Visitantes de Occidente

by Rei Kinomoto

Capitulo 3

Un mundo pequeño: El primer día de clases

El reloj despertador llevaba sonando por lo menos 10 minutos, pero la muchacha seguía inmóvil en su cama; estaba demasiado cómoda, protegida del frío bajo el tibio abrigo de las cobijas, como para salir. Además, no había ningún motivo para levantarse temprano: hoy no tenía que preparar el desayuno... pero alguien no estaba muy de acuerdo con esta actitud...
- "Vamos Sakura, levántate" - dijo Kero mientras la sacudía suavemente.
- "ZZZZZZZZZZZ"
- "Sakura..."
- "Hhhhhmmmmmm... 5 minutos más..."
- "¡Sakura!"
- "¡¡¡AAAAAYYYYYY!!!"
Del susto, Sakura se cayó de la cama dándose un fuerte golpe en la espalda. Quedó aturdida en el suelo por unos instantes hasta que sintió que algo se agitaba fuertemente debajo de ella; se paró de un salto liberando por fin al pobre guardián.
- "¡Ten más cuidado Sakura por poco me aplastas!" - reclamó la bestia del sello con una vena en la frente.
- "Lo siento Kero" - se disculpó la Card Captor, para luego replicar un poco enfadada - "Pero no debiste despertarme de esa manera."
- "Pero tú misma me dijiste que lo hiciera ayer en la noche. ¿Acaso no lo recuerdas?. Hoy empiezas en tu nueva secundaria y también tenías que hacer el desayuno..."
- "¡Ay, lo olvidé por completo!" - dijo mientras se llevaba las manos a la cabeza y comenzaba a revolver los gabinetes en busca de su uniforme.
- "Definitivamente tú nunca vas a cambiar." - repuso el pequeño muñeco volador mientras cruzaba sus bracitos - "A pesar de que ya tienes 16 años, sigues siendo tan distraída como siempre..."
La Maestra de las Cartas ignoró los sermones de Kero sobre la pereza, se vistió a prisa y bajó las escaleras, sólo para encontrar a su hermano terminando de hacer la comida y su padre sentado en la mesa leyendo el periódico
- "Vaya, hasta que al fin te levantaste" - dijo Touya
- "Disculpa... Gracias por preparar el desayuno por mí"
- "No importa... después de todo por esto me tendrás que remplazar en tres tareas. Además no esperaba que un monstruo como tú se despertara temprano..."
- "¡No soy un monstruo!"
Touya sólo sonrió satisfecho para mayor enfado de Sakura. Estaba convencido que el sagrado deber de todo hermano era proteger y molestar a su hermana... y esta parte era la más divertida, aunque de vez en cuando podía llegar a ser peligroso...
Protegerla...
Eso es lo que había hecho desde que ella nació, y más aún después de la temprana muerte de su madre. Desde que aquel fatídico día se dedicó a cuidar de su pequeña hermana. Lo peor fue cuando ese mocoso apareció de la nada para intentar quitarle lo que, con tanto celo, había protegido; al final ese chiquillo se fue, pero vinieron más y él se ocupó a ahuyentar a todo muchacho que se acercara a su hermanita, por nada del mundo estaba dispuesto a perderla.
Eso era lo que más temía, perder a otro ser querido.
Por eso vino con su familia a Londres, por eso tuvo que sacar a Sakura de aquel endemoniado lugar, para que aquella cosa no le hiciera daño y esa espantosa pesadilla no se cumpliera...
- "Pobre hombre" - se lamentó Fujitaka
- "¿Qué sucede papá?" - dijo la antigua Card Captor
- "Ayer lograron identificar el cadáver que encontraron la semana pasada. Es un taxista llamado Vincent Kyle"
La japonesa se asomó por encima del hombro de su padre para poder ver el reportaje, se sorprendió al ver la foto del infortunado sujeto. Era un hombre de unos 60 años, de rostro bonachón y espesa barba blanca.
- "Hermano ¿No fue éste el señor que nos llevo a la Torre de Londres?"
- "Déjame ver"
Retiró la sartén del fuego y comenzó a leer el reportaje; definitivamente era la misma persona del taxi.
El caso era realmente escabroso; el cuerpo fue hallado en un sucio callejón de uno de los peores vecindarios de la ciudad, tan cruelmente destrozado que se necesitó de una prueba de ADN para estar seguros de su identidad. Hasta ahora no se habían encontrado pistas sobre quién pudo ser el asesino y los únicos testigos, tres indigentes, no vieron al homicida. Pero lo que realmente impresionó a Touya, fue la fecha en la que probablemente murió Kyle, justamente el día en que fueron a la torre, aproximadamente a las 11:30pm.
¿Tendría esto que ver con aquella presencia?
- "Supongo que eso era lo bueno de vivir en Tomoeda, era una ciudad muy tranquila y nunca sucedieron cosas como esta" - comentó el primogénito de los Kinomoto haciendo todo lo posible para disimular su preocupación, luego observó el reloj - "Oye, Sakura ¿hoy no tienes que ir a la secundaria temprano?"
- "Si, así es ¿por qué?"
- "Porque se te esta haciendo tarde"
Sakura se volvió a mirar el reloj.
- "¡Es cierto!"
Prácticamente se tragó enteras las tostadas, las cuales sólo pudo pasar con ayuda del jugo de naranja, tomó su mochila, se despidió rápidamente y salió a toda velocidad.
El día era soleado, el cielo estaba casi totalmente despejado y la temperatura se había tornado muy agradable. En las calles principales, las aceras estaban atestadas de personas que se dirigían a sus trabajos y algunos chicos uniformados charlaban alegremente al tiempo que se dirigían a sus colegios. Antes de ingresar a la nueva escuela, Sakura, tuvo que presentar una prueba de admisión. Por un momento pensó que no la admitirían, pero para su gran alivio logro pasar el examen... tal vez no era tan mala para las matemáticas como pensaba.
Mientras Kinomoto recorría una de las calles que conducían a la secundaria reconoció la casa donde aquella extraña sombra apareció el día en que llegó a Gran Bretaña. Se detuvo unos instantes y la observó detenidamente. Todavía no entendía por qué se retiró de esa forma, qué era lo que quería y sobre todo por qué emanaba esa energía tan negativa... repentinamente recordó que tenía que ir a su nueva escuela.
Continuó corriendo a toda velocidad por la acera; era su primer día de clases y debía llegar antes de que fuera la hora de entrada, para así, poder entrevistarse con el coordinador de la secundaria, el cual le explicaría las normas y le mostraría las instalaciones. Sin embargo, como de costumbre, ella se había levantado tarde y ahora se esforzaba por no dar una mala impresión en su primer día.
Pero no podía dejar de pensar en esa misteriosa sombra....
¡¡¡¡¡¡¡¡¡POMP!!!!!!!!!
La maestra de cartas cayó sentada debido al choque y se llevo las manos a la cara por el dolor. ¡¿quién había puesto ese muro allí?!. Abrió los ojos para ver exactamente con que se había estrellado, sólo para descubrir que el supuesto muro no era más que un chico, que al igual que ella, estaba tirado en el suelo, y a juzgar por la expresión de dolor en su rostro y la forma en que tenía los brazos cruzados sobre pecho lo había golpeado con mucha fuerza. A su lado se hallaba una chica que a duras penas podía contener la risa.
- "Ja, ja. Ríe todo lo que quieras ¡Claro! Como no fue a ti a la que le sacaron el aire..." - mustió con enfado el joven mientras se colocaba de pie.
- "Gomen... Gomen nasai" - alcanzó a decir una apenada Sakura
Ambos jóvenes se percataron de la presencia de la japonesa. El muchacho era alto, rubio con el cabello corto y parado de punta, de contextura atlética y ojos azules. La muchacha también era rubia y de ojos azules, más baja que su acompañante y de estilizada figura, y los dos utilizaban el uniforme de la secundaria a la que ella acababa de entrar. El más que evidente parecido entre ellos delataba su parentesco.
- "¿Ah?" - dijo desconcertada la chica.
- "Quise decir lo... lo siento" - murmuró más avergonzada que antes. - "es que yo no veía por donde..."
Los hermanos intercambiaron una enigmática mirada. Sakura se sintió aún peor ¿acaso su inglés era tan malo que no le entendían?; pero luego una amistosa sonrisa apareció en el rostro de los dos ingleses y el muchacho se acercó a joven oriental.
- "No te preocupes, yo tampoco estaba muy atento al camino" - dijo extendiéndole la mano - "Déjame ayudarte"
Kinomoto aceptó la ayuda mientras intentaba en vano controlar el rubor de sus mejillas ¡Ese chico era realmente apuesto! Tal ves esto de estar en otro país no sería tan malo.

OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

Tres chicos caminaban juntos por las calles de la ciudad; uno era de estatura media, de complexión delgada, tenía profundos ojos grises y su cabello negro contrastaba con su pálida piel. Miraba a todos lados como si esperara una señal divina que le indicara que iban por el camino correcto; a decir verdad, no tenía ni idea de donde se encontraban, pero cada vez que sus acompañantes le preguntaban si todo estaba bien el respondía afirmativamente... aunque después de 15 minutos de caminar en círculos era probable que ya se hubieran dado cuenta...
La otra persona, era una muchacha de cabello castaño oscuro peinado con una gruesa cola alta; lo más llamativo de la joven eran sus ojos, los cuales tenían un bonito color turquesa. Ya hacía un buen rato que había perdido la paciencia y lo que estaba pasando le empezaba a resultar obvio; se detuvo bruscamente y encaró al primer chico.
- "¿Estas seguro que el atajo es por aquí?" - preguntó, aunque ya sabía la respuesta.
- "Bueno, eso fue lo que me dijeron" - contestó el chico de ojos grises - "Veamos, nos reuníamos en la plaza y de allí tomábamos la calle de la izquierda, luego cruzábamos a la derecha, seguíamos derecho por dos cuadras y girábamos a la derecha nuevamente y una cuadra más adelante estaría la secundaria..." - se detuvo por un momento a pensar - "O era tomar la calle de la derecha, luego cruzar a la izquierda, seguir directo por tres cuadras y girar a la izquierda..."
Los otros dos se cayeron de la impresión. ¡¿Eso era un atajo?! ¿Cómo rayos se les había ocurrido confiar en el sentido de dirección de su amigo, si a duras penas lograba conseguir el camino a su casa cuando los visitaba? Y eso que vivía a menos de tres calles...
- "Estamos perdidos ¿verdad?" - dijo el tercer joven, de ojos y cabello castaño claro y de apariencia oriental.
- "Eeehhhhh.... Sí."
Suspiraron con resignación, sin embargo el segundo muchacho recordó algo podría ayudarlos en esta situación; aún tenían una esperanza.
- "O' Connor, recuerdas el papel que te di ayer. Ahí estaba escrita la dirección"
Una ENORME gota surgió de la nuca del chico de cabello negro.
- "Eeeeehhhhhh... Sí"
- "¡Entonces estamos salvados!" - se entusiasmo la joven - "Ahora sólo tenemos que buscar la calle y entonces podremos llegar..."
- "Yo no estaría tan seguro de eso..." - la interrumpió bastante incómodo.
- "¿Por qué?" - preguntaron sus acompañantes con recelo.
- "Verán, creía que con las indicaciones era más que suficiente y por eso yo..."
- "Tú...."
- "Lo tiré a la papelera" - concluyó con una risa nerviosa.
Los chicos tardaron uno segundos en asimilar lo que acababan de oír.
- "Esto es una broma pesada ¿verdad?" - dijo la chica casi esperanzada.
- "No..."
No podían creer lo que acababan de escuchar, su última esperanza se había ido, literalmente, a la basura. ¡Ahora sí que estaban perdidos!
Al ver como sus acompañantes parecían quererlo matar con la mirada, O' Connor propuso un nuevo plan.
- "Creo que no nos queda más remedio que preguntarle a alguien"
- "Sí, eso parece" - murmuró con resignación el chico oriental mientras daba un vistazo haber si pasaba alguna persona.
Sin embargo al girar la esquina se encontró con un soberbio edificio de tres plantas construidos con lo que parecían ser ladrillos de un matiz rojizo, de enormes ventanales, y del que a simple vista se podía decir que debía tener unos cuantos siglos. En la entradas podía leerse claramente "St Paul's Secondary School (1)"

OOOOOOOOOOOOOOOOOO

Sakura se colocó justo enfrente de la puerta de la oficina, sin estar muy segura de que hacer. Hacía unos minutos que se había despedido de los chicos con los que literalmente se tropezó en la calle.
- "¿No van a entrar?" - había preguntado.
- "No, nosotros estudiamos aquí hace un año, y no creo que las cosas haya cambiado demasiado durante ese tiempo"
- "Ya veo. Muchas gracias por ayudarme... por cierto, aún no se sus nombre"
- "Bridget, y el es mi hermano Brian, ambos estamos en sexto curso (2)"
Sakura los miró atentamente, ¿cómo no se había dado cuenta?
- "Somos gemelos" - confirmaron a coro, luego Brian preguntó - "Y tu nombre es..."
- "Mi nombre es Sakura"- dijo con una sonrisa
La antigua Card Captor regresó al presente y armándose de valor decidió a tocar la puerta.
- "Puede pasar" - dijo una amable voz en la habitación.
- "Buenos días" - saludo la joven al entrar.
- "Buenos días señorita Kinomoto" - respondió una voz increíblemente familiar.
La maestra de cartas se volvió inmediatamente. Dentro de la oficina elegantemente decorada, había cuatro personas, tres estudiantes y el coordinador... mejor dicho, coordinadora, una hermosa mujer de larguísimo cabello rojo y liso, que la miraba con su habitual dulzura.
- "Pro... Profesora Misuki"
- "Tanto tiempo sin vernos. Debo confesar que yo también me sorprendí cuando vi sus nombres en la lista de nuevos estudiantes"
- "¿Sus nombres?" - preguntó confundida
Los otros tres chicos en la habitación la miraban con curiosidad, pero en especial uno, el cual parpadeaba si dar crédito a lo que veía.
- "¿Sakura?" - se atrevió a preguntar finalmente.

OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

Los gemelos caminaban por el largo pasillo que conducía a los salones del sexto curso. Desde que habían dejado a la japonesa en la oficina del coordinador, no habían articulado palabra; en realidad era innecesario hablar, evidentemente estaban pensando lo mismo... Los dos se pararon frente de una de las puertas y entraron. Dentro, estaban todos sus antiguos compañeros, conversando alegremente sobre lo que habían hecho en las vacaciones.
Apenas los reconocieron, sus viejos amigos se acercaron a saludarles, pero uno de ellos, un joven de cabello negro y ojos castaño oscuro, caminaba sigilosamente hacia ellos, cuidando de no hacer el menor ruido que les advirtiera de su presencia. Estaba planificando esto desde hace un mes; aunque en realidad era muy básico para lo que estaba acostumbrado a hacer era extremadamente efectivo; tan convencido estaba de su éxito que incluso había apostado 10 libras con un amigo y esta era una oportunidad única para lograr lo que nadie había logrado antes.
Hasta ahora todo iba bien, todos estaban tan distraídos que nadie había notado su existencia; como un ninja se colocó justo detrás de Bridget, la cual hablaba animadamente con algunas compañeras; tomó aire con toda la intención de proferir un grito descomunal y...
- "Ni lo pienses Russell"
El muchacho se quedó frío, ¿cómo demonios se dio cuenta de que era él?. Definitivamente ella no era normal...
- "Lo ven, es imposible tomar de sorpresa a esta chica" - declaró con frustración.
- "No es para tanto" - dijo la rubia - "sólo tienes que planificar mejor las cosas"
- "¿Planificar mejor las cosas?" - buscó una silla cercana y se sentó al lado de la joven - "Permíteme explicarte algo linda: nadie a logrado escapar de mis bromas, por lo menos una vez en su vida, y en esto incluyo a los profesores. Sin embargo, a ti no te he podido atrapar, y lo estoy intentando desde preparatorio... así que tengo dos teorías para explicar este fenómeno"
Las muchachas a su alrededor lo miraron con expectación.
- "La primera es que tienes ojos detrás de la cabeza y la segunda es que una de las veces que pase la noche en tu casa, me implantaste un chip localizador satelital en la nuca mientras dormía, por lo cual, sabes mi posición exacta cada vez que lo desees"
Los presentes se cayeron de la impresión de escuchar semejante disparate.
- "¡Nada de eso tiene lógica!" - dijo una de las jóvenes.
- "Lo se, pero no le encuentro otra explicación"
- "Si hay una" - comentó la chica de ojos azules.
- "Ah, ¿si?, ¿cómo explicas lo acaba de pasar?"
- "Te vi reflejado en el vidrio de la ventana..."
Russell sólo arqueó una ceja y tardo unos instantes en asimilar esa respuesta ¡Tamaño error había cometido! Todo un mes de preparación arruinado por un simple y estúpido reflejito en el vidrio de la ventana...
- "Alguna de ustedes tiene un 10 libras que me preste hasta mañana..." - murmuró con resignación
- "Sí, yo tengo ¿para qué?" - dijo una de las chicas
- "Para pagarle a Michael una apuesta..." - luego se volvió a Bridget y masculló cabizbajo - "¿Dónde esta Brian? Quisiera hablar con él..."
- "¿Mi hermano? Allá, hablando con Kate"
- "Gracias..." - apenas se paró miró a la rubia - "Te juro que algún día te voy a encontrar desprevenida, y entonces seré el primero en tomarte el pelo"
- "Me temo que llegaste tarde, ya alguien más lo hizo..."
- "¡¿QUÉ?! ¡¿CUÁNDO?!"
- "Hace un año, justo el día en que nos mudamos a Oxford"
- "Entonces seré el segundo..."
- "En realidad el tercero..."
Russell iba decir algo pero no le salían las palabras. ¡¿Cómo pudo pasar esto?!... ¿Estaría perdiendo práctica?... Sin más que decir se fue con una elocuente cara de trauma.
Bridget comenzó a sonreír al ver como se alejaba; aquel chico era el mejor amigo de su hermano desde el jardín de niños y ella también le tenía mucho aprecio. Tenía el cabello negro, ojos castaño, de piel blanco, no muy alto y de ascendencia escocesa; bromista por naturaleza y con una gran personalidad; el era un chico... ¿cómo decirlo?... especial. Se había pasado media vida intentando hacerla caer en una de sus bromas, evidentemente, sin mucho éxito... Pobre, si tan sólo supiera que ella y su hermano eran tan diferentes a los demás...
- "¡Ahí viene Fletcher!" - avisó uno de los alumnos del salón.
En cuestión de cinco segundos lo que anteriormente parecía un campo de guerra se convirtió en una aula impecablemente ordenada y cada alumno había ocupado su lugar. Cualquier cosa era mejor que recibir un discurso sobre disciplina por parte del profesor Fletcher...
Instantes después entró un hombre de aproximadamente 55 años, canoso, con bastante de sobrepeso y cuya cara recordaba mucho a la de un buldog.
- "Buenos días" - saludo solemnemente - "Desde hoy tendremos nuevos estudiantes en el colegio, en su mayoría extranjeros, así que espero que ellos se lleven la mejor imagen posible de los británicos" - observó fijamente a uno de sus alumnos - "Eso va especialmente con usted, Mc Dowell"
- "¿Yo profesor?" - dijo Russell poniendo cara de santo.
- "Sabes porque te lo digo... " - el profesor se volvió a la puerta - "Pueden pasar" - al instante los tres chicos entraron - "Ellos son Rebecca Symonds de los Estados Unidos, Sakura Kinomoto de Japón y Shaoran Li de Hong Kong. Desde ahora formaran parte de nuestra institución, por lo que espero que ustedes les den el una calurosa acogida"
Mientras el profesor continuaba hablando, Shaoran comenzó a dar un vistazo al salón y reconoció a la chica con la que tuvo el "pequeño" percance en el aeropuerto. Se ruborizo y bajo la cabeza apenado al recordar la bochornosa situación.
Pero si ella estaba allí... entonces era muy probable que su hermano también estudiara en la misma escuela...
Repentinamente sintió como si le dieran una puñalada en la nuca, volteó y vio como Brian prácticamente le echaba dagas con la mirada. Un sin fin de gotitas comenzaron aparecer en la cabeza del joven chino. ¿Qué estaba haciendo en el mismo curso que su hermana? Por lo menos deberían tener una año de diferencia... a menos que ... fueran gemelos, y el gran parecido entre los dos parecía confirmar esta hipótesis.
Mientras Fletcher prolongaba su discurso, el joven chino empezaba a trazar una estrategia para salir airoso de las incómodas situaciones que con seguridad se le presentaría ¡Nada podía ser peor que estar en el mismo salón de ese sujeto!
- "...Symonds, colóquese delante de Barret, Kinomoto al lado de Mc Dowell y Li... delante de Wesley"
Tal ves sí había...
La clase de historia terminó pero Shaoran no tenía ni idea de lo que vieron. Era imposible concentrarse con aquella mirada clavada en su nuca y mucho menos con la sensación de que ese chico se le tiraría encima en lo que el profesor pusiera un pie fuera del aula...
Y justo en ese momento...
- "¿Qué haces aquí pervertido?" - preguntó de forma poco amistosa.
- "No soy un pervertido" - murmuró Li haciendo todo lo humanamente posible para evitar que esos comentarios lo afectaran.
Brian se disponía a refutar esta afirmación cuando Sakura se acercó y preguntó cordialmente.
- "No tenía idea de que tu apellido fuera Wesley. ¿Acaso eres familia de Susan Wesley?"
- "Soy su hijo. Y supongo que tu eres la hija de Fujitaka Kinomoto" - respondió afectuosamente.
- "Sí, así es. ¿Ya conocías a Shaoran?"
- "Con que así se llama este degenerado" - dijo en tono hostil
Li se volteó bastante irritado ¡¿cómo se atrevía de decir eso de él frente Sakura?!
- "¿Por qué le dices así?" - preguntó Kinomoto desconcertada.
- "Porque el muy idiota atacó a mi hermana" - respondió dirigiendo una mirada asesina al joven chino.
- "¡Todo fue un mal entendido!" - intentó defenderse el mago cada vez más alterado.
- "¡Ah! Ahora resulta que no fue tu culpa" - dijo con sarcasmo - "Lo que paso fue que tu ibas caminando tranquilamente por el aeropuerto, cuando de repente, la depredadora sexual de mi hermana te saltó encima sin piedad, y yo confundí todo cuando llegue. ¿Cómo no me di cuenta antes?.... Pervertido"
- "¡¡¡¡YO NO SOY UN PERVERTIDO!!!!" - gritó Shaoran perdiendo los estribos
Todo el salón volteo a verlos totalmente impresionados ante semejante exclamación, y el joven chino solamente quería que se lo tragara la tierra al ver como, tanto Kinomoto como Symonds, lo miraban totalmente asombradas.
- "Conozco a Shaoran desde que éramos niños y estoy completamente segura que nunca haría algo así" - lo defendió la antigua Card Captor
- "Mira Sakura," - dijo Brian con un tono casi paternal - "le tengo mucho aprecio a tu padre y se nota que tu eres una buena chica; quiero que tengas en cuenta que las personas cambian con el tiempo.... y más después de la pubertad. Ten cuidado con este sujeto, porque es muy probable que este planeando alguna otra cosa"
Li ya estaba apunto de darle un puñetazo y hacerle tragar cada una de sus palabras, pero se contuvo al ver como Bridget lo miraba fijamente, como si vigilara cada uno de sus movimientos.... y eso lo hacia sentir como una cucaracha.
El ambiente se calmó cuando entró la profesora de literatura, la japonesa se disponía regresar a su puesto cuando la voz del joven mago llamó su atención.
- "Sakura..." - dijo tímidamente
- "Sí, dime"
- "Podríamos encontrarnos en el patio, junto a los árboles, a la hora de receso... es algo urgente" - al ver la duda en el rostro de la chica - "Entenderé si no quieres ir..."
- "No, no hay problema" - repuso cordialmente - "Junto a los árboles a la hora de receso, no faltaré"

OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

Terminaron las primeras horas de clase y Sakura se dirigía a la pequeña arboleda, en la que se había acordado encontrarse con Li. No tardó en ver al joven chino apoyado en un sauce; se acercó lentamente mientras pensaba que era realmente increíble haberse reencontrado con Shaoran después de tanto tiempo, y más aún que lo hubieran hecho en un lugar como Londres.
Hasta ese momento no había tenido oportunidad de charlar con calma debido a la ajetreada mañana que habían tenido, pero ahora podían conversar con más tranquilidad; seguramente tendrían mucho de que hablar después de tanto tiempo sin verse. Sin embargo había dos preguntas que rondaban su mente: ¿Qué sería ese asunto tan urgente del que quería hablarle? ¿Y por qué Brian lo llamó pervertido?....
Llegó hasta donde el se encontraba, pero no parecía haberse percatado de su presencia y su rostro reflejaba una profunda preocupación.
- "Hola" - saludo la joven
- "¿Eh? Hola"
Se produjo un incomodo silencio.
- "No tenia idea de que estuvieras aquí. Dime ¿cuanto tiempo tienes en Inglaterra?" - dijo la Card captor intentando romper el hielo
- "Un mes más o menos. Viene a perfeccionar mi inglés... pero también me he encontrado con vicisitudes que realmente no esperaba"
- "¿Qué quieres decir?"
- "Desde que llegue han sucedido cosas muy extrañas en esta ciudad. Aparecen energías muy poderosas que de repente desaparecen como si nunca hubieran existido. He intentado rastrearlas varias veces pero nuca he podido localizarlas... es realmente frustrante"
- "Creo que se a que te refieres..." - Shaoran la miró sorprendido - "El día en que llegué, una sombra comenzó a seguir el auto en el que estaba. Irradiaba una energía muy poderosa y maligna; no se por qué, pero estaba asegura que me atacaría en cualquier momento; se paró en el techo de una casa y luego se desvaneció sin dejar rastro..."
- "¿Lograste ver como era?" - preguntó el chino sumamente interesado
- "Más o menos. Parecía una persona vestida con una túnica negra y tenía una hoz enorme en las manos"
Estas palabras hicieron que Li se sintiera mucho mejor, eso significa que no se estaba volviendo loco, por lo menos no era el único que había visto a aquel ser... De repente oyó a Symonds acercarse y no parecía estar muy contenta.
- "¡Es que es lo más estúpido que he escuchado en mi vida!" - exclamó furiosa.
- "Tranquilízate, tampoco es para tanto" - intentó tranquilizarla el chico de ojos grises y cabello negro que la acompañaba, mientras una gruesa gota de sudor se deslizaba por su cabeza.
- "Pero es estúpido. Llamar a Li pervertido... ¡por favor!, si se ruboriza con cualquier cosa. Además, es el chico más serio que conozco"
- "¿Qué sucede?" - preguntó el mago.
- "Nada, solamente Rebecca escuchó a un tipo rubio llamarte pervertido, y si no fuera porque yo la sujeté a tiempo, le da una bofetada"
- "Debiste dejarme, se lo merecía por imbecil..."
Una enorme gota se formo en la cabeza de los dos orientales.
- "Oye, ¿no nos vas a presentar?" - dijo tímidamente O' Connor al notar la presencia de la Maestra de Cartas.
- "Ah, sí. Sakura Kinomoto, Rebecca Symonds y él es Patrick O' Connor"

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No muy lejos, dos siluetas se encontraban observando la escena con mucho interés, desde un viejo roble. Sabían que había algo fuera de lo común en esos dos chicos orientales, pero no estaban seguros de que ellos intervinieran en sus planes.
- "¿Estas seguro de que quieres hacer esto?" - preguntó uno.
- "Es la única forma de estar seguros"
- "Y si ella..."
- "No tendremos opción que acabar con ella... Sabes que muchas cosas dependen de esto, tu misma me lo haz dicho cientos de veces" - respondió con rapidez, aunque no parecía estar muy convencido de sus propias palabras.
La otra persona suspiró con resignación.
- "Esta bien, lo haremos"
Kinomoto charlaba animadamente con los nuevos amigos de Li cuando percibió dos poderosas energías su espalda. Se paró de un brinco y comenzó a mirar en la dirección de la que provenían.
Estaban muy cerca, podía sentirlo...
- "Shaoran..." - dijo mientras se volvía a verlo.
Ella se asombró al ver la expresión del joven chino, parecía estar realmente enfadado y tenía los puños tan fuertemente apretados que temió que se hiciera daño; sin previo aviso salió corriendo en busca a la fuente de aquellas presencias, dejando atónitos a los presentes.
No estaba dispuestos a dejarlos escapar otra vez, no teniendo la verdad tan cerca; tenía que averiguar que rayos estaba sucediendo...
Llegó hasta un roble no muy distante de donde se encontraban él y sus amigos, pero no encontró a nadie aunque podía sentir ciertos "residuos" de las presencias.
- "Maldición" - murmuró sintiéndose burlado y dando un golpe al tronco del árbol.
- "¿Lograste encontrar algo?" - preguntó la maestra de cartas cuando finalmente consiguió alcanzarlo.
- "No, escaparon de nuevo"
Por su parte, Rebecca se quedó parada sin entender nada de lo que estaba pasando. Pero el irlandés estaba inmóvil, con el seño fruncido...

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Lo que comenzó como un lindo día, ahora amenazaba con tornarse una tormenta. Un sujeto vestido con un sobretodo negro observaba la fachada de la escuela con gran interés; era un hombre muy alto y de contextura atlética, de piel blanca y unos veinte años de edad; su cabello castaño era agitado por el viento mientras sus ojos de un color violáceo, miraban vehementemente la entrada de la secundaria.
Hace unos pocos instantes había sentido extrañas y poderosas presencias en el lugar. Era difícil decir con exactitud cuantas eran, pero hubo dos que llamaron especialmente su atención....
- "No puede ser..." - murmuró con un hilo de voz.
Hacía mucho que las conocía, pero nunca pensó en volverlas a percibir después de tanto tiempo.
Todos eso malditos recuerdos regresaban a su mente......
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