritó casi desesperado.
Miró sus manos, como si en ellas pudiera encontrar la respuesta de su repentina limitación; estaban temblorosas, sucias y muy lastimadas después de largas horas de lucha. No podía entenderlo, jamás le había ocurrido algo semejante... ¿Qué clase de poder podía arrebatarle su magia?.
- "¡¡DETRÁS DE TI!!" - gritó la Card Captor.
Li apenas y pudo reaccionar, ante el advertencia de la japonesa, miró hacia atrás y vió como algo que no pudo identificar se aproximaba a él a una velocidad inaudita....
Sus movimientos no fueron lo suficientemente rápidos....
Una rama se hundió en su hombro izquierdo, en medio de un chorro de sangre. El más intenso dolor se apodero del mago, sumido en el horror y la sorpresa, mientras caía pesadamente en el suelo...
Por su parte, Kinomoto intentaba infructuosamente de salir de su cautiverio, pero sin su báculo no podía hacer mayor cosa... Entre más se agitaba en un liberase, mayor era la fuerza con la que aquella maleza la sujetaba, hasta el punto de herirla. Las lagrimas comenzaban a correr por sus mejillas, no por el dolor, sino por la impotencia de ver a su amigo casi moribundo y que ella no pudiera hacer nada para ayudarle.
- "Shaoran... Shaoran...." - murmuraba con desconsuelo.
Li se paró con gran dificultad, su brazo izquierdo estaba bañado en sangre que emanaba de la herida de su hombro, mientras, hacía presión con su mano derecha en ella, en un inútil intento de detener la hemorragia. Su vista se nublaba, la cabeza le daba vueltas y a cada instante que pasaba se sentía cada vez más débil. Había perdido su espada, ya no le quedaban fuerza para eludir los ataques, y por alguna extraña razón no podía utilizar su magia.....
Jamás se había sentido tan indefenso, impotente y humillado.
- "¿Qué te pasa?¿Estas asustado?" - se burló el ser, al tiempo que su voz retumbaba por toda la plaza - "No te preocupes, porque yo acabaré ahora mismo con tu sufrimiento..."
Una serie de ramas se alzaron perversamente en frente de su desafortunada victima, chorreando aquella cosa amarillenta, como lanzas envenenadas dispuestas a destruirlo. El mago sólo pudo cerrar los ojos esperando lo peor.
El portador de la hoz, tal vez por estar tan metido en el frenesí de la batalla, no pudo percibir dos poderosas energía que acababan de aparecer en el sitio, pero Sakura si las sintió y se esforzó para moverse y ver exactamente lo que ocurría. Se sorprendió al ver como dos sujetos vestidos con túnicas (uno de verde oscuro y el otro de azul marino) parecían surgir de la nada, y cuyas caras estaban totalmente ocultas por capuchas. El de azul se dirigió rápidamente hacía ella, el otro se deslizó hasta el talismán que invocaba la espada, la tomó, y luego corrió a toda velocidad hacía Li. El extraño apenas y pudo tomarlo del brazo derecho antes de que fueran alcanzados por las lanzas.
- "¡¡¡¡SHAORAN!!!" gritó con horror la antigua Card Captor.
Pero quedó totalmente en shock cuando vio lo que sucedió después. El mortífero ataque había dado en el blanco, y estaba atravesando tanto al mago como al desconocido....
Sin embargo....
No había sangre...
Ni gritos....
No les hacían ningún daño.....
Y los más sorprendente era la apariencia de su amigo y el encapuchado de verde.....
Ambos eran completamente traslúcido como si se tratara de imágenes proyectadas, fantasmas...... o simplemente aire.
Pronto sintió como la ramas la soltaban, mientras alguien detenía su caída tomándola en brazos, se volteó velozmente y vio una parte del rostro del sujeto de azul. De repente las lágrimas empezaron a correr nuevamente por las mejillas de Kinomoto.
- ";¿Qué esta pasando?" - preguntó con voz quebrada.
El individuo seguía callado.
- "¿Nos harás daño?"
Silencio.
De repente un extraño círculo de luz se formó debajo de ellos. La japonesa sintió como su cuerpo perdía consistencia, como un líquido, y ambos no tardaron en desvanecerse.
Li nunca antes había sentido una sensación como esa. Se sentía ligero, como si flotara, era una extraña sensación de libertad, pero al mismo tiempo de debilidad difícil de comprender. Abrió los lentamente los ojos, había dejado de sentir dolor, descubrió que podía ver a través de su mano sin problema alguno, y a sus pies había un enorme círculo, como el símbolo de Clow pero con un diseño muy diferente, más abstracto y complicado. Pese a todo, no tenía miedo...
Algo le decía que todo estaría bien,...
Se volvió débilmente hacía su salvador, que aun lo tenia fuertemente asido del brazo; tenía la cabeza gacha y la mitad de su rostro estaba cubierto por las sombras..
- "¿Quién eres?" - murmuró.
No dijo nada, simplemente sonrió.
El círculo mágico comenzó a brillar con una luz cegadora, mientras sentía que poco a poco se disolvían en el aire.
El oscuro ente solamente pudo ver como sus planes se venían a bajo. Pero no estaba enfurecido, ni temeroso, ni siquiera desconcertado. Sonreía con satisfacción...
- "Esto fue sumamente interesante... ¿Qué seguirá después?"- murmuró con deleite.

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En la lejanía, una sombra observó todo lo sucedido durante la batalla desde lo alto de un edificio, sin intervenir, sin opinar, sin fijar una posición...
Sólo un testigo silente del caos que se desataba a su alrededor.
Pero no por mucho tiempo....
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Sakura abrió los ojos con soñolencia y parpadeo un par de veces antes de descubrir que se encontraba en lo que parecía ser un parque totalmente desierto, silencioso, iluminado únicamente por algunos faros; miró confundida el cielo negro y nublado, ya era de noche....
- "¿Dónde estoy...?" - susurró con voz casi imperceptible.
Súbitamente notó que sus pies no tocaban el piso y que alguien la tenía cargada... Era el mismo sujeto de la túnica azul, el cual la miraba fijamente... o por lo menos eso parecía, porque no podía ver sus ojos, debido a las sombras que ocultaban la mitad superior de su rostro. Bajó a la Maestra de Cartas con sutileza, mientras ésta se sonrojaba un poco...
- "Gracias" - dijo ella, mientras lo veía alejarse notando un cierto gesto cansado en su caminar.
Pero sólo se apartó unos paso, se volvió y extendió las brazos hacia la japonesa, al tiempo que un aura azul se formaba a su alrededor. Kinomoto comenzó a levitar y a sus pies se formó el mismo símbolo que había visto en el momento en que desaparecieron y una luz azul comenzó a envolverla completamente. La chica cerró los ojos por unos momentos... era una sensación parecida a estar sumergida en el mar, mientras, su cuerpo era agitado suavemente por ondas de energía. El encapuchado caminó a su alrededor mirándola de arriba abajo con mucho cuidado (cosa que no dejo de incomodara un poco a la antigua Card Captor), cuando una sonrisa de satisfacción se formo en los labios del sujeto...
Realizó nuevo movimientos de sus manos.
Para su total admiración de la hija menor de Fujitaka, todas sus heridas comenzaron a brillar con el mismo resplandor azul del desconocido, poco a poco esos destellos se fueron haciendo cada vez más pequeño, hasta convertirse en pequeños puntos que finalmente desaparecieron del cuerpo de la joven, sin dejar ningún tipo de marca o cicatriz...
- "Pero... ¿cómo?" - preguntó la chica, completamente maravillada mirando sus brazos, al tiempo que descendía con suavidad.
En ese momento, la japonesa advirtió la presencia de un poder mágico sumamente poderoso que aproximaba a ellos. Ante sus ojos surgió un circulo mágico de dolor verde y complicados diseños, y en el centro de este, comenzaron a visualizarse dos figuras, en un principio traslucidas, pero gradualmente se fueron haciendo más sólidas.
- "¡Shaoran!" - dijo con alegría la joven.
El sujeto de verde ayudaba a Li a mantenerse en pie, funcionando como una especie de muleta humana, mientras lo asistía para que se sentara en el suelo. El estado de el mago era realmente lamentable... estaba pálido, frío, casi inconsciente, lleno de cortaduras y golpes en todo su cuerpo, su respiración era agitada y la lesión de su hombro no paraba de sangrar.
Sakura intentó correr a su lado, pero el sujeto de azul la tomó firmemente por el brazo, dándole a entender que no debía acercarse. Ella obedeció, mientras que observaba a su salvador aproximarse al chino y a su compañero; ambos encapuchados se pusieron uno frente al otro, y en el medio de ellos un extenuado Shaoran.... Extendieron sus brazos, al tiempo que murmuraban un hechizo que la chica no pudo entender, dos círculos contrapuestos se formaron debajo de el futuro Jefe del Clan Li, entre tanto, este comenzaba a flotar en medio de un remolino verde - azul...
La joven fue testigo de cómo las heridas de Li eran curadas de la misma manera que las suyas. Estaba tan feliz que no pudo controlarse por más tiempo, corrió con todas sus fuerzas hasta el chino que miraba todo su cuerpo con estupefacción, preguntándose como pudieron sanarlo de una manera tan rápida y efectiva... en especial la herida en su hombro. El mago se volvió a un lado y vio venir a la Card Captor...
- "Shaoran" - sollozó la chica abrazándolo con fuerza - "Gracias a Dios que estas bien..."
Al principio lo tomó de sorpresa, pero luego comprendió la preocupación de su amiga.
- "No llores Sakura, ya todo pasó..." - sonrió exhausto, mientras le daba palmaditas en la espalda en un tímido intento de reconfórtala.
Sin decir una palabra, los dos sujetos se alejaron del lugar, se detuvieron a cierta distancia y sus respectivos símbolos se formaron a sus pies. Ante la mirada atónita de los orientales, los desconocidos comenzaron a perder su consistencia sólida y poco a poco desvanecerse sin dejar ningún rastro.
En medio de su asombro, la japonesa notó que el bolsillo donde guardaba las cartas emanaba un luz extraña, sacó las cards con cuidado, en sus manos pudo sentir energías sumamente poderosas emanando de ellas... dos naipe salieron del montón, flotando, y se colocaron frente a ella.
Sus ojos se dilataron por la sorpresa, y los dos jóvenes intercambiaron una mirada desconcertada.
Era "Watery"..... y "Windy"....

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En un pequeño departamento de Londres, un hombre luchaba por ponerse de pie después del espantoso dolor en el pecho que lo había echo caer de rodillas hacía pocos minutos. Pasó la mano para retirar el frío sudor que mojaba su frente, tanteó por el piso hasta encontrar sus lentes, se los colocó y sus ojos marrones volvieron a ver con claridad. Se encontraba completamente sólo en la oscura y gélida habitación, y daba gracias por ello; hubiera tenido que explicar demasiadas cosas: empezando por el símbolo que se formo a sus pies y el aura que lo hizo levitar...
Pero algo andaba mal, eso no le sucedía desde hacía cinco año cuando....
- "¿Qué estará sucediendo?..." - se preguntó mirando por la ventana la inmensidad de la capital del Reino Unido, mientras recordaba el pasado.

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