by
Rei Kinomoto
Capitulo
3
Un mundo pequeño: El primer día de clases
El reloj despertador llevaba sonando por lo menos 10
minutos, pero la muchacha seguía inmóvil en su cama; estaba demasiado cómoda,
protegida del frío bajo el tibio abrigo de las cobijas, como para salir. Además,
no había ningún motivo para levantarse temprano: hoy no tenía que preparar el
desayuno... pero alguien no estaba muy de acuerdo con esta actitud...
- "Vamos Sakura, levántate" - dijo Kero
mientras la sacudía suavemente.
- "ZZZZZZZZZZZ"
- "Sakura..."
- "Hhhhhmmmmmm... 5 minutos más..."
- "¡Sakura!"
- "¡¡¡AAAAAYYYYYY!!!"
Del susto, Sakura se cayó de la cama dándose un fuerte
golpe en la espalda. Quedó aturdida en el suelo por unos instantes hasta que
sintió que algo se agitaba fuertemente debajo de ella; se paró de un salto
liberando por fin al pobre guardián.
- "¡Ten más cuidado Sakura por poco me
aplastas!" - reclamó la bestia del sello con una vena en la frente.
- "Lo siento Kero" - se disculpó la Card
Captor, para luego replicar un poco enfadada - "Pero no debiste despertarme
de esa manera."
- "Pero tú misma me dijiste que lo hiciera ayer en
la noche. ¿Acaso no lo recuerdas?. Hoy empiezas en tu nueva secundaria y también
tenías que hacer el desayuno..."
- "¡Ay, lo olvidé por completo!" - dijo
mientras se llevaba las manos a la cabeza y comenzaba a revolver los gabinetes
en busca de su uniforme.
- "Definitivamente tú nunca vas a cambiar." -
repuso el pequeño muñeco volador mientras cruzaba sus bracitos - "A pesar
de que ya tienes 16 años, sigues siendo tan distraída como siempre..."
La Maestra de las Cartas ignoró los sermones de Kero
sobre la pereza, se vistió a prisa y bajó las escaleras, sólo para encontrar
a su hermano terminando de hacer la comida y su padre sentado en la mesa leyendo
el periódico
- "Vaya, hasta que al fin te levantaste" - dijo
Touya
- "Disculpa... Gracias por preparar el desayuno por
mí"
- "No importa... después de todo por esto me tendrás
que remplazar en tres tareas. Además no esperaba que un monstruo como tú se
despertara temprano..."
- "¡No soy un monstruo!"
Touya sólo sonrió satisfecho para mayor enfado de
Sakura. Estaba convencido que el sagrado deber de todo hermano era proteger y
molestar a su hermana... y esta parte era la más divertida, aunque de vez en
cuando podía llegar a ser peligroso...
Protegerla...
Eso es lo que había hecho desde que ella nació, y más
aún después de la temprana muerte de su madre. Desde que aquel fatídico día
se dedicó a cuidar de su pequeña hermana. Lo peor fue cuando ese mocoso
apareció de la nada para intentar quitarle lo que, con tanto celo, había
protegido; al final ese chiquillo se fue, pero vinieron más y él se ocupó a
ahuyentar a todo muchacho que se acercara a su hermanita, por nada del mundo
estaba dispuesto a perderla.
Eso era lo que más temía, perder a otro ser querido.
Por eso vino con su familia a Londres, por eso tuvo que
sacar a Sakura de aquel endemoniado lugar, para que aquella cosa no le hiciera
daño y esa espantosa pesadilla no se cumpliera...
- "Pobre hombre" - se lamentó Fujitaka
- "¿Qué sucede papá?" - dijo la antigua Card
Captor
- "Ayer lograron identificar el cadáver que
encontraron la semana pasada. Es un taxista llamado Vincent Kyle"
La japonesa se asomó por encima del hombro de su padre
para poder ver el reportaje, se sorprendió al ver la foto del infortunado
sujeto. Era un hombre de unos 60 años, de rostro bonachón y espesa barba
blanca.
- "Hermano ¿No fue éste el señor que nos llevo a
la Torre de Londres?"
- "Déjame ver"
Retiró la sartén del fuego y comenzó a leer el
reportaje; definitivamente era la misma persona del taxi.
El caso era realmente escabroso; el cuerpo fue hallado en
un sucio callejón de uno de los peores vecindarios de la ciudad, tan cruelmente
destrozado que se necesitó de una prueba de ADN para estar seguros de su
identidad. Hasta ahora no se habían encontrado pistas sobre quién pudo ser el
asesino y los únicos testigos, tres indigentes, no vieron al homicida. Pero lo
que realmente impresionó a Touya, fue la fecha en la que probablemente murió
Kyle, justamente el día en que fueron a la torre, aproximadamente a las
11:30pm.
¿Tendría esto que ver con aquella presencia?
- "Supongo que eso era lo bueno de vivir en Tomoeda,
era una ciudad muy tranquila y nunca sucedieron cosas como esta" - comentó
el primogénito de los Kinomoto haciendo todo lo posible para disimular su
preocupación, luego observó el reloj - "Oye, Sakura ¿hoy no tienes que
ir a la secundaria temprano?"
- "Si, así es ¿por qué?"
- "Porque se te esta haciendo tarde"
Sakura se volvió a mirar el reloj.
- "¡Es cierto!"
Prácticamente se tragó enteras las tostadas, las cuales
sólo pudo pasar con ayuda del jugo de naranja, tomó su mochila, se despidió rápidamente
y salió a toda velocidad.
El día era soleado, el cielo estaba casi totalmente
despejado y la temperatura se había tornado muy agradable. En las calles
principales, las aceras estaban atestadas de personas que se dirigían a sus
trabajos y algunos chicos uniformados charlaban alegremente al tiempo que se
dirigían a sus colegios. Antes de ingresar a la nueva escuela, Sakura, tuvo que
presentar una prueba de admisión. Por un momento pensó que no la admitirían,
pero para su gran alivio logro pasar el examen... tal vez no era tan mala para
las matemáticas como pensaba.
Mientras Kinomoto recorría una de las calles que conducían
a la secundaria reconoció la casa donde aquella extraña sombra apareció el día
en que llegó a Gran Bretaña. Se detuvo unos instantes y la observó
detenidamente. Todavía no entendía por qué se retiró de esa forma, qué era
lo que quería y sobre todo por qué emanaba esa energía tan negativa...
repentinamente recordó que tenía que ir a su nueva escuela.
Continuó corriendo a toda velocidad por la acera; era su
primer día de clases y debía llegar antes de que fuera la hora de entrada,
para así, poder entrevistarse con el coordinador de la secundaria, el cual le
explicaría las normas y le mostraría las instalaciones. Sin embargo, como de
costumbre, ella se había levantado tarde y ahora se esforzaba por no dar una
mala impresión en su primer día.
Pero no podía dejar de pensar en esa misteriosa
sombra....
¡¡¡¡¡¡¡¡¡POMP!!!!!!!!!
La maestra de cartas cayó sentada debido al choque y se
llevo las manos a la cara por el dolor. ¡¿quién había puesto ese muro allí?!.
Abrió los ojos para ver exactamente con que se había estrellado, sólo para
descubrir que el supuesto muro no era más que un chico, que al igual que ella,
estaba tirado en el suelo, y a juzgar por la expresión de dolor en su rostro y
la forma en que tenía los brazos cruzados sobre pecho lo había golpeado con
mucha fuerza. A su lado se hallaba una chica que a duras penas podía contener
la risa.
- "Ja, ja. Ríe todo lo que quieras ¡Claro! Como no
fue a ti a la que le sacaron el aire..." - mustió con enfado el joven
mientras se colocaba de pie.
- "Gomen... Gomen nasai" - alcanzó a decir una
apenada Sakura
Ambos jóvenes se percataron de la presencia de la
japonesa. El muchacho era alto, rubio con el cabello corto y parado de punta, de
contextura atlética y ojos azules. La muchacha también era rubia y de ojos
azules, más baja que su acompañante y de estilizada figura, y los dos
utilizaban el uniforme de la secundaria a la que ella acababa de entrar. El más
que evidente parecido entre ellos delataba su parentesco.
- "¿Ah?" - dijo desconcertada la chica.
- "Quise decir lo... lo siento" - murmuró más
avergonzada que antes. - "es que yo no veía por donde..."
Los hermanos intercambiaron una enigmática mirada.
Sakura se sintió aún peor ¿acaso su inglés era tan malo que no le entendían?;
pero luego una amistosa sonrisa apareció en el rostro de los dos ingleses y el
muchacho se acercó a joven oriental.
- "No te preocupes, yo tampoco estaba muy atento al
camino" - dijo extendiéndole la mano - "Déjame ayudarte"
Kinomoto aceptó la ayuda mientras intentaba en vano
controlar el rubor de sus mejillas ¡Ese chico era realmente apuesto! Tal ves
esto de estar en otro país no sería tan malo.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Tres chicos caminaban juntos por las calles de la ciudad;
uno era de estatura media, de complexión delgada, tenía profundos ojos grises
y su cabello negro contrastaba con su pálida piel. Miraba a todos lados como si
esperara una señal divina que le indicara que iban por el camino correcto; a
decir verdad, no tenía ni idea de donde se encontraban, pero cada vez que sus
acompañantes le preguntaban si todo estaba bien el respondía
afirmativamente... aunque después de 15 minutos de caminar en círculos era
probable que ya se hubieran dado cuenta...
La otra persona, era una muchacha de cabello castaño
oscuro peinado con una gruesa cola alta; lo más llamativo de la joven eran sus
ojos, los cuales tenían un bonito color turquesa. Ya hacía un buen rato que
había perdido la paciencia y lo que estaba pasando le empezaba a resultar
obvio; se detuvo bruscamente y encaró al primer chico.
- "¿Estas seguro que el atajo es por aquí?" -
preguntó, aunque ya sabía la respuesta.
- "Bueno, eso fue lo que me dijeron" - contestó
el chico de ojos grises - "Veamos, nos reuníamos en la plaza y de allí
tomábamos la calle de la izquierda, luego cruzábamos a la derecha, seguíamos
derecho por dos cuadras y girábamos a la derecha nuevamente y una cuadra más
adelante estaría la secundaria..." - se detuvo por un momento a pensar -
"O era tomar la calle de la derecha, luego cruzar a la izquierda, seguir
directo por tres cuadras y girar a la izquierda..."
Los otros dos se cayeron de la impresión. ¡¿Eso era un
atajo?! ¿Cómo rayos se les había ocurrido confiar en el sentido de dirección
de su amigo, si a duras penas lograba conseguir el camino a su casa cuando los
visitaba? Y eso que vivía a menos de tres calles...
- "Estamos perdidos ¿verdad?" - dijo el tercer
joven, de ojos y cabello castaño claro y de apariencia oriental.
- "Eeehhhhh.... Sí."
Suspiraron con resignación, sin embargo el segundo
muchacho recordó algo podría ayudarlos en esta situación; aún tenían una
esperanza.
- "O' Connor, recuerdas el papel que te di ayer. Ahí
estaba escrita la dirección"
Una ENORME gota surgió de la nuca del chico de cabello
negro.
- "Eeeeehhhhhh... Sí"
- "¡Entonces estamos salvados!" - se
entusiasmo la joven - "Ahora sólo tenemos que buscar la calle y entonces
podremos llegar..."
- "Yo no estaría tan seguro de eso..." - la
interrumpió bastante incómodo.
- "¿Por qué?" - preguntaron sus acompañantes
con recelo.
- "Verán, creía que con las indicaciones era más
que suficiente y por eso yo..."
- "Tú...."
- "Lo tiré a la papelera" - concluyó con una
risa nerviosa.
Los chicos tardaron uno segundos en asimilar lo que
acababan de oír.
- "Esto es una broma pesada ¿verdad?" - dijo
la chica casi esperanzada.
- "No..."
No podían creer lo que acababan de escuchar, su última
esperanza se había ido, literalmente, a la basura. ¡Ahora sí que estaban
perdidos!
Al ver como sus acompañantes parecían quererlo matar
con la mirada, O' Connor propuso un nuevo plan.
- "Creo que no nos queda más remedio que
preguntarle a alguien"
- "Sí, eso parece" - murmuró con resignación
el chico oriental mientras daba un vistazo haber si pasaba alguna persona.
Sin embargo al girar la esquina se encontró con un
soberbio edificio de tres plantas construidos con lo que parecían ser ladrillos
de un matiz rojizo, de enormes ventanales, y del que a simple vista se podía
decir que debía tener unos cuantos siglos. En la entradas podía leerse
claramente "St Paul's Secondary School (1)"
OOOOOOOOOOOOOOOOOO
Sakura se colocó justo enfrente de la puerta de la
oficina, sin estar muy segura de que hacer. Hacía unos minutos que se había
despedido de los chicos con los que literalmente se tropezó en la calle.
- "¿No van a entrar?" - había preguntado.
- "No, nosotros estudiamos aquí hace un año, y no
creo que las cosas haya cambiado demasiado durante ese tiempo"
- "Ya veo. Muchas gracias por ayudarme... por
cierto, aún no se sus nombre"
- "Bridget, y el es mi hermano Brian, ambos estamos
en sexto curso (2)"
Sakura los miró atentamente, ¿cómo no se había dado
cuenta?
- "Somos gemelos" - confirmaron a coro, luego
Brian preguntó - "Y tu nombre es..."
- "Mi nombre es Sakura"- dijo con una sonrisa
La antigua Card Captor regresó al presente y armándose
de valor decidió a tocar la puerta.
- "Puede pasar" - dijo una amable voz en la
habitación.
- "Buenos días" - saludo la joven al entrar.
- "Buenos días señorita Kinomoto" - respondió
una voz increíblemente familiar.
La maestra de cartas se volvió inmediatamente. Dentro de
la oficina elegantemente decorada, había cuatro personas, tres estudiantes y el
coordinador... mejor dicho, coordinadora, una hermosa mujer de larguísimo
cabello rojo y liso, que la miraba con su habitual dulzura.
- "Pro... Profesora Misuki"
- "Tanto tiempo sin vernos. Debo confesar que yo
también me sorprendí cuando vi sus nombres en la lista de nuevos
estudiantes"
- "¿Sus nombres?" - preguntó confundida
Los otros tres chicos en la habitación la miraban con
curiosidad, pero en especial uno, el cual parpadeaba si dar crédito a lo que veía.
- "¿Sakura?" - se atrevió a preguntar
finalmente.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Los gemelos caminaban por el largo pasillo que conducía
a los salones del sexto curso. Desde que habían dejado a la japonesa en la
oficina del coordinador, no habían articulado palabra; en realidad era
innecesario hablar, evidentemente estaban pensando lo mismo... Los dos se
pararon frente de una de las puertas y entraron. Dentro, estaban todos sus
antiguos compañeros, conversando alegremente sobre lo que habían hecho en las
vacaciones.
Apenas los reconocieron, sus viejos amigos se acercaron a
saludarles, pero uno de ellos, un joven de cabello negro y ojos castaño oscuro,
caminaba sigilosamente hacia ellos, cuidando de no hacer el menor ruido que les
advirtiera de su presencia. Estaba planificando esto desde hace un mes; aunque
en realidad era muy básico para lo que estaba acostumbrado a hacer era
extremadamente efectivo; tan convencido estaba de su éxito que incluso había
apostado 10 libras con un amigo y esta era una oportunidad única para lograr lo
que nadie había logrado antes.
Hasta ahora todo iba bien, todos estaban tan distraídos
que nadie había notado su existencia; como un ninja se colocó justo detrás de
Bridget, la cual hablaba animadamente con algunas compañeras; tomó aire con
toda la intención de proferir un grito descomunal y...
- "Ni lo pienses Russell"
El muchacho se quedó frío, ¿cómo demonios se dio
cuenta de que era él?. Definitivamente ella no era normal...
- "Lo ven, es imposible tomar de sorpresa a esta
chica" - declaró con frustración.
- "No es para tanto" - dijo la rubia - "sólo
tienes que planificar mejor las cosas"
- "¿Planificar mejor las cosas?" - buscó una
silla cercana y se sentó al lado de la joven - "Permíteme explicarte algo
linda: nadie a logrado escapar de mis bromas, por lo menos una vez en su vida, y
en esto incluyo a los profesores. Sin embargo, a ti no te he podido atrapar, y
lo estoy intentando desde preparatorio... así que tengo dos teorías para
explicar este fenómeno"
Las muchachas a su alrededor lo miraron con expectación.
- "La primera es que tienes ojos detrás de la
cabeza y la segunda es que una de las veces que pase la noche en tu casa, me
implantaste un chip localizador satelital en la nuca mientras dormía, por lo
cual, sabes mi posición exacta cada vez que lo desees"
Los presentes se cayeron de la impresión de escuchar
semejante disparate.
- "¡Nada de eso tiene lógica!" - dijo una de
las jóvenes.
- "Lo se, pero no le encuentro otra explicación"
- "Si hay una" - comentó la chica de ojos
azules.
- "Ah, ¿si?, ¿cómo explicas lo acaba de
pasar?"
- "Te vi reflejado en el vidrio de la
ventana..."
Russell sólo arqueó una ceja y tardo unos instantes en
asimilar esa respuesta ¡Tamaño error había cometido! Todo un mes de preparación
arruinado por un simple y estúpido reflejito en el vidrio de la ventana...
- "Alguna de ustedes tiene un 10 libras que me
preste hasta mañana..." - murmuró con resignación
- "Sí, yo tengo ¿para qué?" - dijo una de
las chicas
- "Para pagarle a Michael una apuesta..." -
luego se volvió a Bridget y masculló cabizbajo - "¿Dónde esta Brian?
Quisiera hablar con él..."
- "¿Mi hermano? Allá, hablando con Kate"
- "Gracias..." - apenas se paró miró a la
rubia - "Te juro que algún día te voy a encontrar desprevenida, y
entonces seré el primero en tomarte el pelo"
- "Me temo que llegaste tarde, ya alguien más lo
hizo..."
- "¡¿QUÉ?! ¡¿CUÁNDO?!"
- "Hace un año, justo el día en que nos mudamos a
Oxford"
- "Entonces seré el segundo..."
- "En realidad el tercero..."
Russell iba decir algo pero no le salían las palabras.
¡¿Cómo pudo pasar esto?!... ¿Estaría perdiendo práctica?... Sin más que
decir se fue con una elocuente cara de trauma.
Bridget comenzó a sonreír al ver como se alejaba; aquel
chico era el mejor amigo de su hermano desde el jardín de niños y ella también
le tenía mucho aprecio. Tenía el cabello negro, ojos castaño, de piel blanco,
no muy alto y de ascendencia escocesa; bromista por naturaleza y con una gran
personalidad; el era un chico... ¿cómo decirlo?... especial. Se había pasado
media vida intentando hacerla caer en una de sus bromas, evidentemente, sin
mucho éxito... Pobre, si tan sólo supiera que ella y su hermano eran tan
diferentes a los demás...
- "¡Ahí viene Fletcher!" - avisó uno de los
alumnos del salón.
En cuestión de cinco segundos lo que anteriormente parecía
un campo de guerra se convirtió en una aula impecablemente ordenada y cada
alumno había ocupado su lugar. Cualquier cosa era mejor que recibir un discurso
sobre disciplina por parte del profesor Fletcher...
Instantes después entró un hombre de aproximadamente 55
años, canoso, con bastante de sobrepeso y cuya cara recordaba mucho a la de un
buldog.
- "Buenos días" - saludo solemnemente -
"Desde hoy tendremos nuevos estudiantes en el colegio, en su mayoría
extranjeros, así que espero que ellos se lleven la mejor imagen posible de los
británicos" - observó fijamente a uno de sus alumnos - "Eso va
especialmente con usted, Mc Dowell"
- "¿Yo profesor?" - dijo Russell poniendo cara
de santo.
- "Sabes porque te lo digo... " - el profesor
se volvió a la puerta - "Pueden pasar" - al instante los tres chicos
entraron - "Ellos son Rebecca Symonds de los Estados Unidos, Sakura
Kinomoto de Japón y Shaoran Li de Hong Kong. Desde ahora formaran parte de
nuestra institución, por lo que espero que ustedes les den el una calurosa
acogida"
Mientras el profesor continuaba hablando, Shaoran comenzó
a dar un vistazo al salón y reconoció a la chica con la que tuvo el
"pequeño" percance en el aeropuerto. Se ruborizo y bajo la cabeza
apenado al recordar la bochornosa situación.
Pero si ella estaba allí... entonces era muy probable
que su hermano también estudiara en la misma escuela...
Repentinamente sintió como si le dieran una puñalada en
la nuca, volteó y vio como Brian prácticamente le echaba dagas con la mirada.
Un sin fin de gotitas comenzaron aparecer en la cabeza del joven chino. ¿Qué
estaba haciendo en el mismo curso que su hermana? Por lo menos deberían tener
una año de diferencia... a menos que ... fueran gemelos, y el gran parecido
entre los dos parecía confirmar esta hipótesis.
Mientras Fletcher prolongaba su discurso, el joven chino
empezaba a trazar una estrategia para salir airoso de las incómodas situaciones
que con seguridad se le presentaría ¡Nada podía ser peor que estar en el
mismo salón de ese sujeto!
- "...Symonds, colóquese delante de Barret,
Kinomoto al lado de Mc Dowell y Li... delante de Wesley"
Tal ves sí había...
La clase de historia terminó pero Shaoran no tenía ni
idea de lo que vieron. Era imposible concentrarse con aquella mirada clavada en
su nuca y mucho menos con la sensación de que ese chico se le tiraría encima
en lo que el profesor pusiera un pie fuera del aula...
Y justo en ese momento...
- "¿Qué haces aquí pervertido?" - preguntó
de forma poco amistosa.
- "No soy un pervertido" - murmuró Li haciendo
todo lo humanamente posible para evitar que esos comentarios lo afectaran.
Brian se disponía a refutar esta afirmación cuando
Sakura se acercó y preguntó cordialmente.
- "No tenía idea de que tu apellido fuera Wesley.
¿Acaso eres familia de Susan Wesley?"
- "Soy su hijo. Y supongo que tu eres la hija de
Fujitaka Kinomoto" - respondió afectuosamente.
- "Sí, así es. ¿Ya conocías a Shaoran?"
- "Con que así se llama este degenerado" -
dijo en tono hostil
Li se volteó bastante irritado ¡¿cómo se atrevía de
decir eso de él frente Sakura?!
- "¿Por qué le dices así?" - preguntó
Kinomoto desconcertada.
- "Porque el muy idiota atacó a mi hermana" -
respondió dirigiendo una mirada asesina al joven chino.
- "¡Todo fue un mal entendido!" - intentó
defenderse el mago cada vez más alterado.
- "¡Ah! Ahora resulta que no fue tu culpa" -
dijo con sarcasmo - "Lo que paso fue que tu ibas caminando tranquilamente
por el aeropuerto, cuando de repente, la depredadora sexual de mi hermana te
saltó encima sin piedad, y yo confundí todo cuando llegue. ¿Cómo no me di
cuenta antes?.... Pervertido"
- "¡¡¡¡YO NO SOY UN PERVERTIDO!!!!" - gritó
Shaoran perdiendo los estribos
Todo el salón volteo a verlos totalmente impresionados
ante semejante exclamación, y el joven chino solamente quería que se lo
tragara la tierra al ver como, tanto Kinomoto como Symonds, lo miraban
totalmente asombradas.
- "Conozco a Shaoran desde que éramos niños y
estoy completamente segura que nunca haría algo así" - lo defendió la
antigua Card Captor
- "Mira Sakura," - dijo Brian con un tono casi
paternal - "le tengo mucho aprecio a tu padre y se nota que tu eres una
buena chica; quiero que tengas en cuenta que las personas cambian con el
tiempo.... y más después de la pubertad. Ten cuidado con este sujeto, porque
es muy probable que este planeando alguna otra cosa"
Li ya estaba apunto de darle un puñetazo y hacerle
tragar cada una de sus palabras, pero se contuvo al ver como Bridget lo miraba
fijamente, como si vigilara cada uno de sus movimientos.... y eso lo hacia
sentir como una cucaracha.
El ambiente se calmó cuando entró la profesora de
literatura, la japonesa se disponía regresar a su puesto cuando la voz del
joven mago llamó su atención.
- "Sakura..." - dijo tímidamente
- "Sí, dime"
- "Podríamos encontrarnos en el patio, junto a los
árboles, a la hora de receso... es algo urgente" - al ver la duda en el
rostro de la chica - "Entenderé si no quieres ir..."
- "No, no hay problema" - repuso cordialmente -
"Junto a los árboles a la hora de receso, no faltaré"
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Terminaron las primeras horas de clase y Sakura se dirigía
a la pequeña arboleda, en la que se había acordado encontrarse con Li. No tardó
en ver al joven chino apoyado en un sauce; se acercó lentamente mientras
pensaba que era realmente increíble haberse reencontrado con Shaoran después
de tanto tiempo, y más aún que lo hubieran hecho en un lugar como Londres.
Hasta ese momento no había tenido oportunidad de charlar
con calma debido a la ajetreada mañana que habían tenido, pero ahora podían
conversar con más tranquilidad; seguramente tendrían mucho de que hablar después
de tanto tiempo sin verse. Sin embargo había dos preguntas que rondaban su
mente: ¿Qué sería ese asunto tan urgente del que quería hablarle? ¿Y por qué
Brian lo llamó pervertido?....
Llegó hasta donde el se encontraba, pero no parecía
haberse percatado de su presencia y su rostro reflejaba una profunda preocupación.
- "Hola" - saludo la joven
- "¿Eh? Hola"
Se produjo un incomodo silencio.
- "No tenia idea de que estuvieras aquí. Dime ¿cuanto
tiempo tienes en Inglaterra?" - dijo la Card captor intentando romper el
hielo
- "Un mes más o menos. Viene a perfeccionar mi inglés...
pero también me he encontrado con vicisitudes que realmente no esperaba"
- "¿Qué quieres decir?"
- "Desde que llegue han sucedido cosas muy extrañas
en esta ciudad. Aparecen energías muy poderosas que de repente desaparecen como
si nunca hubieran existido. He intentado rastrearlas varias veces pero nuca he
podido localizarlas... es realmente frustrante"
- "Creo que se a que te refieres..." - Shaoran
la miró sorprendido - "El día en que llegué, una sombra comenzó a
seguir el auto en el que estaba. Irradiaba una energía muy poderosa y maligna;
no se por qué, pero estaba asegura que me atacaría en cualquier momento; se
paró en el techo de una casa y luego se desvaneció sin dejar rastro..."
- "¿Lograste ver como era?" - preguntó el
chino sumamente interesado
- "Más o menos. Parecía una persona vestida con
una túnica negra y tenía una hoz enorme en las manos"
Estas palabras hicieron que Li se sintiera mucho mejor,
eso significa que no se estaba volviendo loco, por lo menos no era el único que
había visto a aquel ser... De repente oyó a Symonds acercarse y no parecía
estar muy contenta.
- "¡Es que es lo más estúpido que he escuchado en
mi vida!" - exclamó furiosa.
- "Tranquilízate, tampoco es para tanto" -
intentó tranquilizarla el chico de ojos grises y cabello negro que la acompañaba,
mientras una gruesa gota de sudor se deslizaba por su cabeza.
- "Pero es estúpido. Llamar a Li pervertido... ¡por
favor!, si se ruboriza con cualquier cosa. Además, es el chico más serio que
conozco"
- "¿Qué sucede?" - preguntó el mago.
- "Nada, solamente Rebecca escuchó a un tipo rubio
llamarte pervertido, y si no fuera porque yo la sujeté a tiempo, le da una
bofetada"
- "Debiste dejarme, se lo merecía por imbecil..."
Una enorme gota se formo en la cabeza de los dos
orientales.
- "Oye, ¿no nos vas a presentar?" - dijo tímidamente
O' Connor al notar la presencia de la Maestra de Cartas.
- "Ah, sí. Sakura Kinomoto, Rebecca Symonds y él
es Patrick O' Connor"
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
No muy lejos, dos siluetas se encontraban observando la
escena con mucho interés, desde un viejo roble. Sabían que había algo fuera
de lo común en esos dos chicos orientales, pero no estaban seguros de que ellos
intervinieran en sus planes.
- "¿Estas seguro de que quieres hacer esto?" -
preguntó uno.
- "Es la única forma de estar seguros"
- "Y si ella..."
- "No tendremos opción que acabar con ella... Sabes
que muchas cosas dependen de esto, tu misma me lo haz dicho cientos de
veces" - respondió con rapidez, aunque no parecía estar muy convencido de
sus propias palabras.
La otra persona suspiró con resignación.
- "Esta bien, lo haremos"
Kinomoto charlaba animadamente con los nuevos amigos de
Li cuando percibió dos poderosas energías su espalda. Se paró de un brinco y
comenzó a mirar en la dirección de la que provenían.
Estaban muy cerca, podía sentirlo...
- "Shaoran..." - dijo mientras se volvía a
verlo.
Ella se asombró al ver la expresión del joven chino,
parecía estar realmente enfadado y tenía los puños tan fuertemente apretados
que temió que se hiciera daño; sin previo aviso salió corriendo en busca a la
fuente de aquellas presencias, dejando atónitos a los presentes.
No estaba dispuestos a dejarlos escapar otra vez, no
teniendo la verdad tan cerca; tenía que averiguar que rayos estaba
sucediendo...
Llegó hasta un roble no muy distante de donde se
encontraban él y sus amigos, pero no encontró a nadie aunque podía sentir
ciertos "residuos" de las presencias.
- "Maldición" - murmuró sintiéndose burlado
y dando un golpe al tronco del árbol.
- "¿Lograste encontrar algo?" - preguntó la
maestra de cartas cuando finalmente consiguió alcanzarlo.
- "No, escaparon de nuevo"
Por su parte, Rebecca se quedó parada sin entender nada
de lo que estaba pasando. Pero el irlandés estaba inmóvil, con el seño
fruncido...